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Capítulo 33
La liga para promulgar la paz
En el mismo momento en 1917, cuando las dos fuerzas afines venidas de Rusia, el
Comunismo-revolucionario y el Sionismo-revolucionario, emergieron totalmente
abiertos a la luz, el tercer propósito secreto de la guerra, aquel del cual ellos eran
los instrumentos, también se reveló. Éste era el proyecto para que una "federación
mundial" tomara "la dirección de los asuntos humanos" y gobernara por la
fuerza.
Las masas entonces (como en la Segunda Guerra, veinticinco años después)
estaban siendo incitadas a destruir a un "loco en Berlín" sobre esta misma base que
buscaba gobernar el mundo por la fuerza. En Inglaterra el Sr. Edén Philpotts (uno
de muchos de tales oráculos entonces y en la próxima guerra) tronó:
"Usted pensaba asir el mundo; pero usted sólo guardará sus maldiciones,
coronadas en su frente. . . " y ése era el grito universal. Aun así el plan secreto
promovido en Occidente era igualmente uno de "asir el mundo por la fuerza" y
poner un nuevo "señor-de-la-guerra" sobre él.
Fue meramente investido en otros términos. Lo que era el militarismo Prusiano
reaccionario en Alemania era una de las "ideas avanzadas" del Sr. House en
Washington; lo que era ambición megalómana en el Kaiser, era un concepto
ilustrado de "un nuevo orden mundial" en Londres. Los políticos Occidentales se
volvieron simuladores profesionales. Ni siquiera Disraeli podría haber previsto en
1832 ("La práctica de la política en Oriente puede definirse por una palabra:
simulación") que ésta se volvería la definición de la práctica política en Occidente en el Siglo 20; pero esto pasó cuando los líderes políticos Occidentales, apoyando al
Sionismo y a la revolución-mundial, se rindieron a la incitación de los asiáticos; sus
actos asumieron una duplicidad Asiática en lugar de la sinceridad nativa.
Extrañamente, El Sr. Woodrow Wilson, el más dócil de todos ellos, en la partida fue
el que más se rebeló de mala gana contra los constreñimientos secretos. Intentó,
como se ha mostrado, declarar que "las causas y objetivos de la guerra son
oscuros", y cuando esto fue prohibido por el Sr. House, confesó luego que los
beligerante en ambos lados seguían "los mismos objetivos". Él fue más allá en el
comienzo mismo de su presidencia, cuando escribió, "es algo intolerable que el
gobierno de la República podría estar tan alejado de las manos de las
personas; pudiendo ser capturado por intereses que son especiales y
no generales. Nosotros sabemos que algo interviene entre las personas de los
Estados Unidos y el control de sus propios asuntos en Washington".
Probablemente él conoció la naturaleza de estos "intereses" y este "control", y el
conocimiento irritante puede haber causado su derrumbe (y aquella del Sr.
Roosevelt en la generación posterior).
No obstante, él fue usado para lanzar el plan para preparar "una federación del
mundo", basada en la fuerza. La idea fue "infiltrada en su cerebro" por otros; la
frase es usada por el biógrafo del Sr. House para describir el método por el cual el
Sr. House incitaba las acciones de otros hombres (y por las cuales sus propias
fueron incitadas). En noviembre de 1915, cuando las personas norteamericanas
todavía estaban contentos con el presidente, [284] quién estaba dejándolos fuera
de la guerra, el Sr. House lo instruyó:
"Nosotros debemos lanzar la influencia de esta nación en beneficio de un plan
mediante el cual las obligaciones internacionales deben ser aceptadas y mantenidas
y en el interés de algún plan mediante el cual la paz del mundo pueda ser
mantenida".
Ésta siempre fue la charla para vender: que "el plan" podría
"mantener la paz mundial". El Sr. House había estado discutiendo el plan mucho
tiempo con Sir Edward Grey (Ministro del Exterior del Sr. Asquith; quien quedó
ciego en 1914, pero en un momento de clarividencia espiritual usó las palabras que
han llegado a ser más verdaderas desde entonces, "Las luces se están apagando por
toda Europa"). Sir Edward Grey fue cautivado por "el plan", y escribió al Sr. House,"la ley Internacional no ha tenido ninguna sanción hasta aquí; la lección de esta
guerra es que los Poderes deben ligarse para darle una sanción". "Sanción" fue el
eufemismo usado por los simuladores para evitar alarmar a las masas por el sonido
de "guerra" o "fuerza". La definición del diccionario, en tal contexto, es "una
medida coercitiva", y los únicos medios de coerción entre las naciones son,
finalmente, las guerras: ninguna "sanción" puede ser eficaz a menos que sea
apoyada por esa amenaza. Por consiguiente, Sir Edward Grey pensaba que la
guerra podría acabarse haciendo la guerra. Era un incorruptible pero al parecer un
hombre engañado; los creadores de la gran "idea" supieron lo que ellos quisieron
decir (y en nuestros días esto también se ha revelado).
Por 1916, el Sr. House había instruido al Sr. Wilson acerca de su deber y en mayo el
presidente públicamente anunció cándidamente, el apoyo por "el plan" en una
reunión de un nuevo cuerpo llamado "La Liga para Promulgar la Paz". El Sr.
Wilson no sabía nada de su naturaleza: "no parece que Woodrow Wilson
estudió seriamente el programa de la Liga para Promulgar la Paz"
(Papeles Privados del Sr. House).
Ésta era una reencarnación de la "Liga para Promulgar la Paz" anterior, la cual,
(como Lord Robert Cecil le había recordado al Sr. House) "realmente se transformó
en una liga para levantar la tiranía". En 1916 el nombre entregó el juego; La
opinión norteamericana no estaba entonces lista caminar en una trampa tan obvia.
El Senador George Wharton Pepper recuerda: "Una organización con un
fuerte financiamiento titulada oportunamente 'La Liga para Promulgar la Paz'
estaba haciendo nuestra tarea más fácil dando énfasis, tal como su título indicaba,
que el Convenio" (de la Liga de Naciones) "se pensaba que sería hecho efectivo mediante la fuerza. . . Nuestra disputa constante, en oposición a la de ellos, era
que el llamado a la fuerza era a lo mejor futil y a lo peor peligroso. . . Yo
contrasté la cierta futileza de un llamado a la fuerza internacional con la
posible esperanza de confianza en la conferencia internacional, y me declaré
favorable a cualquier asociación del último tipo e inalterablemente me opuse a una
liga la cual estaba basada en la anterior."
Los simuladores pronto dejaron caer el nombre, "La Liga para Promulgar la Paz",
pero el "plan" que produjo "La Liga de Naciones" permanecía transparentemente
igual: era uno para transferir el control de los ejércitos nacionales a algún comité
supra-nacional que podría usarlos para "la dirección de los asuntos humanos" de
forma que sirvieran a sus propios fines especiales, y eso ha continuado siendo el
motivo hasta el día presente. Como en el caso más temprano del Sionismo, el
Presidente Wilson fue comprometido [285] mucho tiempo antes del momento
crucial (por su declaración pública de mayo de 1916) y en cuanto América estuvo en
la guerra (en abril de 1917) anunció que estaba envuelto en una tarea de preparar "un nuevo orden internacional"; esta declaración fue hecha en el momento de
la primera revolución en Rusia y de la preparación de la Declaración de Balfour.
Así los tres grandes "planes" pasaron juntos a Occidente, y éste era el proyecto que
iba a coronar el trabajo de los otros dos. Su principio básico era la destrucción de
las nación-estados y de la nacionalidad, para que diera expresión, en la forma
moderna, al antiguo conflicto entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, entre la Ley
de los Levitas y el mensaje cristiano. La Torah-Talmud es la única fuente original
que se puede descubrir de esta idea de "destruir las naciones"; El Sr. House
pensaba que era casi imposible rastrear alguna "idea" hasta su fuente, pero en este
caso, la huella puede seguirse atrás a través de los siglos al 500 AC, y no se borra
en ninguna parte durante esos veinticinco siglos. Si antes de ese tiempo, alguien en
el mundo conocido hubiera transformado este "principio destructivo" en un código
y en credo, ellos y este código y credo se habrían marchitado en el olvido. La idea
contenida en la Torah-Talmud ha pasado irrompible por todas las generaciones. El
Nuevo Testamento la rechaza y habla del "engaño de las naciones", no de su
destrucción. Revelaciones predice un día cuando este proceso de engaño de las
naciones acabará. Aquellos que buscan interpretar profecías pueden ver muy bien
en La Liga para Promulgar la Paz, bajo sus sucesivos seudónimos, el instrumento
de este "engaño", condenado finalmente a fracasar.
Habiendo decidido el Sr. House, y el Sr. Wilson ha declarado, que "un nuevo orden
internacional" debe establecerse, el Sr. House (según Sr. Howden) preparó un
cuerpo conocido como "La Pregunta" para bosquejar un plan. Su cabeza fue su
cuñado, el Dr. Sidney Mezes (entonces presidente de la Universidad de la Ciudad
de Nueva York), y su secretario el Sr. Walter Lippmann (escribiendo entonces para
The New Republic). El Dr. Isaiah Bowman (entonces director de la Sociedad
Geográfica norteamericana) dio "consejo personal y asistencia".
El grupo de hombres puestos a cargo de "The Inquiry", la Pregunta, por
consiguiente, era predominantemente judío (aunque en este caso no era rusojudío:
esto podría indicar la verdadera naturaleza de la autoridad superior indicada
por la alusión del Dr. Kastein a "un judío internacional") y puede verse así
razonablemente la inspiración judía en el plan que produjo. Esto (dice el Sr.
Howden) era un proyecto de una "Convención para una Liga de Naciones" a la cual
el Sr. House le puso su firma en julio de 1918: "El Presidente Wilson no fue, y
nunca pretendió serlo, el autor del Convenio". Aquí, están entonces, los
orígenes de la Liga de Naciones.
La Conferencia de la Paz surgió cuando el Sr. House se preparó para lanzar este"nuevo orden mundial", y sus primeros actos apuntaron a la identidad del grupocontrolador
detrás de los gobiernos Occidentales. El Sionismo y Palestina (asuntos
desconocidos a las masas cuando comenzó la guerra 1914-1918) se encontró que
eran los temas prioritarios, si no lo supremo entre las materias para ser discutidas
en la conferencia, lo cual la finalizó. [286]
El Presidente Wilson, por esta razón, parece haber conocido momentos de
exaltación entre largos períodos de desaliento. El Rabino Stephen Wise, a su lado,
describió la tarea Palestina en tales condiciones que el presidente, extasiado, se
hablaba a sí mismo". Pensar que yo, un hijo de la casa parroquial, podría ser capaz
de ayudar a restaurar la Tierra Santa a su pueblo". Mientras él se contemplaba así
en el espejo de la posteridad, el rabino junto a él, lo comparaba con el Rey Cyrus de
Persia que había permitido que los judíos desterrados de su tierra, volvieran a
Jerusalén". El Rey Cyrus había permitido que los nativos Judahítas, si ellos lo
deseaban, volver a Judah después de unos cincuenta años; el Presidente Wilson le
fue exigido trasplantar a los Judaizados Khazar de Rusia a una tierra abandonada
por los judíos originales, unos dieciocho siglos antes.
Al otro lado del Atlántico, el Dr. Weizmann se preparó para la Conferencia de la
Paz. Era entonces, evidentemente, uno de los hombres más poderosos en el
mundo, un potentado (o el emisario de potentados) a quien los "premierdictadores"
del Occidente hicieron un humilde homenaje. En un momento en 1918,
cuando el destino de Inglaterra estaba en la balanza en el herido Frente Occidental,
una audiencia pública del Rey de Inglaterra fue pospuesta. El Dr. Weizmann se
quejó tan imperiosamente que el Sr. Balfour restauró la cita en seguida; salvo por el
lugar del encuentro que era el Palacio de Buckingham, de hecho pareció que el Sr.
Weizmann le daba una audiencia pública al monarca. Durante la Segunda Guerra
Mundial, el dictador soviético Stalin, siendo instado por los líderes Occidentales a
tomar en cuenta de la influencia del Papa, preguntó bruscamente, "¿Cuántas
divisiones tienen el Papa? ". Tal fue por lo menos la anécdota, muy contada en los
clubes y tabernas, y a la gente simple le parecía expresar una verdad esencial en
pocas palabras. El caso del Dr. Weizmann muestra cuan esencialmente falso era. Él
no tenía ni un solo soldado, pero él y la Internacional que representaba, lograron
obtener capitulaciones nunca antes ganadas, salvo por ejércitos conquistadores.
Despreciaba a los que capitulaban y las escenas de sus triunfos por igual. Le
escribió a Lady Crewe, "Nosotros odiamos a los anti-semitas y a los philosemitas por igual”. El Sr. Balfour, el Sr. Lloyd George y los otros "amigos" eran
philo-semitas de primer grado, en el significado mismo de las palabras del Dr.
Weizmann, y se distinguieron ellos mismos en ser serviles al hombre que los
despreciaba. Con respecto a la propia Inglaterra, el Dr. Weizmann, dos décadas
después, mientras contemplaba las bestias salvajes en el Parque Nacional Kruger,
hablando consigo mismo dijo "Debe ser una cosa maravillosa ser un animal en la
reserva de África del Sur; mucho mejor que ser un judío en Varsovia o incluso en
Londres."
En 1918, el Dr. Weizmann decidió inspeccionar su reino-elegido. Cuando llegó a
Palestina, el ataque alemán en Francia había comenzado, los debilitados ejércitos
británicos estaban tambaleando, y la "mayoría de las tropas europeas en Palestina
fueron retiradas para reforzar a los ejércitos en Francia". En tal momento, exigió
que la primera piedra de la fundación de una Universidad hebrea fuese puesta con
todo el ceremonial público. Lord Allenby protestó que "¡los alemanes casi estaban
a las puertas de París! " El Dr. Weizmann contestó que eso era "sólo un episodio".
Lord Allenby contestó duramente; el Dr. Weizmann persistió; Lord Allenby bajo
coacción fue referido al Sr. Balfour y se le ordenó por cable, obedecer.
Con gran alarde del staff de [287] los oficiales y tropas, presentaron armas (sólo
perturbado por los sonidos del combate británico-turco a la distancia) El Dr.Weizmann sostuvo su ceremonia entonces en el Monte Scopus. .
(Yo recuerdo esos
días en Francia. Incluso medio millón de soldados británicos más, habrían
transformado la batalla allí; miles de vidas se habrían salvado, y la guerra
probablemente habría acabado más pronto. La dura experiencia francesa y
británica en Francia hicieron un día de fiesta Sionista en Palestina).
Cuando la guerra acabó por fin, el 11 de noviembre de 1918, ningún otro que el Dr.
Weizmann estaba al almuerzo como único invitado del Sr. Lloyd George, a quien
encontró "leyendo los Salmos y cerca de las lágrimas". Después, el jefe Sionista
miró desde la histórica Ten Downing Street 10, como el Primer Ministro
desapareció, llevado en los hombros por una chusma emocionada hacia un servicio
de Acción de Gracias en la Abadía de Westminster.
Las masas y los "Gerentes";
¿Notaría alguien entre la muchedumbre la alta y abovedada cabeza, con la barbada
cara y con sus ojos de párpados caídos observando desde la ventana de Ten
Downing Street?
Entonces el Dr. Weizmann llevó una comisión Sionista a la
Conferencia de la Paz de 1919, donde sería preparado "el Nuevo Orden Mundial".
Él informó al augusto Concilio de Diez que "los judíos habían sido los más
duramente golpeados por la guerra que cualquier otro grupo"; los
políticos de 1919 no hicieron ninguna objeción a este insulto a sus millones de
muertos. Sin embargo, un judío objetor, el Sr. Sylvain Levi de Francia, a último
momento trató de instilar prudencia en ellos. Él les dijo:
Primero, que Palestina era una pequeña y pobre tierra con una población existente
de 600,000 Árabes, y que los judíos, teniendo un estándar de vida más alto que los Árabes, tenderían a desposeerlos; segundo, que los judíos que irían a Palestina
serían mayoritariamente judíos rusos que eran de tendencias
explosivas; tercero, que la creación de un hogar nacional judío en Palestina
introduciría el peligroso principio de lealtades duales judías.
Estas tres advertencias se han cumplido a la letra, y fueron escuchadas con
hostilidad por los políticos Gentiles congregados en la Conferencia de la Paz de
1919. El Sr. Lansing, Ministro de Relaciones Exteriores norteamericano, le dio su
finiquito en seguida al Sr. M. Lévi. Le preguntó al Dr. Weizmann, "¿Qué quiere
usted decir por un hogar nacional judío? " El Dr. Weizmann dijo que él quiso decir
eso, siempre salvaguardando los intereses de los non-judíos, Palestina se
volvería finalmente tan judía como Inglaterra es inglesa". El Sr. Lansing dijo
que esta respuesta totalmente oscura era "completamente clara", el Concilio de
Diez estuvo de acuerdo, y M. Levi, como todo objetor judío durante veinticinco
siglos, quedó desconcertado. (Fue solamente escuchado para mantener un
pretensión de consideración imparcial en lo absoluto; el Rabino Wise, inquieto por"las dificultades que tuvimos que enfrentar en París", ya se había asegurado de la
docilidad del Presidente Wilson.
Acercándose privadamente al presidente, él dijo, "Sr. Presidente, la Judería
Mundial cuenta con usted en su hora de necesidad y esperanza", excomulgando a
M. Levi y a los judíos que pensaban como él, así, el Sr. Wilson, poniendo su mano
en el hombro del rabino [288], "suave y firmemente dijo, 'No tenga temor,
Palestina será suya'. ")
Otro hombre intentó evitar el hecho que estos hombres, con frivolidad, estaban
preparando. El Coronel Lawrence amaba a los Semitas, porque él había vivido con
los Árabes y los había despertado en el desierto contra sus gobernantes turcos. Era
igualmente un amigo de los judíos (el Dr. Weizmann dice que "él ha sido
equivocadamente representado como anti-sionista") y creyó que "una patria
judía" (en el sentido que primero se le da al término, de un centro cultural) podría
incorporarse bien en el Estado árabe unido, por el cual el había trabajado.
Lawrence vio en París que lo que se pensaba era plantar el nacionalismo Sionista
como una bomba-de-tiempo entre un desorden de estados árabes débiles, y el darse
cuenta lo quebró. El Sr. David Garnett que revisó sus Cartas dice, "Lawrence ganó
sus victorias sin poner en peligro más de un puñado de ingleses y ellas fueron
ganadas, no para agregar provincias sujetas a nuestro imperio, sino que los Árabes,
entre quienes había vivido y amaba debían ser personas libres, y esa civilización
árabe debía renacer."
Ésa era la fe de Lawrence durante su "Revuelta en el Desierto", y lo que los
hombres que lo enviaron a Arabia le dijeron. Cuando la Conferencia de París
comenzó, él estaba "totalmente en el control de sus nervios y realmente tan normal
como la mayoría de nosotros" (el Sr. J.M. Keynes). Él llegó creyendo en la promesa
del Presidente Wilson (discurso de los Catorce Puntos, el 8 de enero de 1918), "Las
nacionalidades bajo el gobierno turco debían ser asegurados de una cierta
seguridad indudable de vida y una oportunidad completamente
independiente de desarrollo autónomo". Él no pudo saber que estas
palabras eran falsas, porque el Sr. Wilson estaba en secreto comprometido al
Sionismo, a través de los hombres alrededor de él.
Después de la respuesta del Dr. Weizmann al Sr. Lansing, y su aprobación en el
Concilio de Diez, la traición quedó clara para Lawrence y él mostró "la desilusión y
la amargura y la derrota que fue el resultado de la Conferencia de Paz; él tenía una
fe completa que el Presidente Wilson afianzaría la libre determinación para los
pueblos árabes cuando fue a la Conferencia de Paz; estaba completamente
desilusionado cuando él retornó" (Mr. Garnett). El propio Lawrence escribió
después, "Nosotros vivimos muchas vidas en esas arremolinadas campañas" (en el
desierto) "nunca salvándonos nosotros mismos de cualquier bien o mal; justo
cuando lo logramos y el nuevo mundo amaneció, los hombres viejos salieron
nuevamente y tomaron de nosotros nuestra victoria y la rehicieron a
semejanza del mundo anterior que ellos conocían. . . Quise hacer una
nueva nación, restaurar al mundo una influencia perdida, para dar las fundaciones
a veinte millones de Semitas sobre los cuales construir un inspirado palacio de
sueños de sus pensamientos" nacionales.
Lawrence que estaba quebrado por esta experiencia, estaba entonces entre los
hombres más famosos en el mundo. Si él se hubiese unido a los simuladores
difícilmente algún rango u honor le hubiese sido negado. Él tiró su rango, lejos sus
condecoraciones, y preso de la vergüenza, incluso para perder su identidad; se
alistó bajo un nombre supuesto en la línea más baja de la Fuerza Aérea Real dónde
fue descubierto después por un hombre asiduo a los periódicos. Esta última fase de
su vida, y el [289] accidente de la motocicleta que acabó con ella, tiene
características suicidas (pareciéndo similar a la fase y fin del Sr. James Forrestal
después de la Segunda Guerra) y él debe ser considerado entre los mártires de esta
historia.
Los principales hombres públicos estaban de acuerdo en promover la aventura
Sionista a través del "orden mundial internacional" que ellos estaban a punto de
fundar, a cualquier costo en el honor y sufrimiento humano. En casi todos los
otros asuntos ellos difirieron, por lo cual, cuando la guerra recién había acabado,
en París las reputaciones comenzaron a estallar como burbujas y las amistades se
rompieron como el yeso. Alguna brecha ocurrió entre el Presidente Wilson y su"segunda personalidad, su ego independiente" (un alejamiento similar, misterioso
iba a desunir al Presidente Roosevelt y su otro ego, el Sr. Harry Hopkins, al final
de otra guerra).
El Sr. House estaba en su cenit. Primer Ministros, Ministros, embajadores y
delegados lo sitiaban en el Hotel Crillón; en un sólo día dio cuarenta y nueve
audiencias públicas a tan altos notables. Una vez el Primer Ministro francés, M.
Clemenceau, llamó cuando el Sr. Wilson estaba con el Sr. House; el presidente fue
exigido de retirarse mientras los dos grandes hombres conversaban privadamente.
Quizás la humillación finalmente rompió al Sr. Woodrow Wilson; ¡fue atacado por
una enfermedad mortal en París (como el Sr. Franklin Roosevelt en Yalta, aunque
el Sr. Wilson sobreviviría mucho más tiempo). Al parecer los dos nunca se vieron o
comunicaron entre sí nuevamente! El Sr. House grabó simplemente, "Mi
separación de Woodrow Wilson fue y es para mí un misterio trágico, un misterio
que ahora nunca podrá dispersarse ya que su explicación yace enterrada con él."
Las ilusiones de poder se estaban disolviendo. Estos hombres nunca fueron
verdaderamente poderosos, porque ellos actuaron como los instrumentos de otros.
Ellos ya parecen fantasmas en los anales, y si plazas y bulevares nombrados con sus
nombras y aun los llevan, pocos recuerda quienes eran ellos. El Sr. Wilson volvió a
EEUU y pronto murió. El Sr. House no mucho tiempo después estaba solo y
olvidado en el apartamento de la Calle Este 35. El Sr. Lloyd George se encontró en
el desierto político y sólo pudo completar la ruina del alguna vez gran Partido
Liberal; dentro de una década se encontró así mismo a la cabeza de cuatro
seguidores. El Sr. Balfour, por unos pocos años, frecuentaba el Parque de San
James con su mente ausente.
Ellos no pudieron lograr todo lo que sus mentores desearon. Agitados por la
violencia de objeciones norteamericanas, el Sr. Wilson "rechazó absolutamente
aceptar la demanda francesa para la creación de una fuerza internacional que debía
operar bajo el control ejecutivo de la Liga". La Constitución norteamericana
(el presidente de repente la volvió a coger) no permite algún tipo de rendición de la
soberanía.
Así lo peor fue evitado, en esa generación. Los hombres secretos que continuaron siendo poderosos cuando estos "Premier-dictadores" y los flexibles"administradores" fueron despojados de esta apariencia de poder, tuvieron que
esperar por la Segunda Guerra Mundial para conseguir meter sus manos en los
ejércitos de las nación-estados. Entonces casi lograron su "Liga para Promulgar la
Paz" (pero todavía no realmente) en la concreción del poder despótico [290]
codiciado por ellos. En 1919, tuvieron que contentarse con un modesto primer
experimento: La Liga De Naciones.
Los Estados Unidos ni siquiera se unirían; las masas de Norteamérica, inquietas
por los resultados de la guerra y luchando instintivamente por recobrar el asilo
seguro de "ningún enredo extranjero", no obtendrían nada de esto. Bretaña se unió,
pero bajo otro Primer Ministro que el Sr. Lloyd George, no entregaría el control de
sus ejércitos. El camino al tipo de "Nuevo Orden Mundial" visto por el Sr. House y
sus motivadores fue bloqueado de momento. No obstante un camino fue
encontrado, a través de la Liga de Naciones, para efectuar una desafortunada y
posiblemente fatal brecha en la soberanía británica.
La autoridad de esta "Liga de Naciones", cualquier cosa que sumaba, fue usada
para cubrir el uso de tropas británicas como guardia personal para los Sionistas
que pensaban tomarse Palestina. El dispositivo empleado para dar este aire de falsa
legalidad al hecho se llamó "el mandato", y yo he mostrado antes donde nació. Por
medio de él, la Liga de Naciones pudo instalar a los Sionistas de Rusia en Arabia,
dónde ellos revelaron las "tendencias explosivas" predichas por M. Sylvain Levi en
1919 y claramente hasta el día de hoy, 1956. Este fue el único logro perdurable del"nuevo orden mundial" preparado en 1919 y por la antigua prueba, ¿Cui bono?, la
autoría de esta "idea" puede juzgarse.
La historia de "El mandato" (y de un hombre
que intentó evitarlo) forma por consiguiente el próximo capítulo en esta narrativa.
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