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Capítulo 28
La aberración del Sr. Balfour
Cuando la primera década del Siglo 20 avanzaba, las señales de la avizorada
tormenta se multiplicaban. En 1903 el Gobierno británico había ofrecido Uganda al
Sionismo y Max Nordau había predicho públicamente "la futura guerra mundial",
en cuya sucesión Inglaterra procuraría Palestina para el Sionismo. En 1905 los
Protocolos revelaron proféticamente la orgía destructiva del Comunismo. Luego en
1906, el Sr. Arthur James Balfour, Primer Ministro de Inglaterra, se reunió con el
Dr. Weizmann en una habitación de hotel y fue cautivado por la noción de
presentar Palestina, que no era suya, para darla a "los judíos."
La forma que tomaría "la futura Guerra Mundial" fue entonces determinada. El Sr.
Balfour bajó la guardia del nuevo siglo y cedió el paso. Un hombre diferente, en su
lugar, lo podría haber salvado; u otro podría haber hecho lo mismo, ya por 1906 el
mecanismo oculto para ejercer una "presión irresistible en los asuntos
internacionales del presente" (León Pinsker, 1882) evidentemente había sido
perfeccionado. El Rabino Elmer Berger dice de ese tiempo, "que grupos de judíos
que se habían comprometidos con el Sionismo. . . entraron en un tipo de
diplomacia ambulante el cual tomó muchas cancillerías y parlamentos, explorando
las formas laberínticas y desviadas de la política internacional, en una parte del
mundo dónde la intriga política y los tratos secretos eran un prototipo. Los judíos
comenzaron a jugar el juego de 'la política práctica'. "
La era de los "administradores" maleables y de "Premier-dictadores" dóciles, todos
haciendo avanzar más allá el gran plan, estaba comenzando. Por consiguiente
cualquier otro político, puesto en el lugar de Sr. Balfour en ese momento, podría
haber actuado en forma semejante. Sin embargo, su nombre está atado a la
fechoría inicial.
Sus acciones son casi inexplicables en un hombre de tal nacimiento, entrenamiento
y tipo. La investigación no puede descubrir evidencias de cualquier otro motivo que
no sea una cautivación, de la clase "liberal", para una empresa que él ni siquiera
examinó a la luz de su deber y sabiduría. Las "duras" consideraciones de "política
práctica" (es decir, un cálculo frío que dinero o votos podría ser ganado apoyando
al Sionismo) difícilmente podría sospecharse en él. Él y sus colegas pertenecieron a
las familias más antiguas de Inglaterra, las cuales tenían una larga tradición de
servicio público. La habilidad política estaba en su sangre; entendimiento de
gobierno y conocimiento de asuntos extranjeros eran instintivos en ellos; ellos
representaron la clase gobernante más exitosa en la historia escrita; y eran
adinerados.
¿Por qué, entonces, el instinto, tradición y sabiduría los abandonaron de pronto en
ese único asunto, en el momento en que su Partido Conservador, en su vieja forma,
gobernaba Inglaterra por última vez, y sus familias todavía guiaban las fortunas
nacionales desde grandes casas en Piccadilly y Mayfair y desde las abadías rurales?¿Se sintieron ellos alarmados por las amenazas que "la chusma" sería incitada en su
contra si no accedían? Ellos comprendieron que el nacimiento y los privilegios no
continuarían calificando para la función exclusiva de gobernar. El mundo había
cambiado mucho en el siglo anterior, y ellos supieron que el proceso seguiría. En la
tradición británica [225] ellos trabajaron para asegurar la continuidad, irrompible
por violencia y facilitada por la conciliación. Eran demasiado sabios para resistirse
al cambio; apuntaban a guiar el cambio. Quizás estaban demasiado ávidos en ese
objetivo para estrechar sus manos con el Progreso, cuando golpeó, sin examinar las
credenciales de los emisarios.
El Sr. Balfour, su líder, era un elevado, distante y erudito soltero, impasible y
pesimista; él era de apariencia frío pero sus íntimos alegan que su corazón era
cálido. Su aventura amorosa de mediana edad con el Sionismo podría ser un
síntoma de celibato involuntario. En la juventud tardó en preguntarle a su amada
hasta que ella se prometió a otro; antes de que ellos pudieran casarse su amado
murió; y cuando el Sr. Balfour estaba a punto de remediar su tardanza anterior,
ella también murió. Él resolvió entonces permanecer soltero.
Las mujeres no pueden ser buenas juezas de un soltero distinguido que lleva un
corazón roto en su manga, pero muchos de los comentarios contemporáneos sobreél vienen de las mujeres, y yo cito las opiniones de dos de las mujeres más bellas de
esos días. Consuelo Vanderbilt (una norte americana, después Duquesa de
Marlborough) escribió, 'Las opiniones que él expresó y las doctrinas que él sostuvo
parecían ser productos de pura lógica. . . estaba dotado con una anchura de
comprensión que nunca he visto igualada"; y Lady Cynthia Asquith dijo, "En
cuanto a su ser desprovisto de indignación moral, yo le vi a menudo blanco por el
enojo; cualquier injusticia personal lo enfurecía."
Las palabras puestas en negrita no pudieron representar más mal al Sr. Balfour, si
el resultado de sus acciones es alguna prueba. El único proceso de pensamiento que
no lo puede haber guiado, empeñando su país al Sionismo, fue la lógica, ya que
ninguna lógica correcta pudo ser usada en esto para cualquiera de las partes
involucradas, su propio país, los habitantes nativos de Palestina, o (en mi opinión)
las masas de judíos que no tenían alguna intención de ir allí. En cuanto a la
injusticia (a menos que la Señora Cynthia pensara distinguir entre injusticia"personal" e injusticia de masas), los millones de seres inocentes que hoy han sido
expulsados al desierto árabe (de la forma del "chivo expiatorio" de los Levitas)
ofrece una respuesta obvia.
De cualquier forma, allí estaba él, Primer Ministro de Inglaterra, habiendo
sucedido al "estimado Tío Robert" (Lord Salisbury, de la gran casa de Cecil) en
1902. Claramente él no puede en ese momento haber concebido, de ninguna parte,
la noción de dar Uganda a los Sionistas, por lo que la "presión irresistible" debe
haber estado trabajando antes de que él tomara la oficina. Lo que sucedió en ese
período más temprano es todo un misterio o, en la verdad, conspiración (la "intriga
laberíntica"). Cuando él se transformó en Primer Ministro la mina explosiva había
sido puesta, y al final de sus días, el Sr. Balfour aparentemente nunca comprendió
que fue la mina explosiva de la cual hoy todos están conscientes.
El Dr. Herzl, desesperanzado del Zar, del Kaiser y del Sultán (los tres potentados
habían sido amables pero prudentes y non-comprometidos; ellos sabían, lo que Sr.
Balfour nunca aprendió, que el Sionismo era dinamita (*) había declarado:"Inglaterra, gran Inglaterra, Inglaterra libre, la Inglaterra que comanda los mares
entenderá nuestros objetivos" (el lector percibirá para qué propósito, en esta visión,[226]
Inglaterra había llegado a ser grande, libre, y comandante de los mares). Cuando la
oferta de Uganda le demostró al consejo de administración Talmúdico en Rusia que
el Dr. Herzl estaba equivocado pensando que Inglaterra entendería sus
necesidades, el Dr. Weizmann fue enviado a Londres. Él se estaba preparando para
derrocar al Dr. Herzl y ahora se transforma en nuestro testigo principal de los
ocultos eventos de ese tiempo.
Un joven inglés, con algunas modestas peticiones, tendría grandes problemas,
incluso hoy en día, en penetrar los porteros y la defensa secretarial de las salas
privadas de los Ministros del Gabinete. El joven Dr. Weizmann de Rusia, que
quería Palestina, fue rápidamente introducido en la sala de Lord Percy ("a cargo de
los asuntos africanos").
Lord Percy era otro vástago de una gran familia gobernante con una antigua
tradición de servicio público y de sabia administración. Según el Dr. Weizmann, él
"expresaba un ilimitado asombro que los judíos hubiesen considerado la propuesta
de Uganda que él consideraba impráctica por una mano, y, por la otra, un rechazo
de la religión judía. Siendo él profundamente religioso, se sintió confundido
por el pensamiento que los judíos pudieran aceptar la idea de cualquier otro país
que no fuese Palestina como centro de su reavivamiento; y estaba encantado de
aprender de mí, que había tantos judíos que se habían negado a esto enfáticamente.
Agregó, 'Si yo fuera un judío, yo no daría un medio penique por la proposición'. "
Probablemente el Dr. Weizmann no informó a Lord Percy del anhelo unánime de
los judíos en Palestina de viajar a Uganda. Lo que él había oído, si su registro
es correcto, era virtualmente una invitación para librarse del Dr. Herzl y una
promesa de apoyar la demanda de Palestina. Él se marchó a preparar la derrota del
Dr. Herzl. No se fue con las manos vacías.
Posiblemente, en los cincuenta años que han pasado, los ministros británicos han
aprendido que el papel de carta oficial debería guardarse donde sólo aquellos
autorizados pueden usarlo. Dejando la oficina de Lord Percy, el Dr. Weizmann
tomó algunos papeles de cartas de la Oficina del Exterior y en ellos escribió un
informe de la conversación, la cual envió a Rusia (donde, bajo los Romanoffs y los
Zares comunistas por igual, la papelería gubernamental no es dejada en cualquier
lugar). En la Rusia, este documento, escrito en el papel oficial de la Oficina del
Exterior, debe haber despertado sentimientos similares a aquellos que un ícono
santo causaría en un moujik. Claramente significaba que el Gobierno británico no
tenía ningún uso extra para el Dr. Herzl y procuraría Palestina para los Sionistas en
Rusia. Lord Percy, en el modismo de hoy, había comenzado algo.
Todo lo demás continuó como si hubiese sido dispuesto por los dioses griegos: el
triunfo de los Sionistas de Rusia sobre el Dr. Herzl, su derrumbe y muerte, el
rechazo de la oferta de Uganda. Entonces el Dr. Weizmann se movió a Inglaterra,"el único país que parecía mostrar una genuina simpatía por un movimiento como
el nuestro", y donde él
(*) Para ese asunto, los sucesores de los Zares eran justamente de la misma opinión. Lenín en 1903 escribió, "Esta idea Sionista es completamente falsa y reaccionaria en su esencia. La idea de una nación judía separada que es científica y absolutamente insostenible, es reaccionaria en sus implicaciones políticas. . . El asunto judío es: ¿asimilación o separación? Y la idea de un pueblo judío es evidentemente reaccionaria". Y en 1913 Stalin reafirmó este dictum. El destino de los judíos, dijo él, fue la asimilación (en un mundo comunista, claro, en esta opinión).
[227]
podría "vivir y trabajar sin obstáculos o estorbos, por
lo menos teóricamente" (cualquier recopilación de subestimaciones clásicas
podría incluir este pasaje en primer lugar).
El Dr. Weizmann escogió Manchester para su residencia. Él dice "por casualidad",
pero la credibilidad es difícil. Manchester sostenía el electorado del Sr. Balfour; en
Manchester estaba el principal comando central Sionista en Inglaterra; el
presidente del Partido del Sr. Balfour en Manchester era un sionista (hoy Partido
Conservador británico todavía está enredado en estos trabajos).
El drama griego continuó. El puesto de Primer Ministro del Sr. Balfour acabó en un
fiasco ya que su Partido en la elección de 1906, perdió ocho de los nueve asientos
de Manchester. Él se desvaneció entonces temporalmente de la oficina. En ese
momento otro personaje entró en la presente narrativa. Entre los candidatos
Liberales triunfantes, un creciente hombre joven con una hábil nariz para los
vientos políticos, el Sr. Winston Churchill. Él también buscaba la elección en
Manchester y se encomendó el mismo allí, a la oficina principal Sionista, primero
atacando la ley de extranjería del gobierno de Balfour (qué actuó como un freno en
la inmigración a gran escala de lugares como Rusia) y luego apoyando al Sionismo.
Por consiguiente "los judíos de Manchester entraron rápidamente en la línea detrás
de él como si él fuera un tipo de Moisés de los últimos días; uno de sus líderes se
levantó en una reunión de todos los judíos y anunció que 'cualquier judío que
votara contra Churchill es un traidor a la causa común' " (Sr. R.C. Taylor). El Sr.
Churchill, electo, se transformó en Vice Ministro para las Colonias. Su casamiento
público con el Sionismo fue simplemente un episodio significante en ese momento;
tres décadas después, cuando Sr. Balfour estaba muerto, habría de tener
consecuencias tan fatales como la propia aberración del Sr. Balfour.
Para volver al Sr. Balfour: sus pensamientos privados eran muchos con el
Sionismo. En ningún momento, hasta donde los anales revelan, pensó en los
nativos habitantes de Palestina cuya expulsión al desierto él iba a causar. Por
coincidencia, la elección estaba luchándose fundamentalmente alrededor del
asunto del supuesto tratamiento cruel de algunos lejanos seres humildes (éste es un
caso del método de avivar las pasiones de "la chusma", recomendada por el Dr.
Herzl y los Protocolos). Los electores no sabían nada sobre el Sionismo y cuando
ellos se enteraron después acerca de él, no sintieron preocupación por los
amenazados Árabes, porque ese lado del asunto no fue presentado entonces ante
ellos por una prensa "sumisa". Sin embargo, en 1906, sus sentimientos estaban
siendo inflamados sobre la "esclavitud china" y (Manchester siendo Manchester)
ellos estaban muy indignados sobre ella. En ese momento estaban siendo ligados
por contrato los Coolíes chinos, para trabajar por tres años en las minas de oro en
Sudáfrica. Esos escogidos se contaban a sí mismos como afortunados, pero para
los propósitos electorales y "conmovedores de canallas" en Manchester esto era"esclavitud" y la batalla se luchó y ganó sobre esa cuenta. El Liberal victorioso se
olvidó de la "esclavitud china" inmediatamente después del conteo de los votos, (y
cuando llegó su turno en la oficina, excedió a los Conservadores en su entusiasmo
por el Sionismo).
Así, mientras los gritos de "esclavitud china" resonaban fuera de sus ventanas, el
Sr. [228] Balfour, se encerraba con el emisario Sionista de Rusia, preparando algo
mucho peor que la esclavitud para los árabes de Palestina. Su encantamiento era
total antes que comenzara la entrevista, tal como lo muestra su sobrina y
confidente de toda la vida (la Señora Dugdale): "Su interés en el asunto fue agudo.
. . por la negativa de los judíos Sionistas para aceptar la oferta de Uganda. . . La
oposición despertó en él una curiosidad que no encontró ningún medio para
satisfacer. .. Él le había preguntado a su presidente en Manchester para sondear las
razones de la actitud Sionista. . . El interés de Balfour en los judíos y su historia. . .
originado en el entrenamiento en el Antiguo Testamento por su madre y en
su educación escocesa. Cuando creció, su admiración intelectual y simpatía por
ciertos aspectos de los judíos en el mundo moderno le parecieron de inmensa
importancia. Recuerdo en la niñez, bebiendo de él la idea que la religión cristiana y
la civilización debían al Judaísmo una deuda inmensurable, mal
reembolsada."
Tal fue el marco de la mente del Sr. Balfour cuando recibió al Dr. Weizmann en una
habitación del viejo Hotel de la Reina en el Manchester húmedo y brumoso de
1906. La proposición ante él, si era aceptada, implicaba la adición de Turquía, en
1906, a los enemigos de Inglaterra en cualquier "Guerra Mundial futura" y, si
Turquía fuese derrotada en esta, comprometiéndose después de esto a una guerra
perpetua con el mundo árabe.
Pero cálculos de interés nacional, principios morales y de habilidad política, si las
citas anteriores son la prueba, habían abandonado la mente de Sr. Balfour.
Estaba agarrado por un interés "agudo" y una "curiosidad" insatisfecha; suena
como el sentimiento romántico de una muchacha joven acerca del amor. Él no
había sido elegido para decidir cual era la deuda que la Cristiandad debía al
Judaísmo, o si él decidiera que alguien estaba debiendo, efectuar su reembolso, de
los fondos de una tercera parte, a algún agente que profesa tener el título para
colectar. Si existiera alguna deuda identificable y cualquier causa racional para
unir su país con ella, y pudiera convencer a su país de esta, él podría haber tenido
un caso. En cambio, él decidió privadamente que había una deuda, y que él estaba
titulado para escoger entre los demandantes en favor de un visitante de Rusia,
cuando la masa de judíos en Inglaterra repudiaba cualquier noción de tal deuda. La
historia no cuenta una cosa más extraña que esta.
El Dr. Weizmann, cuarenta años después, recordó que el Sr. Balfour con quien él se
reunió "tenía sólo la noción más ingenua y rudimentaria del movimiento"; él ni
siquiera conocía el nombre del Dr. Herzl, lo más cercano él podía conseguir
recordar era "Dr. Herz". El Sr. Balfour fue llevado lejos por su entusiasmo por
causa desconocida. Propuso objeciones formales, pero aparentemente sólo por el
placer de oírlas en su arrogancia, como podría una joven objetar la fuga que ella en
secreto desea. Él estaba muy impresionado (tal como el Dr. Weizmann dice)
cuándo su visitante dijo, "Sr. Balfour, suponga que le estuviese ofreciendo París en
lugar de Londres, ¿Lo tomaría usted? " "Pero, Dr. Weizmann, nosotros tenemos
Londres", contestó él. El Dr. Weizmann replicó, "Pero nosotros teníamos Jerusalén
cuando Londres era un pantano."
Sr. Balfour aparentemente sintió que esto era una razón conclusiva por la que los
judíos Ashkenazis de Rusia debían ser movidos a Palestina. Sin embargo, el único
cuerpo de [229] judíos cuyos intereses él tenía algún derecho para considerar, los
judíos de Inglaterra, había estado trabajando firme para disuadirlo de ser enredado
en el Sionismo, y él hizo una última débil objeción: "Es curioso, Dr. Weizmann, los
judíos que yo me encuentro son bastante diferentes". El Dr. Weizmann contestó,
"Sr. Balfour, usted se ha encontrado con el tipo equivocado de judíos".
El Sr.
Balfour nunca más cuestionó la demanda de los Sionistas de Rusia que eran el tipo
correcto de judíos."Fue desde esa charla con Weizmann que yo vi que la forma judía de patriotismo
era única. Fue la negativa absoluta de Weizmann de incluso observarla" (la
proposición de Uganda) "lo cual me impresionó"; a estas palabras, la Señora
Dugdale agrega el comentario, "Mientras más pensó Balfour acerca del Sionismo,
fue más su respeto por él y su creencia en su importancia creció. Sus convicciones
tomaron forma antes de la derrota de Turquía en la Gran Guerra,
transformando la totalidad del futuro para los Sionistas". También
transformó la totalidad del futuro para todo Occidente y para dos generaciones de
sus hijos. En esta reunión en una habitación de hotel en 1906, se dio cumplimiento
a la profecía de Max Nordau de 1903, sobre la forma de "la guerra mundial futura".
Cuando esa guerra se acercaba, el número de hombres públicos importantes que
privadamente se desposaron con el Sionismo, creció rápidamente. Ellos se hicieron
de hecho co-conspiradores, porque no informaron a las masas públicas de alguna
intención sobre Palestina. Nadie fuera del círculo interno de la "intriga laberíntica"
supo que una intriga estaba en sus mentes y se llevaría a cabo en la confusión de
una gran guerra, cuando el escrutinio parlamentario y popular de los actos de
política Estatal estaba en suspenso. El secreto observado estampa el proceso como
uno conspiracional, originando en Rusia, y que dio sus frutos en 1917.
La próxima reunión entre Dr. Weizmann y Sr. Balfour fue el 14 de diciembre de
1914 (*). Entonces la Primera Guerra Mundial había recién empezado. El ejército
británico había sido casi barrido en Francia, y la propia Francia enfrentaba la
catástrofe, sólo la Armada británica estaba de pie entre Inglaterra y los más graves
peligros. Una guerra, que le costó a Bretaña y Francia unos tres millones de vidas,
seguía adelante, y la juventud de Bretaña se estaba apresurando para unirse a la
batalla. Se suponía que la gran causa era derrocar el "militarismo Prusiano", liberar"pequeñas naciones" y restaurar "la libertad y la democracia."
El Sr. Balfour sería pronto restaurado en la oficina. Sus pensamientos, cuando él se reunió con el Dr. Weizmann nuevamente, estaban al parecer lejos de la gran batalla en Francia. Su mente no estaba con su país o su pueblo. Estaba con el Sionismo y Palestina. Comenzó su charla con el Dr. Weizmann diciendo, "yo estuve pensando sobre esa conversación nuestra" (en 1906) "y creo que cuando las armas detengan sus disparos usted puede obtener su Jerusalén."
(*) Una instancia de las dificultades para sacar los hechos en esta materia: la Señora
Dugdale citó al Dr. Weizmann diciendo, "no le vio de nuevo hasta 1916", pero contradice
esta declaración con otra de ella misma, "el 14 de diciembre de 1914, el Dr. Weizmann tenía
una cita para ver a Balfour". Esta mención implícita de una segunda reunión en esa fecha
aparece confirmada por la propia declaración del Dr. Weizmann que después de ver a Sr.
Lloyd George, el 3 de diciembre de 1914, él "siguió en seguida la sugerencia de Lloyd
George acerca de ver al Sr. Balfour". [230]
Las personas que vivieron en ese momento pueden revocar el momento y ver cuan
lejos de algo que ellos supusieron estaba en la estaca, estaban estos pensamientos
del Sr. Balfour. En la persona del Sr. Balfour, reapareció el Profeta Monk, pero esta
vez armado con el poder para diseñar el destino de naciones. La "presión
irresistible" evidentemente había ganado el gran poder entre bastidores y ya fue
muy eficaz en 1914.
Por ese tiempo las personas norteamericanas estaban igualmente entrampadas en
este tejido de "intrigas laberínticas", oculto de la vista general, aunque ellos no lo
sospecharon. Ellos temieron los "enredos extranjeros"; desearon ser dejados fuera
de la guerra y tenían un presidente que prometió que él los dejaría fuera de ella. De
hecho, ellos estaban virtualmente en ella, ya que la "presión irresistible", en ese
tiempo, estaba trabajando eficazmente tanto en Washington como en Londres.
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