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Capítulo 26
La herejía del Dr. Herzl
Durante los seis años desde 1897 a 1903, el Dr. Theodor Herzl del Neue Freie
Presse de Viena, fue una figura mundial de un tipo completamente nuevo. Había
creado el Sionismo como una fuerza política organizada (y sería su propia muerte,
tal como la de otros que le seguirían en ese camino). Lo había lanzado entre los
asuntos de Occidente como una galleta china. Todavía él era una sombra
insustancial, el producto de cafeterías, como el Sacher Torte y Kaffee mit
Schlagsahne. Parecía ser un hombre usado por sus "conexiones" por un astuto
promotor de compañías y que fue descartado cuando la flotación estaba
conseguida. Nunca fue el verdadero líder y comenzó a comprender esto, con
alarmante susto, en su primer congreso de 1897, cuando "surgió allí ante nuestros
ojos una Judería rusa, con una fuerza que ni siquiera habíamos sospechado"; Ya
por 1904 la comprensión total de su cautividad lo había matado.
Escribió eso alguna vez en Basilea en 1897, "fundé el estado judío. . . Acosé al
pueblo en el sentimiento estatal y los llevé a la emoción que eran la
asamblea nacional". Los próximos seis años mostraron, en los eventos reales, lo
que León Pinsker había querido decir en 1882 con "ejercer una presión
irresistible en la política internacional del presente."
Herzl, el periodista de Viena nacido en Budapest, comenzó una gira triunfal a las
grandes capitales; fue lanzado en un vuelo reluciente, como de trapecio a trapecio,
a través del haut monde (alto mundo). Los emperadores, potentados y estadistas lo recibieron
como el portavoz de todos los judíos y el contraste entre lo que ellos pensaron y lo
que debían haber sabido es impresionante, tal como su primer lugarteniente, Max
Nordau, dijo después de su muerte: "Nuestro pueblo tenía un Herzl, pero Herzl
nunca tuvo un pueblo"; el rabinato Talmúdico en Oriente, que desdeñaba a este
falso Mesías, estaba entre él y cualquier masa partidaria.
El mundo en que él se movía parecía estar firme y bien fundado. La Viuda en
Windsor y el viejo caballero en Schoenbrunn eran amados por sus pueblos; el
Hombre Joven en Berlín estaba envejeciendo y madurando; el Zar todavía era el
padre de su pueblo; el derecho de los hombres a un proceso legal estaba
afirmándose por todas partes; la gradualmente industrial servidumbre estaba
camino a mejores condiciones. Pero por todas partes los gobernantes y políticos
supieron y temieron el peligro que este proceso, estimativamente bueno dado el
tiempo, podría ser detenido y se destruiría por la revolución-mundial, ya que para
este momento la sociedad secreta de Weishaupt había crecido, a través de la "red
de sociedades secretas" que hablaba Disraeli, en un Partido Comunista organizado
en todos los países.
El método de Herzl era aprovecharse de este miedo generalizado para su particular
fin, el Estado Judío. Ofreció paz doméstica si fuera apoyado y la revolución si no lo
fuera y él exigió hablar en nombre de todos los judíos. Está por supuesto implícito
aquí que él sabía que la dirección revolucionaria era judía, y así confirma, varias
décadas después, lo que Disraeli y Bakunin habían dicho. Su creencia en el método
que usó, se expresa en su famosa frase, "Cuando nos hundimos nos transformamos
en el proletariado revolucionario; cuando nosotros subimos allí sube el terrible
poder de [203] nuestra bolsa."
Así le dijo al Gran Duque de Baden, que él disminuiría la propaganda
revolucionaria en Europa proporcional al apoyo que su ambición territorial
recibiera de las altas autoridades. Entonces él fue recibido por el Kaiser con casco
militar, montado en un corcel, a las puertas mismas de Jerusalén, y el emperador
estuvo de acuerdo en presentar al Sultán la propuesta de Herzl para una compañía
de fletes sionista en Palestina bajo protección alemana. Cuando nada salió de esto,
Herzl amenazó al Kaiser, también, con la revolución: "Si nuestro trabajo aborta, cientos de miles de nuestros partidarios, con un simple llamado, se
unirán a los partidos revolucionarios".
Luego en Rusia, fue recibido por el Zar mismo, a quien le habló en condiciones
similares. Aproximadamente en este momento el tercer Congreso Sionista Mundial
fue llevado a cabo, se tomó la decisión que cada judío que llegase a ser miembro, reconocía la soberanía del todavía mítico Estado Judío. El Rabino Elmer
Berger dice desalentadamente que de allí, "la existencia judía corporativa del ghetto
llegó a ser nuevamente una realidad y ahora existe en una realidad a mayor escala
de lo que alguna vez había antes logrado."
Luego Herzl se reunió con otro potentado, el Sultán de Turquía. Nada tangible vino
de todos estos viajes, pero el gran golpe estaba a la mano, ya que Herzl entonces,
transfirió sus actividades a Inglaterra. Allí, también, evidentemente tuvo acceso a
los puestos más altos, ya que una de las acciones decisivas de la historia mundial
estaba preparada, el pueblo británico que estaba entonces en las cunas, y sus hijos y
nietos serían alcanzados por las consecuencias de esas entrevistas no registradas.
¿Quién hizo posible que el Dr. Herzl de Viena fuese recibido por los más grandes en
todos los países, y quién aseguró que ellos debían escuchar sus demandas que eran
imperiosas, y también intimidatorias? Evidentemente los "Pórticos reales" (en su
propia frase) no se habría abierto meramente para él porque había llamado a una
reunión de 197 hombres en Basilea y estos habían aprobado una resolución. Otros,
más poderosos que él, deben haber intercedido para poner a los porteros a un lado,
porteros, lacayos, secretarias, camareros y todos esos cuya tarea es mantener
alejado a los inoportunos de sus amos.
A estas alturas la presente narrativa entra en el campo más secreto y celosamente
defendido de todos. Los orígenes de la revolución-mundial, sus objetivos y la
asunción judía de su dirección puede demostrarse ahora por la masa de evidencia
documental que ha aumentado; la existencia de la "red" de Disraeli, extendiéndose
sobre la superficie de la tierra, es conocida por todos; la naturaleza del"proletariado revolucionario" está clara. Pero existe también esa segunda red, de
hombres influyentes en el nivel más alto, dónde puede usarse "el poder de la bolsa"
para ejercer una "presión irresistible en la política internacional del presente" a
través de gobernantes y políticos. Esta red de hombres, trabajando en todos los
países hacia un fin común, es el que debe haber permitido a Herzl que penetrara,
con sus demandas, a los lugares más altos.
Todos los observadores experimentados, conocen la existencia de esta fuerza al
nivel más alto [204] de asuntos internacionales. Los propagandista Sionistas
pretenden que la oposición judía al Sionismo sólo vino de los "notables judíos",
"magnates judíos" y "judíos ricos" (estas frases se repiten continuamente, por
ejemplo en el libro del Dr. Weizmann). En los hechos, la división en el Judaísmo
era vertical, entre ricos y pobres por igual, y aunque la mayoría de los judíos
Occidentales eran en ese momento, violentamente opuestos al Sionismo, la minoría
contenía a los judíos ricos y notables. Sólo éstos pueden haber habilitado el
espectro del Sionismo, en la persona del Dr. Herzl, para hacer su súbito salto del
tipo de Nijinski [bailarín polaco] en las cortes y salas de ministros, dónde él
empezó a entrar y salir como si hubiese nacido en el privilegio. Aquellos que lo
ayudaron estaban, simplemente en alianza plena con el cuerpo compacto y
organizado de los Sionistas: las comunidades Talmúdicas en Rusia.
El Dr. Kastein dice que el "ejecutivo" dispuesto por los 197 hombres en Basilea "fue
la primera encarnación de una verdadera Internacional Judía". En otras
palabras, algo que ya existía recibió una expresión visible. Una "Internacional
Judía" ya estaba existiendo y esta era lo suficientemente poderosa para comandar
audiencias reales, con príncipes o Ministros por todas partes para el Dr. Herzl.
De esta "red" Internacional de personas, de pensamientos semejantes al más alto
nivel, en los tiempos del Dr. Herzl, el estudioso sólo puede hacerse un cuadro
juntando cuidadosamente las vislumbres y fragmentos significantes. (su existencia
y las acciones concertadas en nuestros tiempos son plenamente demostrables, tal
como este libro en sus capítulos posteriores lo demostrará por la masa creciente de
literatura). Por ejemplo, el Dr. Weizmann dice que le dijo al Dr. Herzl que el Señor
Francis Montefiore (un judío importante en Inglaterra) era "un necio", sobre lo
cual Herzl contestó, "Él abre los portales reales para mí". Nuevamente, el Barón de
Hirsch, era el principal sostenedor financiero y partidario de Herzl. De este Barón
de Hirsch, Carl Lonyay (citado de los documentos en los archivos secretos de la
Corte Imperial en Viena) dice que el Príncipe de la Corona Rudolf de Austria,
deseando hacer una provisión para el amigo de una mujer antes de su suicidio en
Mayerling, obtuvo 100,000 gulden "del banquero, Barón Hirsch, a cambio de un
acto amistoso que él había realizado en diciembre, cuando invitó al banquero a
encontrarse con el Príncipe de Gales" (el futuro Rey Edward VII).
El Barón de Hirsch, en sucesión a esta introducción, llegó a ser un íntimo del
Príncipe de Gales, y banquero privado y consejero financiero del futuro Rey de
Inglaterra. Él también era cuñado del Sr. Bischoffsheim de la casa financiera judía
Bischoffsheim y Goldschmidt en Londres, de la cual, un muy adinerado judío
nacido en Alemania, el Señor Ernest Cassel, era miembro. El Señor Ernest, como el
Sr. Brian Connell dice en un estudio biográfico, fue el feroz sucesor de la amistad
del Barón de Hirsch con el futuro Rey: "donde Hirsch había llegado a ser íntimo,
Cassel se transformaría en el amigo personal más íntimo de Edward VII". Fue de
hecho el último de los íntimos del Rey en verle con vida, el rey, en el día de su
muerte, insistió en mantener una cita con el Señor Edward y se levantó para
vestirse el mismo para el propósito.
En la secuencia de esta cuenta el Sr. Connell dice: "La pequeña fraternidad
internacional de la cual él" (el Señor Ernest Cassel) "se transformó quizás en el
miembro principal, [205] eran todos hombres con trasfondos similares al suyo,
personas a las cuales él se acercaba en el curso de sus extensos viajes. Allí estaba
Max Warburg, la cabeza de la gran casa de la banca privada en Hamburgo;
Edouard Noetzlin, presidente honorario del Banque de París et des Pays Bas, en
París; Franz Philippson en Bruselas; Wertheim y Gompertz en Amsterdam y, sobre
todos, Jacob Schiff de la empresa Kuhn, Loeb and Company en Nueva York. Los
lazos de raza e interés ataron juntos a estos hombres. La red de sus
comunicaciones temblaba al toque más ligero. Mantuvieron entre
ellos una red increíblemente exacta de inteligencia económica,
política y financiera al más alto nivel. Podían retirar el apoyo aquí,
proporcionar los fondos adicionales allá, mover inmensas sumas de
dinero con la rapidez del relámpago y en secreto, de una esquina a
otra de sus imperios financieros, e influir en las decisiones políticas de
un número de países."
Los “lazos de raza e interés. . .un tejido. . . la red. . . inteligencia al nivel más alto. . .
movimiento las inmensas sumas de dinero. . . la influencia en las decisiones
políticas…”: no puede existir duda que esta era la "Internacional Judía" de la cual
escribió el Dr Kastein y el mecanismo que operaba, a través de todas las fronteras
de las naciones para apoyar al Dr. Herzl. Nada menos podría explicar la acción que
tomó el Gobierno británico y si había alguna duda antes, sobre la acción concertada
de esta fuerza, sobre las naciones y distinta de las naciones, los eventos de nuestro
medio-siglo las han quitado..." Con tal poder detrás de él, el Dr. Herzl estaba
absolutamente en posición de hacer demandas y amenazar. Los poderosos hombres
que formaron este consejo de administración internacional (el término no es
demasiado grande) en ese momento, puede que no creyeran en el Sionismo como
individuos, pueden haberse opuesto a él en forma privada. En la creencia del
presente escritor incluso, no eran lo suficientemente poderosos para oponerse, o
negar apoyo a una política ordenada por los superiores de la Judería.
Mientras las consecuencias de las jornadas del Dr. Herzl estaban tomando forma
en secreto, él continuó sus viajes. Asumió un inocente orgullo de su elevación
súbita y gustó de la elegancia de la sociedad, los fracs y guantes blancos, los
candelabros y las recepciones. Los superiores Talmúdicos en Rusia, quienes había
crecido con las túnicas y los rizos delante de las orejas y se habían estado
preparando para derrocarlo, lo desdeñaron, pero hicieron uso de esta típica figura
de la "emancipación Occidental".
En 1903 él tenía experiencias asombrosas, pareciéndose a aquellas de Sabbatai Zevi
en 1666. Fue a Rusia y en su progreso a través de las ciudades judías fue objeto de
ovaciones Mesiánicas de las ignorantes masas. En esta ocasión buscaba persuadir a
Rusia para presionar al Sultán, en materia de su propuesta para una compañía
fletada en Palestina. Causó un poco de impresión en el Ministro del Interior ruso,
von Plebe, a quien dijo que él hablaba por "todos los judíos de Rusia."
Si él hubiese sabido que sería pronto desengañado. ¡Él hizo algo que lo muestra o
haber sido imprudentemente valiente o bastante inconciente de lo que de verdad le
rodeaba (esto a veces pasa con tales hombres). Probablemente, para fortalecer su
caso con von Plehve, con quien él debe de haber usado el argumento "Sionismo
[206] o revolución", insistió a los judíos en Rusia de abstenerse de actividades revolucionarias y discutir su "emancipación" con las autoridades rusas!
Así él escribió su propia sentencia de muerte política, y de hecho él murió pronto.
Para los superiores Talmúdicos ésta era herejía; había entrado en el cuarto
prohibido. Ellos habían estado trabajando para prevenir la emancipación judía en
Rusia, porque vieron en esa emancipación la pérdida de su poder sobre la Judería.
Si sus negociaciones con el Gobierno ruso tuvieran éxito, seguiría una pacificación
en Rusia, y eso significaría el fin de la leyenda propagandista de la "persecución
judía" en Rusia.
Cuando volvió para dirigir el Sexto Congreso de su Organización Sionista Mundial
su destino llegaría a enfrentarlo en la forma de una masa compacta de judíos rusos
no sólo "humillándole" sino también amenazándolo. En este momento de su fiasco,
pensó que tenía el as de triunfo en su bolsillo y lo sacó. ¡Como resultado de esas
entrevistas en Londres y de la " irresistible presión" que le apoyaba, el Gobierno
británico le había ofrecido al Dr. Herzl del Neue Freie Presse de Viena, un
territorio en África, en Uganda!
Si la historia graba una cosa más extraña que esta,
yo no lo he descubierto. Aun así la carta de triunfo demostró ser apenas un par.
Los 295 delegados votaron para aceptar la oferta, pero 175 la rechazaron;
claramente el Dr. Herzl no hablaba por "todos los judíos". La gran mayoría de los
175 que votaron por el No, venían de judíos de Rusia. Las agrupadas multitudes
judías habían vitoreado a Herzl allí como el Mesías; estos 175 emisarios del
rabinato Oriental lo imprecaron, ya que Uganda significaba la ruina de su plan.
Ellos se lanzaron al suelo en la actitud tradicional del lamento por los muertos o
por la destrucción del templo. Uno de ellos, una mujer, llamó al famoso Dr. Herzl"un traidor" y cuando él se fue, destrozó el mapa de Uganda que estaba tras la
tarima de los oradores.
Si lo que él dijo y escribió fuese totalmente franco, el Dr. Herzl nunca entendió por
qué los emisarios judíos de Rusia se negaron a considerar cualquier otro lugar que
no fuese Palestina, y si eso es así, era aun más iluso. Había construido todo su
movimiento con la demanda que "un lugar de refugio" se necesitaba directamente
para los "judíos perseguidos", y éstos eran los judíos de Rusia; Los judíos en otras
partes estaban totalmente emancipados. Si la persecución en Rusia fuese verdad,
entonces cualquier lugar sería bueno, y él ahora había procurado uno para ellos; Es
más, ¡Si cualquiera de ellos prefiriera quedarse en Rusia, y sus negociaciones con el
Gobierno ruso tenían éxito, podrían tener todo lo que ellos deseaban también en
Rusia!
Desde el punto de vista del rabinato Talmúdico en Rusia la materia era
completamente diferente. Ellos, también, habían contribuido a la leyenda de la"persecución en Rusia", mientras al mismo tiempo trabajaban allí contra la
emancipación, pero esto era con el propósito de cumplir la antigua Ley que
significaba la posesión de Palestina y todas las cosas que subsecuentemente la Ley
ordenaba. La aceptación de Uganda habría significado el Día del Juicio Final para
el Judaísmo Talmúdico.
El Dr. Weizmann describe la última humillación del Dr. Herzl. Después del voto,
Herzl [207] fue a visitar a los judíos de Rusia que le habían dado la espalda y se
habían marchado de la sala del comité. "Entró en la sala, pareciendo macilento y
exhausto. Fue recibido con un silencio de muerte. Nadie se levantó de su asiento
para saludarle, nadie lo aplaudió cuando acabó. . . Era probablemente la primera
vez que Herzl era recibido así en alguna reunión sionista: él, el ídolo de todos los
Sionistas".
Fue también fue la última vez. Dentro del año el Dr. Herzl estaba muerto, a la edad
de cuarenta y cuatro años. Ninguna conclusión puede ofrecerse sobre su muerte.
scritores Judaístas se refieren a él en términos crípticos. La Enciclopedia
Judía dice que fue el resultado de lo que él soportó y otras autoridades hacen
alusiones similarmente disimuladas, aunque significativas.
Aquellos que durante los siglos han sido a menudo el objeto de anatema o
excomunión por la secta gobernante, se han muerto pronto y miserablemente. El
estudioso llega a sentir que en esta materia, se acerca a las cosas misteriosas,
cerrada para cualquier investigación normal.
La cosa curiosa es que un hombre íntimo de Herzl, su mano derecha y el principal
orador vio la forma de las cosas, en el momento mismo y en lo que venía, con toda
claridad. Desplegó un preconocimiento tan grande como aquel de León Pinsker
cuando describió la serie de eventos que sucedería al aplicar la "presión irresistible
en la política internacional". En el mismo congreso dónde Herzl sufrió su
humillación, Max Nordau (un alias o seudónimo; su nombre real era Suedfeld) dio
esta exacta prognosis:
"Permítame decirle las siguientes palabras como si yo estuviera mostrándole los
peldaños de una escalera que lleva hacia arriba y hacia arriba: Herzl, el congreso
Sionista, la proposición inglesa de Uganda, la futura Guerra Mundial, la
conferencia de paz dónde, con la ayuda de Inglaterra, una Palestina
libre y judía será creada" (1903). Aquí habló el iniciado, el iluminado, el
hombre que conocía la fuerza y el propósito de la "Internacional". (Max Nordau
ayudó al proceso, el curso que él predijo, escribiendo éxitos literarios en los años de
1890 tal como 'Degeneración' en el cual dijo que Occidente estaba
irredimiblemente corrupto). Incluso Max Nordau no definió su conclusión hasta su
lógico fin. Otro delegado lo hizo, el Dr. Nahum Sokoloff quien dijo: "Jerusalén
será algún día la capital de la paz mundial". Que la ambición es hacerla la
capital del mundo queda claro en 1956, cuando los gobiernos Occidentales viven el
miedo diario de su anexión al estado Sionista; si la humanidad realmente
encuentra el camino para hacerla la capital de la paz está por verse.
Después que el Dr. Herzl murió, el Dr. Chaim Weizmann, más tarde líder Sionista,
guió el ataque sobre la oferta de Uganda y en el Séptimo Congreso, de 1905, la
aceptación, a su instigación, fue revocada. Desde ese momento el Sionismo fue el
instrumento del rabinato Talmúdico en el Este.
La historia de la oferta de Uganda y su rechazo despreciativo muestra la
indiferencia de la secta gobernante por el bienestar y los deseos de las masas judías,
por quienes ellos decían hablar; de hecho, cuando la materia es considerada
cuidadosamente, "hostilidad" hace pensar que es una palabra más verdadera que"indiferencia". Esto se ve examinando, a su vez, el sentimiento expresado hacia la
oferta por los tres principales [208] grupos de judíos: aquellos de Occidente,
aquellos de Rusia, y (una sección de la Judería nunca mencionada en todos estos
fuertes intercambios) los judíos que ya estaban en Palestina.
Los judíos de Occidente en ese tiempo, se opusieron fuertemente al Sionismo como
tal, tanto si llevaba a Uganda, Palestina o a cualquier otra parte; ellos sólo deseaban
quedarse donde estaban. Los judíos de Rusia fueron descritos simplemente como
necesitando "un lugar de refugio" de la "persecución", y si esto fuese verdad,
Uganda los podría haber atraído; sin embargo, las frenéticas ovaciones con que
ellos recibieron al Dr. Herzl sugieren que habrían seguido cualquier guía que él
diera, si el rabinato lo hubiese permitido. Eso deja a los judíos que ya estaban en
Palestina.
¡Esta comunidad de judíos originales estaba ardientemente en favor de trasladarse
a Uganda, tal como lo descubre esta investigación, y por esta razón, ellos fueron
denunciados como "traidores" por los convertidos Khazar de Rusia que se habían
tomado el Sionismo!. Esto es lo que la Organización Sionista en Tel Aviv estaba
diciendo sobre ellos todavía en 1945:
"Fue degradante y una visión penosa ver a todas estas personas quienes. . . habían
sido los primeros en construir la Palestina judía de esos días, negando y
repudiando públicamente su propio pasado. . . La pasión por Uganda llegó a
ser asociada con un odio mortal por Palestina. . . En los centros de la
comunidad de las primeras colonias judías, los jóvenes educados en la Escuela
Alianza Israelita, denunciaban a Palestina como 'una tierra de cadáveres y tumbas',
una tierra de malaria y de enfermedades a los ojos, una tierra que destruye a sus
habitantes. Y esta no era la expresión de unos pocos individuos. De hecho, había sólo unos pocos individuos aquí y allí. . . quiénes permanecían fiel.
. . Toda Palestina estaba en un estado de fermento. . . Toda la oposición a
Uganda vino de fuera de Palestina. En el propio Sión, todos estaban
contra Sión."
Lo que las masas de personas quisieron, judíos o Gentiles, fue desde 1903 no
tomado en cuenta. Aceptación o negativa daban lo mismo; la oferta había sido
hecha, y por esto Occidente y su futuro fueron previsiblemente envueltos en una
empresa desastrosa. Tal como el Dr. Weizmann dice, el gobierno británico por
este acto, se comprometió a reconocer a los Talmudistas de Rusia como el
gobierno de todos los judíos; con ello comprometió también a las generaciones
futuras de su pueblo, y un compromiso similar del pueblo norteamericano le
seguiría una década después, cuando el camino ya había sido preparado.
De ese acto de 1903 vino el comienzo de las tribulaciones de este siglo. La historia
de Sión se transformó posteriormente en aquella de los políticos Occidentales que,
bajo la "presión irresistible", cumplieron las órdenes de una secta poderosa. 1903
fue el año triunfante de la conspiración, y para Occidente demostró ser tan fatídico
como 1914 y 1939, años en que tomaron su forma bajo su sombra.
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