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La Controversia de Sión
Douglas Reed

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Capítulo 27


Los "Protocolos"


Mientras el Sionismo tomó forma así en el ghetto Oriental durante el último siglo y al comienzo de este, surgió como una nueva fuerza en los asuntos internacionales (cuando el Gobierno británico le ofreció Uganda), la revolución-mundial, en esas mismas áreas Talmúdicas, preparaba su tercera "erupción". Las dos fuerzas avanzaban juntas en sincronización (ya que el Sionismo, como se ha mostrado, usó la amenaza del Comunismo en Europa para ganar las orejas de los gobernantes europeos para su demanda territorial fuera de Europa). Era como si turbinas gemelas comenzaran a girar, generando lo que fue en el efecto, una fuerza de la cual el nuevo siglo recibiría los sustos galvánicos.

Según Disraeli y Bakunín la revolución-mundial había quedado bajo la dirección judía en aproximadamente la mitad del siglo, y entonces sus objetivos cambiaron. Los seguidores de Bakunín que buscaron abolir el Estado como tal, porque previeron que el poderío Estatal revolucionario sería aún más despótico que cualquier despotismo anterior, fueron expulsados y olvidados. Desde allí la revolución-mundial tomó la forma del Manifiesto Comunista de Karl Marx que apuntaba a un super-estado fundado en el trabajo-esclavo y en "la confiscación de la libertad humana" (tal como Tocqueville escribió en 1848).

Este cambio en la dirección y en los objetivos determinó el curso del Siglo 20. Sin embargo, los métodos por los cuales el orden existente sería destruido no cambiaron; ellos continuaron siendo aquellos revelados por los documentos de Weishaupt, publicados en 1787. Muchas publicaciones del Siglo 19 mostraron que el plan original del Illuminati continuó a través de generaciones para llegar a ser el libro de texto de los revolucionarios de todos los campos, como el método.

Estos trabajos propagaron o expusieron el plan destructivo en varias formas, a veces alegóricas, pero siempre reconocibles si se les compara con el original, los documentos de Weishaupt. En 1859, Crétineau Joly arremetió contra la Dirección judía de "las sociedades secretas". Su libro reprodujo los documentos (comunicados a él por el Papa Gregory XVI) de la sociedad secreta italiana, el 'Haute Vente Romaine'; su autenticidad está más allá de toda prueba. El Haute Vente Romaine estaba dirigido por un príncipe italiano que había sido iniciado por uno de los más íntimos de Weishaupt (Knigge) y era una reencarnación del Illuminati. El círculo exterior de iniciados, los ilusos, fueron persuadidos que "el objetivo de la asociación es algo elevado y noble, que es la Orden de aquellos que desean una moralidad más pura y una piedad más fuerte, la independencia y la unidad de su país". Aquellos que se graduaban en los grados internos más altos, progresivamente aprendían los objetivos reales y juraban destruir a toda la religión y el gobierno legítimo; recibían entonces los secretos de asesinatos, venenos y perjurio, que habían sido revelados por los documentos de Weishaupt.

En 1862 Karl Marx (cuyo Manifiesto comunista es reconociblemente Illuminista) fundó su Primera Internacional, y Bakunín formó su Alianza Social Demócrata (programa del cual, como la Señora Nesta Webster ha mostrado [210] citando pasajes correlativos, era Illuminismo puro). En el mismo año, Maurice Joly publicó un ataque a Napoleón III, a quienes atribuyó métodos idénticos de adulterar y estropear el sistema social (este libro fue escrito en forma alegórica). En 1868 el alemán Goedsche, reprodujo las mismas ideas en la forma de un ataque a la dirección judía de la revolución, y en 1869 el Católico francés y realista Gougenot Des Mousseaux tomó el mismo tema. En ese año Bakunín publicó también su Polémica Contra Los Judíos.

En todo estos trabajos, en un forma u otra, aparece la continuidad de la idea básica revelada por primera vez por los documentos de Weishaupt: a saber, de destruir todo gobierno legítimo, religión y nacionalismo y preparar un despotismo universal para gobernar las masas esclavizadas por el terror y la violencia. Algunos de ellos atacaron a los judíos, la usurpación o a la sucesión en la dirección de la revolución.

Después de esto vino una pausa en la literatura publicada de la conspiración descubierta en 1787, hasta que en 1905, un Profesor, Sergyei Nilus, funcionario del Departamento de Religiones Extranjeras en Moscú, publicó un libro, del cual, el Museo británico en Londres tiene una copia con su fecha estampada, el 10 de agosto de 1906. Gran interés sería atado a algo que podría sacarse sobre Nilus y su libro, el cual nunca ha sido traducido; el misterio con que él y el libro ha sido rodeado impide la investigación. Un capítulo fue traducido al inglés en 1920. Esto requiere mención aquí, porque la publicación original ocurrió en 1905, aunque el violento alboroto sólo comenzó cuando apareció en inglés en 1920.

Este capítulo se publicó en Inglaterra y EEUU como "Los Protocolos de los Superiores Sabios de Sión"; no pude saber si éste era el encabezado original del capítulo o si se nombró así durante la traducción. No se entrega ninguna prueba que el documento es lo que pretende ser, una minuta de una reunión secreta de los"Superiores" Judíos. En ese aspecto, por consiguiente, no tiene valor."

En cada uno de los otros aspectos es de importancia inestimable, ya que él se muestra como la prueba conclusiva (de los eventos subsecuentes) de ser un documento auténtico de la conspiración-mundial revelada por los documentos de Weishaupt. Muchos otros documentos en la misma serie habían seguido a la primera revelación, tal como lo he mostrado, pero este transciende a todos ellos. Los otros eran fragmentarios y entregaban vislumbres; este entrega el cuadro completo de la conspiración, los motivos, métodos y objetivos. No agrega nada nuevo a lo que se había revelado en partes (salvo por la atribución no probada a los superiores judíos mismos), pero pone todas las partes en su lugar y expone el todo. Describe con precisión todo lo que ha de venir en los cincuenta años desde que fue publicado, y lo que claramente seguirá en los próximos cincuenta años, a menos que en ese tiempo, la fuerza que ha generado la conspiración produzca la contra-fuerza.

Está informado por una masa de conocimiento (particularmente de las debilidades humanas) qué sólo puede haber salido de la experiencia acumulada y del continuo [211] estudio de siglos, o de eras. Está escrito en un tono de alta superioridad, como por seres situados en algún pináculo olímpico de sabiduría sardónica y antigua, y de desdén burlón por las masas retorciéndose muy abajo ("la chusma." … "animales alcoholizados"... "el ganado... "las bestias sanguinarias") quién vanamente intenta eludir las "tenazas" que se están cerrando alrededor de ellos; estas tenazas son "el poder de oro" y la fuerza bruta de la chusma, incitadas para destruir a sus únicos protectores y por consiguiente a ellos mismos.

La idea destructiva se presenta en la forma de una teoría científica, casi de una ciencia exacta, defendido con gusto y elocuencia. Estudiando los Protocolos me recuerdan constantemente a algo que llamó mi atención en el dictum de Disraeli, que cité anteriormente. Disraeli que tuvo el cuidado en la elección de las palabras, habló del "principio destructivo" (no la idea, el esquema, la noción, el plan, el complot o similares), y los Protocolos elevan la teoría de la destrucción a este estado de "una verdad fundamental, una ley primaria o básica, una ley gobernante de conducta" (para citar varias definiciones del diccionario de la palabra"principio"). En muchos pasajes los Protocolos parecen, a primera vista, recomendar la destrucción como una cosa virtuosa en sí misma y justificar explícitamente por consiguiente, todos los métodos recomendados para promoverla (el soborno, el chantaje, la corrupción, la subversión, la sedición, la incitación de la chusma, el terror y la violencia), las cuales se tornan también virtuosas.

Pero un escrutinio cuidadoso muestra que éste no es el caso. De hecho el argumento presentado comienza al final, el poder mundial, y va hacia atrás a través de medios que simplemente se defienden como los mejores para este fin. El fin es aquel revelado por primera vez de los documentos de Weishaupt, y está claro que ambos saltan de una fuente mucho más temprana, aunque los Protocolos, en su tiempo, son con respecto a los papeles de Weishaupt como el biznieto al Bisabuelo. El objetivo final es la destrucción de toda religión y nacionalidad y el establecimiento de un super-estado, gobernando el mundo por el cruel terror.

Cuando los Protocolos aparecieron en inglés, el punto menor, quién había sido el autor de este particular documento, recibió una falsa semblanza de importancia mayor por el enfurecido ataque judío sobre el documento mismo. La aseveración de la dirección judía de la conspiración revolucionaria no era en absoluto nueva; el lector ha visto que Disraeli, Bakunín y muchos otros lo afirmaron antes. En este caso, la alegación sobre una reunión específica de líderes judíos de la conspiración no estaba probada y podría ignorarse (en 1913 una publicación algo similar acusó a los Jesuitas de instigar una conspiración-mundial que se parece a aquella descrita en los Protocolos y en los documentos de Weishaupt; los Jesuitas comentaron calladamente que esto era falso y el asunto se olvidó).

La respuesta oficial de la Judería en 1920 y después fue diferente. Se apuntó y con furia, a la toda sustancia de los Protocolos; no se detuvo en negar un complot judío, sino que negó que existiera algún complot, lo cual era demostrablemente falso. La existencia de la conspiración había sido reconocida y había sido confirmada por una larga cadena de altas autoridades, desde Edmund Burke, George Washington [212] y Alejandro Hamilton a Disraeli, Bakunín y muchos otros que han sido mencionados en capítulos anteriores. Es más, cuando los Protocolos aparecieron en inglés, los eventos en Rusia habían dado una prueba conclusiva. Así, la naturaleza del ataque judío sólo podría fortalecer las dudas del público; protestaron demasiado.

Este ataque fue la repetición de aquellos que impusieron silencio a esos líderes anteriores que presentaron una demanda pública para investigación y remediar, a Robison, Barruel y Morse, pero en esta ocasión era un ataque judío. Esos tres hombres no hicieron ninguna imputación a la dirección judía, y ellos fueron difamados solamente porque atrajeron la atención pública a la continua naturaleza de la conspiración y al hecho que la revolución francesa fue clara y meramente su primera "erupción". El ataque a los Protocolos en los años de 1920 demuestra sobre cualquier cosa la verdad de su disputa; mostró que la organización erigida para suprimir la discusión pública sobre la conspiración se había perfeccionado en el intervalo de 120 años. Probablemente nunca antes en la historia se usó tanto dinero y energía en el esfuerzo para suprimir un simple documento.

Fue llevado a Inglaterra por uno de los dos principales corresponsales británicos en esos días en Moscú, Víctor Marsden, del Morning Post (la historia significante del otro corresponsal pertenece a un capítulo posterior). Marsden era una autoridad en Rusia y estuvo bajo los efectos permanentes del Terror. Él fue en efecto su víctima, porque murió pronto después de haber completando lo que él evidentemente sentía, era un deber, la traducción de los Protocolos en el Museo británico.

La publicación en inglés despertó el interés mundial. Ese período (1920 y adelante) marca el fin del tiempo en que el asunto judío podía ser discutido imparcialmente en público. El debate inicial era libre y vigoroso, pero en los años siguientes el ataque tuvo éxito en imponer la ley de lessa majestad en esta materia y hoy difícilmente algún hombre público o algún impreso puede aventurar la mención de los Protocolos, a menos que los declare "falsificados" o "infames" (un acto de sumisión también predicha en los Protocolos mismos).

La primera reacción fue la natural. Los Protocolos fueron recibidos como la evidencia formidable de una conspiración internacional contra la religión, nacionalidad, gobierno legítimo y la propiedad. Todos estaban de acuerdo que la atribución a la paternidad literaria judía no tenía fundamentos, pero que el asunto era tan grave y tan fuertemente apoyado por los eventos subsecuentes a la publicación original, que se necesitaba una investigación completa. Este remedio,"una investigación", fue la única defendida por muchos hombres importantes 120 años antes. En este caso el ataque fue en efecto nuevamente en contra de la demanda para una investigación, no simplemente contra la alegación de "los Superiores de Sión."

The Times
(de Londres) el 8 de mayo de 1920 en un largo artículo dijo, "Una investigación imparcial de estos documentos y de su historia es muy deseable. . . ¿Vamos a desechar todo este asunto sin investigar y dejar que la influencia de tal libro como este trabajo sin chequearlo? " The Morning Post (entonces el más antiguo y [213] sobrio de los periódicos británicos) publicó veintitrés artículos, también requiriendo una investigación.

En The Spectator, el 27 de agosto de 1921, el Señor Sydenham, una famosa autoridad de aquellos días, también instó a una investigación: "El punto principal es, por supuesto, la fuente de la cual Nilus obtuvo los Protocolos. Los rusos que conocieron a Nilus y sus escritos no pueden haber sido todos ellos exterminados por los bolcheviques. Su libro. . . no ha sido traducido, a través de esto podría dar alguna idea del hombre. . . ¿Cuál es la característica más llamativa de los Protocolos? La respuesta es un conocimiento de un tipo raro, abarcando el campo más amplio. La solución de este 'misterio', si es que tiene solución, será encontrada donde este conocimiento misterioso, cuyas profecías ahora literalmente cumplidas está basado, puede mostrar donde reside". En América el Sr. Henry Ford, declarando que "los Protocolos han encajado en la situación mundial hasta este momento; ellos encajan ahora", llevó a que su 'Dearborn Independent' publicara una serie de artículos de los cuales se vendieron un millón y un medio de reimpresiones.

Dentro de dos años el propietario de The Times fue certificado demente (por un doctor anónimo, en un país extranjero; un capítulo posterior describirá este episodio) y sacado por la fuerza del control de sus publicaciones, y The Times publicó un artículo que desecha los Protocolos como plagio del libro de Maurice Joly. El propietario del Morning Post fue objeto de un sostenido vituperio hasta que él vendió el periódico que luego cesó su publicación. En 1927, el Sr. Henry Ford publicó una disculpa dirigida a un judío muy conocido en EEUU; cuando yo estaba en los Estados Unidos, años más tarde, me dijeron, informantes creíbles, que fue persuadido para hacer esto, en un momento cuando un nuevo modelo de automóvil Ford iba a ser comercializado, mediante hostiles amenazas de distribuidores, de los cuales dependía la fortuna de su empresa.

La campaña contra los Protocolos nunca ha cesado desde entonces. En la comunizada Rusia todas las copias que pudieron descubrir fueron destruidas en la revolución y la posesión del libro se volvió un importante crimen bajo la ley contra el "anti-semitismo". En la sucesión directa a eso, aunque veinticinco años después, las autoridades norteamericanas y británicas en la Alemania ocupada después de la Segunda Guerra Mundial obligaron al gobierno alemán Occidental a promulgar leyes contra el "anti-semitismo" en el modelo bolchevique; y en 1955, una imprenta de Munich que reprodujo los Protocolos tenía su negocio confiscado. En Inglaterra, en el momento de la publicación, la venta del libro fue detenida temporalmente por la autoridad, bajo la presión descrita, y en el curso de los años el ataque sobre esto continuó tan violento, que los editores le temieron y sólo pequeñas empresas locales se aventuraron a imprimirlo. En Suiza, entre las guerras, un demanda fue presentada contra el libro como "literatura impropia"; el caso fue ganado, pero el veredicto fue desechado por una corte más alta.

El estado de asuntos provocado así después de 1920, y continuando hasta hoy, fue predicho por los Protocolos en 1905: "A través de la prensa nosotros hemos ganado el poder para influenciar mientras seguimos estando nosotros mismos en las sombras. . . El factor principal del [214] éxito en lo político" (el campo) "es el secreto de su tarea; la palabra no debe estar de acuerdo con los actos del diplomático. . . Nosotros debemos obligar a los gobiernos. . . tomar acciones en la dirección que favorece nuestro plan extensamente-concebido, ya acercándose a la deseada consumación, mediante aquello que nosotros representaremos como la opinión pública, incitada secretamente por nosotros a través de los medios de ese llamado 'Gran Poder', la prensa, la cual, con algunas excepciones que pueden desecharse, ya está completamente en nuestras manos. . . Nosotros trataremos la prensa de la siguiente manera: . . . nosotros la ensillaremos y la embridaremos con una firme restricción; también haremos lo mismo con todas las producciones impresas, porque ¿Dónde estaría el sentido de ser librados de los ataques de la prensa si seguimos siendo blancos de los folletos y libros? . . . Nadie debe con impunidad poner un dedo en la aureola de nuestra infalibilidad gubernamental. El pretexto para detener cualquier publicación será la supuesta súplica que está agitando la mente pública sin ocasión o justificación. . . Nosotros tendremos un triunfo seguro sobre nuestros antagonistas ya que ellos no tendrán a su disposición órganos de prensa en que ellos puedan dar expresión plena y última a sus visiones debido a los métodos mencionados de tratar con la prensa. . . "

Tal es la historia de los Protocolos hasta aquí. Su atribución a los "Superiores" judíos no tiene sustento y debe rechazarse, sin el prejuicio a cualquier otra evidencia sobre la dirección judía de la revolución-mundial como tal. El ataque judío a ellos fue torcido, no en exculpar a la Judería, sino en detener la publicación en la súplica que estaba agitando la mente pública sin ocasión o justificación". Los argumentos entregados eran ficticios; que los Protocolos se parecían estrechamente a varias publicaciones más tempranas y así eran "plagios" o"falsificaciones", considerando que esto en la verdad mostraba la cosa obvia: que ellos eran parte de la literatura continuada de la conspiración. Ellos podrían ser igualmente bien el producto de non-judíos o de revolucionarios anti-judíos, y eso es de importancia secundaria. Lo que ellos prueban es que la organización por primera vez revelada mediante los documentos de Weishaupt estaba en existencia 120 años más tarde, y que todavía estaba usando los métodos y siguiendo el objetivo expuesto entonces; y cuando ellos fueron publicados en inglés, la revolución bolchevique había dado la prueba.

En mi opinión, los Protocolos entregan el manual esencial para los estudiosos del momento y el asunto. Si Lord Sydenham, en 1921, fue arrestado por "el conocimiento misterioso" que ellos desplegaron "en que las profecías ahora cumplidas literalmente está basado", cuánto más habría él de impresionarse hoy, en 1956, cuando mucho más de ellos ha sido literalmente cumplidos. A través de este libro cualquier hombre puede ver cómo fueron los levantamientos de losúltimos 150 años, y cómo aquellos de los próximos cincuenta años serán provocados; sabrá de antemano cómo "los actos" de sus elegidos representantes diferirán de sus "palabras".

En un punto yo soy capaz por mi propia experiencia, de probar el dictum de Lord Sydenham sobre las profecías cumplidas. Los Protocolos, hablando del control de la información publicada, dice: "Ni siquiera un sólo anuncio llegará al público [215] sin nuestro control. Aun ahora esto ya se está logrando por nosotros, ya que todos los artículos de noticias se reciben por unas pocas agencias, en cuyas oficinas ellos se enfocan en todas las partes del mundo. Estas agencias serán entonces completamente nuestras y sólo darán publicidad a lo que nosotros dictemos a ellos". Ésa no era la situación en 1905, o en los días de Lord Sydenham, o en 1926, cuando me hice periodista, pero estaban desarrollándose y hoy es la situación. La corriente de "noticias" que fluye a la mente pública a través de los periódicos vienen de unas pocas agencias, como de la mitad de una docena de fuentes. Cualquier mano que pueda controlar esas válvulas puede controlar "las noticias", y el lector puede observar la fórmula de filtrado en que las noticias lo localizan. Acerca de las visiones editoriales, basadas en este suministro de noticias, la transformación sobre lo que se ha traído puede comprenderse refiriéndose a los artículos imparcialmente críticos publicados hace unos veinticinco años en The Times, Morning Post, The Espectator, Dearborn Independent y miles de otros periódicos. Esto no podría pasar hoy. La subyugación de la prensa ha sido cumplida tal como los Protocolos lo dijeron, y por el accidente de mi generación y llamado yo le vi ocurrir.

El estudio comparativo de los Protocolos y de los papeles de Weishaupt lleva a una fuerte deducción que ambos derivan de una fuente común y mucho más antigua. Ellos no pueden haber sido el producto de cualquier hombre o grupo de hombres en el período en que ellos fueron publicados; el "conocimiento misterioso" desplegado en ellos obviamente yace en la experiencia cumulativa de eras. En particular, esto se aplica (en los papeles de Weishaupt y en los Protocolos por igual) al conocimiento de las debilidades humanas que son singularizadas con exactitud analítica, y el método de aprovecharse de cada una de ellas que es descrito con desdeñosa alegría.

El instrumento a ser usado para la destrucción de las nación-estado cristianos y su religión es "la chusma". La palabra se usa a lo largo del documento con ardiente desprecio para denostar a las masas, (quiénes en público son aduladas llamándose"las personas"). "Los hombres con malos instintos son más en número que los buenos, y por consiguiente los mejores resultados gobernándolos se logran por la violencia y el terror. . . El poderío de una chusma es ciego, insensato y una fuerza que no razona que siempre está a merced de una sugerencia de cualquier lado". De esto se desarrolla el argumento que "un despotismo absoluto" es necesario para gobernar "la chusma" que es "un salvaje" y que "nuestro Estado" empleará "el terror que tiende a producir una sumisión ciega". La "cumplimiento literal" de estos mandatos en la comunizada Rusia debiera ser obvio para todos hoy en día).

Este "despotismo absoluto" será garantizado en el super-estado internacional al final del camino. Mientras tanto los títeres-déspotas regionales son descritos como esenciales en el proceso de romper la estructura de los estados y las defensas de los pueblos: "Desde el primer dictador del presente día la gente sufre pacientemente y soportan tales abusos que por el menor de ellos habrían decapitado a veinte reyes.¿Cuál es la explicación. . .? Esto se explica por el hecho que estos dictadores le susurran a la gente a través de sus agentes, que por medio de estos abusos [216] están infligiendo heridas a los Estados con el más alto propósito - para afianzar el bienestar del pueblo, la hermandad internacional de todos ellos, su solidaridad e igualdad de derechos. Naturalmente ellos no le dicen a la gente que esta unificación debe lograrse sólo bajo nuestra regla soberana".

Este pasaje es de especial interés. El término "Premier-dictador" generalmente no se habría entendido en 1905, cuando los pueblos de Occidente creían que elegían representantes para expresar y depender de su aprobación. Sin embargo, llegó a ser aplicable durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, cuando los presidentes norteamericanos y primer ministros británicos se hicieron ellos mismos, de hecho, los "Premier-dictadores" y usaron los poderes de emergencia en nombre de "el bienestar de la gente. . . la hermandad internacional. . . la igualdad de derechos". Es más, estos Premier-dictadores, en ambas guerras, le dijeron a la gente que el finúltimo de todo esto sería la "unificación" bajo un gobierno mundial de algún tipo. La pregunta de quien controlaría a este gobierno mundial, fue una pregunta que nunca recibió una respuesta sincera; tanto de los Protocolos se ha cumplido que su afirmación que podría ser el instrumento de la conspiración para gobernar al mundo "mediante la violencia y el terror" merece mucho pensamiento.

La característica especial de la dos guerras del Siglo 20 es el desencantamiento que cada una de ellas llevó hasta los pueblos que parecían ser los victoriosos. El"conocimiento misterioso" por consiguiente, nuevamente pareciera haber inspirado
la declaración, hecha en 1905 o antes, "Incluso desde ese tiempo" (de la Revolución francesa) "nosotros hemos estado guiando a los pueblos de un desencanto a otro", seguido después por esto,: "Por estos actos todos los Estados están en la tortura; ellos exhortan a la tranquilidad, están listos para sacrificar todo por la paz; pero, no les daremos paz hasta que ellos abiertamente reconozcan nuestro super-gobierno internacional y con sumisión". Las palabras, escritas antes de 1905, parecieran describir el curso del Siglo 20 con precisión.

Nuevamente, el documento dice que "es indispensable para nuestro propósito que las guerras, tanto como sea posible, no debieran producir ganancias territoriales". Esta misma frase, de 1905 o antes, fue hecha el principal eslogan, o aparentemente el principio moral, proclamado por los líderes políticos de EEUU y Bretaña en ambas guerras mundiales, y en este caso la diferencia entre "la palabra" y "los hechos" de "los diplomáticos" se ha mostrado mediante los resultados. El resultado principal de la Primera Guerra fue establecer el Sionismorevolucionario y el Comunismo-revolucionario como las nuevas fuerzas en los asuntos internacionales, el primero con una prometida "patria" y el segundo con un Estado residente. El resultado principal de la Segunda Guerra que las "ganancias territoriales" incrementarán al, y solamente al, Sionismo y al Comunismo; El Sionismo recibió su Estado de residencia y el Comunismo recibió la mitad de Europa. La "mortal exactitud" (en las palabras de Lord Sydenham) de las previsiones de los Protocolos aparecen claramente en este caso dónde una frase capciosa usada en los Protocolos de 1905, se transformó en el lenguaje diario de los presidentes norteamericanos y primeros ministros británico en 1914-1918 y 1939- 1945.

La razón por la cual los autores de los Protocolos sostienen este eslogan para ser tan importante, en el engaño a los pueblos, también es explicada. Si las naciones envueltas en guerras [217] son negadas de obtener "ganancias territoriales, losúnicos vencedores serán entonces, "nuestros agentur internacionales. . . nuestro derecho internacional barrerán los derechos nacionales, en el sentido apropiado del derecho, y gobernarán a las naciones, precisamente como el derecho civil de los Estados regulan las relaciones de sus ciudadanos entre ellos mismos." Para provocar este estado de asuntos se necesitan políticos dóciles, y de ellos los Protocolos dicen: "Los administradores, a quienes nosotros escogeremos entre el público, con estricta consideración a sus capacidades para una obediencia servil, no serán personas entrenadas en las artes de gobierno, y se transformarán por consiguiente, fácilmente en peones en nuestro juego, en las manos de hombres de conocimiento y genialidad que serán sus consejeros, especialmente engendrados y criados desde la niñez temprana para gobernar los asuntos del todo el mundo".

El lector puede juzgar por sí mismo si esta descripción encaja con algunos de "los administradores" en Occidente en las últimas cinco décadas; la prueba es su actitud hacia el Sionismo, la revolución-mundial y el gobierno mundial, y los capítulos subsecuentes ofrecerán información con respecto a estos tres asuntos. Pero "la mortal exactitud" parece residir aun más en la alusión a los "consejeros."

Aquí nuevamente el "conocimiento misterioso", es desplegado hace más de cincuenta años. En 1905 los non-elegidos pero poderosos "consejeros" eran públicamente desconocidos. En la verdad, unos pocos ilustrados, hombres como Disraeli, sabían que "el mundo es gobernado por personas muy diferentes de lo que se imaginan aquellos que no están detrás de las cortinas", pero para al público en general, este pasaje habría sido algo sin sentido.

En la Primera y Segunda Guerra Mundial, sin embargo, el non-elegido, extraoficial pero imperioso "consejero" se volvió una figura pública familiar. Emergió a la luz abiertamente (bajo los "poderes de emergencia") y llegaron a ser conocidos y aceptados pasivamente por las masas públicas; posiblemente el desprecio que los Protocolos despliegan por "la chusma" estaba justificado por esta sumisión al control tras bastidores, incluso cuando era abiertamente ejercido. En los Estados Unidos, por ejemplo, "consejeros en los asuntos judíos" llegaron a ser residentes en la Casa Blanca y en los principales cuarteles centrales del ejército norteamericano de ocupación. Un financiero (quién públicamente recomendaba drásticas medidas para "gobernar los asuntos mundiales") fue consejero de tantos presidentes que fue apodado "Elder Estadista" por la prensa, y el visitante Primer Ministro de Inglaterra también reparó en él como si tuviese un cargo supremo de autoridad.

Los Protocolos predijeron este régimen de los "consejeros" cuando ninguno entendía lo que significaba y pocos habrían acreditado que ellos aparecerían abiertamente en los más altos puestos.

Los Protocolos repetidamente afirman que el primer objetivo es la destrucción de la clase gobernante existente ("la aristocracia", el término empleado, todavía era aplicable en 1905) y la toma de la propiedad a través de la incitación de la insensata y brutal "chusma". Una vez más, los eventos subsecuentes dan a la "previsión" su "mortal exactitud":

"En política uno debe saber como tomar la propiedad de otros sin vacilación si mediante esto nosotros afianzamos sumisión y soberanía. . . Las palabras, 'Libertad, Igualdad y Fraternidad', trajo a nuestras líneas, gracias a nuestros ciegos agentes, legiones enteras [218] que tomaron nuestros estandartes con entusiasmo. Y todo el tiempo estas palabras eran gusanos de úlcera taladrando el bienestar de las personas, poniendo fin por todas partes a la paz, tranquilizando la solidaridad y destruyendo todas las fundaciones de los Estados. . . Esto nos ayudó a nuestro más grande triunfo; nos dio la posibilidad, entre otras cosas, de obtener en nuestras manos la tarjeta Maestra, la destrucción de los privilegios, o en otros términos, la existencia misma de la aristocracia. . . esa clase que era la única que la defensa de la gente y de los países tenía contra nosotros. En las ruinas de la aristocracia natural y genealógica. . . nosotros hemos preparado la aristocracia de nuestra educada clase encabezada por la aristocracia del dinero. Las calificaciones de esta aristocracia nosotros la hemos establecido en riqueza que es dependiente de nosotros y en el conocimiento. . . Es esta posibilidad de reemplazar a los representantes de los pueblos que los han puesto a nuestra disposición, y, como fue, nos ha dado el poder de designar... Nosotros aparecemos en la escena como los supuestos salvadores de los trabajadores de esta opresión cuando nosotros le proponemos que entre en las líneas de nuestras fuerzas de lucha; Socialistas, Anarquistas, Comunistas. . . Por la necesidad y la envidia y el odio que engendra, moveremos las chusmas y con sus manos barreremos fuera a todos aquellos que se interponen en nuestro camino. . . Las personas, creyendo ciegamente las cosas impresas, las aman. . . un odio ciego hacia todas las condiciones que se consideran sobre ellos mismos, ya que no tiene ninguna comprensión del significado de clase y condición. . . Estas chusmas se apresurarán con deleite a verter la sangre de aquellos a quienes, en la simplicidad de su ignorancia, han envidiado desde sus cunas, y cuyas propiedades ellos podrán entonces saquear. 'Lo Nuestro' ellos no lo tocarán, porque el momento del ataque será conocido por nosotros y tomaremos las medidas para proteger nuestra propiedad. . . La palabra 'libertad' hace salir a las comunidades de hombres para luchar contra cualquier tipo de fuerza, contra cualquier tipo de autoridad, incluso contra Dios y las leyes de la naturaleza. Por esta razón nosotros, cuando entremos en nuestro reino, tendremos que borrar esta palabra del léxico de vida, ya que implica un principio de fuerza bruta que convierte a las chusmas en bestias sanguinarias. . . Pero incluso la libertad podría ser inofensiva y tener su lugar en la economía Estatal sin lesionar el bienestar de la gente si descansara sobre las fundaciones de la fe en Dios. . . Ésta es la razón por qué es indispensable para nosotros minar toda la fe, rasgar fuera de las mentes de las masas el principio mismo de Divinidad y el espíritu, y poner en su lugar los cálculos aritméticos y las necesidades materiales. . . "

". . Nosotros hemos puesto a uno contra otro los ajustes de cuentas, personales y nacionales de las personas, religiosos y odios de raza, los cuales hemos criado en un enorme crecimiento en el curso de los últimos veinte siglos. Ésta es la razón por qué no existe un Estado que recibiría apoyo de alguna parte si fuera a levantarse en armas, ya que cada uno de ellos debe tener presente que cualquier acuerdo contra nosotros sería improductivo en sí mismo. Nosotros somos demasiado fuertes, no hay ninguna forma de evadir nuestro poder. Las naciones no pueden incluso alcanzar un acuerdo privado insignificante sin que nosotros tengamos una mano secreta allí. . . Para poner a la opinión pública en nuestras manos, debemos llevarlo a un estado de desconcierto dándole expresión de todos los lados a las tantas opiniones contradictorias y por tan largo tiempo como sea suficiente para hacer [219] que la gente pierdan sus cabezas en el laberinto y lleguen a ver que la mejor cosa es no tener ninguna opinión de cualquier tipo en materias políticas, las cuales no son dadas para que el público las entienda, porque ellas sólo son entendidas por aquellos que guían al público. Éste es el primer secreto. El segundo requisito secreto para el éxito de nuestro gobierno se comprende en lo siguiente: multiplicar a tal magnitud los fracasos nacionales, hábitos, pasiones, en las condiciones de vida civil, que será imposible para cualquiera saber dónde está en los caos resultantes, de tal manera que las personas en consecuencia, no se entenderán entre sí. . . Por todos estos medios nosotros desgastaremos a los pueblos de tal manera que ellos serán obligados a ofrecernos el poder internacional de una naturaleza que por su posesión nos habilitará sin algún tipo de violencia, gradualmente,
a absorber todas las fuerzas Estatales del mundo y formar un Super- Gobierno. En lugar de los gobernantes de hoy, nosotros prepararemos un espectro que se llamará Administración del Super-Gobierno. Sus manos se extenderán en todas las direcciones como tenazas y su organización será de tales dimensiones colosales que no fallarán en poder dominar todas las naciones del mundo."

Que los Protocolos revelan la fuente común de inspiración del Sionismo y el Comunismo es mostrado por el significante paralelo que puede ser dibujado entre los dos métodos principales extendidos en ellos y por los métodos principales seguidos por el Dr. Herzl y Karl Marx:

Los Protocolos pusieron énfasis repetidamente en la incitación de "la chusma" contra la clase gobernante como los medios más eficaces para destruir Estados y naciones y lograr el dominio mundial. El Dr. Herzl, como se mostró en el capítulo precedente, usó este método precisamente para ganar la oreja de gobernantes europeos.

A continuación Karl Marx. Los Protocolos dicen, "La aristocracia de los pueblos, como fuerza política, está muerta. . . pero como propietarios de las tierras todavía pueden ser dañinos para nosotros por el hecho que son auto-suficientes en los recursos por los cuales ellos viven. Es por consiguiente esencial para nosotros, a cualquier costo, privarlos de sus tierras. . . Al mismo tiempo debemos intensivamente patrocinar el comercio y la industria. . . lo que nosotros queremos es que la industria debería escurrir del campo, ambos, trabajo y capital y por medio de la especulación transferir a nuestras manos todo el dinero del mundo..... "

Karl Marx en su Manifiesto Comunista siguió esta fórmula exactamente. En la verdad declaró que el poder del Comunismo puede ser resumido en una frase, la"abolición de la propiedad privada", pero posteriormente él revisó este dictum restringiendo la confiscación real de la tierra e implicando que otros tipos de propiedad privada iban a permanecer intactos. (En el evento Marxista posterior, por supuesto, toda la propiedad privada fue confiscada, pero yo hablo aquí del estricto paralelo entre la estrategia extendida antes del evento, tanto por los Protocolos y Marx por igual).

Un pasaje de interés particular en el presente, aunque fue escrito antes de 1905, dice, "Hoy día, si cualquier Estados levanta una protesta contra nosotros, esto es solamente formal, a nuestra discreción y bajo nuestra dirección, ya que su antisemitismo es indispensable para que podamos controlar a nuestros hermanos menores". Un rasgo distintivo de nuestra era es la forma de las acusaciones de"anti-semitismo" es transferida continuamente de un [220] país a otro, el país acusado así, se transforma automáticamente en el enemigo de la próxima guerra. Este pasaje podría causar al prudente, volver un ojo escéptico a los informes periódicos de hoy en día sobre súbitos cambios de dirección "antisemíticos" en la Rusia comunizada, o en otras partes.

El parecido a los documentos de Weishaupt es muy fuerte en los pasajes que se relacionan con la infiltración de los departamentos públicos, profesiones y partidos políticos, por ejemplo: "Es de nosotros que procede el terror que todo lo envuelve. Nosotros tenemos en nuestro servicio personas de todas las opiniones, de todas las doctrinas, restauradores monárquicos, demagogos, socialistas, comunistas, y soñadores utópicos de todo tipo. Nosotros les hemos puesto el arnés para llevarles juntos a la tarea: cada uno de ellos por su propia cuenta está taladrando hasta los últimos remanentes de autoridad, se están esforzando para derrocar todas las formas establecidas del orden. Por estas acciones todos los Estados están en la tortura; ellos exhortan a la tranquilidad, están listos para sacrificar todo por la paz; pero nosotros no les daremos paz hasta que ellos reconozcan abiertamente nuestro Super-gobierno internacional y con sumisión".

Las alusiones a la infiltración de las universidades en particular, y de la educación en general, también surge directamente de Weishaupt, o de la fuente que más temprano él los recibió: ". . Nosotros castraremos las universidades. . . Sus funcionarios y profesores serán preparados para su negocio por detallados programas secretos de acción de los cuales ellos no podrán con inmunidad desviarse, ni siquiera por una letra. Serán designados con especial precaución y serán de tal forma situados para hacerlos totalmente dependiente del Gobierno." Esta infiltración secreta de las universidades (qué tuvo el éxito en las universidades alemanas en los días de Weishaupt, tal como lo muestran sus documentos) fue muy efectiva en nuestra generación. Los dos funcionarios gubernamentales británicos que después de su vuelo a Moscú fueron presentados delante de la prensa internacional en 1956, declarando que ellos habían sido capturado por el Comunismo en sus universidades, fueron productos típicos de este método, descrito por los Protocolos más temprano en este siglo y por Weishaupt en 1787.

Los documentos de Weishaupt hablan de la Francmasonería como la mejor"cubierta" a ser usada por los agentes de la conspiración. Los Protocolos reparten la función de "cubierta" al "Liberalismo": "Cuando nosotros introdujimos en el organismo Estatal el veneno de Liberalismo, el complejo político en su totalidad sufrió un cambio. Los Estados han sido cogidos con una enfermedad mortal, que envenena la sangre. Todo lo que resta es esperar el fin de su mortal agonía".

El término los "soñadores utópicos", usados más de una vez, se aplica a los Liberales, y su fuente original probablemente reside en la alusión del Antiguo Testamento a los "soñadores de sueños" con "falsos profetas", que deben ser puestos a la muerte. Por consiguiente, el fin de Liberalismo estaría claro para el estudioso, aun cuando los Protocolos no lo especificaron: "Nosotros desarraigaremos fuera el liberalismo de los puestos estratégicos importantes de nuestro gobierno, sobre los cuales depende el entrenamiento de subordinados para nuestra estructura Estatal".

El "Gran Hermano" de los regimenes de nuestro siglo, se predice con precisión en el [221] el pasaje, "Nuestro gobierno tendrá la apariencia de una protección paternal patriarcal por parte de nuestro gobernante."

El Republicanismo, también, será una "cubierta" para la conspiración. Los Protocolos son especialmente despectivos del republicanismo, en el cual (y en el liberalismo) ellos ven el arma de autodestrucción forjada desde "la chusma": "... entonces fue que la era de las repúblicas llegó a ser posible de realización; y entonces fue que nosotros reemplazamos al gobernante por una caricatura de gobierno, por un presidente, tomado de la chusma, del medio de nuestras criaturas títeres, de nuestros esclavos. Ésta fue la fundación de la mina que nosotros hemos puesto bajo los pueblos."

Entonces, los desconocidos escribas de algún tiempo antes de 1905, describen la posición a la cual los presidentes norteamericanos han sido reducidos en nuestro siglo. El pasaje comienza, "En el futuro cercano nosotros estableceremos la responsabilidad de los presidentes". Esto, como lo muestra la sucesión, significa responsabilidad personal, como distinto de la responsabilidad refrenada por los controles constitucionales; el presidente llegará a ser uno de los "Premierdictador" antes previsto, cuya función es romper las defensas constitucionales de los estados y así preparar la "unificación bajo nuestro control soberano".

Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, los presidentes norteamericanos se volvieron de hecho en los "Premier-dictador" en este sentido, exigiendo que "la emergencia" y la necesidad para la "victoria" dictaba esta toma del poder de responsabilidad personal; los poderes que se restaurarían a "las personas" cuando "la emergencia" hubiese pasado. Los lectores de suficientes años recordarán cuán inconcebible parecía esto antes que sucediera y cuán pasivamente fue aceptado en el evento. El pasaje entonces continúa:

"La cámara de diputados proporcionará la cubierta para esto, protegerá, elegirá a presidentes, pero nos tomaremos de él el derecho para proponer nuevas, o hacer los cambios en las leyes existentes, ya que este derecho será dado por nosotros al presidente responsable, un títere en nuestras manos. . . Independientemente de esto investiremos al presidente con el derecho de declarar un estado de guerra. Nosotros justificaremos este último derecho sobre la base que el presidente como jefe de todo el ejército del país, debe tenerlo a su disposición en caso de necesidad. . . Es fácil entender que en estas condiciones la llave de la urna quedará en nuestras manos, y que nadie fuera de nosotros podrá dirigir la fuerza de la legislación. . . La voluntad del presidente... a nuestra discreción, interpretará el sentido de tal ley existente ya que admite varias interpretaciones; él las anulará posteriormente cuando nosotros le indiquemos la necesidad de hacerlo, además de esto, él tendrá el derecho para proponer leyes temporales, e incluso nuevas salidas en el funcionamiento constitucional gubernamental, el pretexto para ambas, por una y otra es que serán requisitos para el bienestar supremo del estado. Mediante estas cosas nosotros obtendremos el poder de destruir poco a poco, paso a paso, todos lo que este al principio, cuando nosotros entramos en nuestros derechos, estamos obligados en las constituciones de los estados para preparar la transición, a una abolición imperceptible de cada tipo de constitución, y entonces el tiempo habrá llegado para convertir a cada gobierno en nuestro despotismo". [222]

Esta previsión de 1905 o anterior, mereció particularmente el tributo de Lord Sydenham acerca de "la mortal exactitud". Los presidentes norteamericanos en las dos guerras de este siglo han actuado como se ha mostrado aquí. Ellos se tomaron el derecho de declarar y hacer la guerra, y ha sido usado por lo menos una vez (en Corea) desde que la Segunda Guerra Mundial acabó; cualquier intento del Congreso o fuera de él para privarlos de este poder, o refrenarlos en el uso, se ha encontrado con un violento ataque hostil.

Así continúan los Protocolos. El pueblo en su progreso, "de un desencanto a otro", no se le permitirá "un espacio de respiro". Cualquier país "que se atreva a oponerse en contra nuestra" deberá enfrentarse con la guerra, y cualquier oposición colectiva con la "guerra universal". La gente no será permitida contender con la sedición" (aquí está la clave a los furiosos ataques de 1790, 1920 y hoy sobre toda las demandas para la "investigación", "caza de brujas", "McCarthyismo" y similares). En el Super-estado por venir la obligación recaerá en los miembros de una familia denunciar a los disidentes dentro del círculo familiar (la dispensación del Antiguo Testamento previamente mencionado). La "destrucción completa de la religión cristiana" no será largo tiempo retardada. Las gentes se mantendrán distraídas por entretenimientos triviales ("palacios del pueblo") para que no se pongan molestos y hagan preguntas. La historia se volverá a escribir para engañarles (otro mandato que se cumplió en la Rusia comunizada), porque "nosotros borraremos de la memoria de los hombres todos los hechos de los siglos anteriores que nos son indeseables, y dejaremos sólo aquellos que describan todos los errores de los gobiernos nacionales". "Todas las ruedas de la maquinaria de los Estados se regirán por la fuerza del motor que está en nuestras manos y ese motor de la maquinaria de los Estados es el Oro."

Y el final de todo esto: "Lo que tenemos que obtener es eso que allí debería haber en todos los Estados del mundo, al lado de nosotros, sólo las masas del proletariado, unos pocos millonarios consagrados a nuestros intereses, policía y soldados. . . El reconocimiento de nuestro déspota. . . vendrá cuando las gentes, absolutamente cansadas por las irregularidades y la incompetencia. . . de sus gobernantes, clamarán: 'Sáquelos de aquí y que nos den un rey sobre toda la tierra que nos unirá y aniquilará las causas de la discordias, las fronteras, las nacionalidades, las religiones, las deudas Estatales, aquel que nos dará paz y sosiego, el cual no podemos encontrar bajo nuestros gobernantes y representantes".

En dos o tres de estos pasajes yo he sustituido la palabra "Goyim" por "personas" o"masas", porque el uso de esa palabra se relaciona con la aserción no probada contenida en el título del libro, y yo no quiero confundir los asuntos; la evidencia sobre la identidad de los autores de la conspiración debe buscarse en otra parte que no sea una alegación sin apoyo. Los autores pueden haber sido judíos, non-judíos o anti-judíos. Eso es inmaterial. Cuando fue publicado este trabajo era el texto mecanografiado de un drama que no había sido llevado a cabo; hoy ha estado corriendo durante cincuenta años y su título es El Vigésimo Siglo. Los caracteres descritos en él se mueven en nuestra fase contemporánea, juegan sus roles y producen los eventos previstos.

Sólo resta el desenlace, fiasco o culminación. Es un plan grandioso, y [223] en mi estimación no puede tener éxito. Pero ha existido durante por lo menos 180 años y probablemente por más tiempo, y los Protocolos proporcionaron una prueba más en una cadena de pruebas que se han grandiosamente alargado subsecuentemente. La conspiración para el dominio mundial a través de un estado mundial de esclavos existe y no puede en esta fase ser abruptamente verificada o destruida, la velocidad que ha adquirido debe llevar ahora a su culminación o a su fracaso. Cualquiera será destructiva durante un tiempo, y muy dura para aquellos que vivan el momento del desenlace.

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