C
La Controversia de Sión
Douglas Reed

p. 311 312 313 314 315 316 317 318 319 320 321 322 323 324

Capítulo 37

Los administradores, el Mesías y las masas

En medio de las escenas jubilosas en Washington y Berlín, en dos días sucesivos (el 4 y 5 de marzo de 1933) comenzaron los dos reinados de doce-años, los cuales, ambos, acabarían casi en el mismo instante en 1945. Hoy, un historiador imparcial difícilmente podría computar cual de ambos reinos produjo una suma mayor de sufrimiento humano. En sus comienzos, los dos hombres que aparecían en la escena central, fueron ovacionados ambos como los Mesías. En Norteamérica el Rabino Rosenblum describió al Presidente Roosevelt como "un mensajero Divino, el amado del destino, el Mesías de la Norteamérica del mañana"; allí habló un lisonjero político en palabras pensadas para "persuadir a la multitud". En 1937, en la Praga amenazada por Hitler, un conocido judío me dijo que su rabino estaba predicando en la sinagoga que Hitler era "el Mesías judío" (un superior piadoso que buscaba interpretar los eventos en lo que se refiere a la profecía Levítica). Todos a través de estos años, las masas en ambos países (y con respecto a esto, también en Rusia) tenían su "Premier-dictador" particular descrito a ellos en tales términos, o en aquellos de "Gran Hermano", "Papá", "Tío", "Querido Líder", o el hogareño tierno "Amigo". Los aparentes antagonistas, el Sr. Roosevelt y Herr Hitler, ambos de maneras diferentes promovían "el principio destructivo" en sus tres formas reconocibles: el Comunismo-revolucionario, Sionismo-revolucionario y el resultante "Gobierno Mundial para Promulgar la Paz".

El reino del Sr. Roosevelt comenzó con una falacia significante. Usaba una silla de ruedas pero las masas públicas nunca fueron permitidas de verlo, en cuerpo o en fotos, hasta que le hubieran ayudado a tener una posición derecha. Su enfermedad era conocida; no obstante, algunos que dirigen la inteligencia decretaron que el falso cuadro de un hombre robusto debe ser presentado a la multitud hasta suúltimo día (e incluso después, ya que el escultor que posteriormente hizo su monumento en Londres, debió hacerlo en su pose fornida).

El Sr. Roosevelt creó el precedente, teniendo a su Gabinete jurando en manos de un distinguido judío, el Sr. Justice Cardozo que era un comprometido sionista, después de haber cedido en 1918 al Sr. Brandeis y al Rabino Stephen Wise, con las desalentadoras palabras, "Haz lo que desees con mi nombre"; el Sr. Justice recibió entonces el puesto en la Corte Suprema de Justicia, el Rabino Wise lo pidió para él, primero del Gobernador Al Smith del Estado de Nueva York y luego del Presidente Herbert Hoover. Así la sombra de "la obediencia dual" cayó sobre la administración del Sr. Roosevelt desde su partida (tal como sobre el Sr. Wilson, desde la figura del Sr. Brandeis).

El Sr. Roosevelt, después del interregno Republicano de 1921-1933, reasumió las políticas de Wilson y en ese espíritu se acercó en ese momento, el mayor problema del futuro de Norteamérica: a saber, si las fuerzas representadas por la gran inmigración judía de Europa Oriental, que había ocurrido en las seis décadas que siguen a la Guerra Civil, debían o no gobernar Norteamérica. Todas las autoridades competentes habían observado, normalmente con presentimiento, el rápido surgimiento de este nuevo problema en la vida norteamericana, y habían descrito los efectos del trasplante a tierra norteamericana de una gran población que, bajo sus dirigentes religiosos, [312] rechazaban el concepto de "olla de fusión" y de "asimilación". El Sr. James Truslow Adams se refirió a esto en su Épica de América, y Rudyard Kipling que vivió en Nueva Inglaterra en los 1890 escribió:

"La tierra estaba desnudándose de sus habitantes acostumbrados y sus lugares no habían sido tomados todavía por las ruinas de Europa Oriental. . . Los inmigrantes estaban entrando en los Estados por sobre un millón de cabezas por año. . . En alguna parte en el fondo, aunque él no lo sabía, fue el 'representativo' norteamericano, que remontaba su sangre a través de tres o cuatro generaciones y quién, no controlando nada y afectando menos, protestó que. . . todos los elementos extranjeros podían y debían ser asimilados pronto en buenos 'norteamericanos'. Y ninguna alma se preocupó de lo que él dijo. . . Lo que me golpeó. . .fue la clara pérdida e ineficacia, ante la embestida extranjera, de todo el esfuerzo indígena de la generación pasada. Fue entonces que me comencé a preguntar si acaso Abraham Lincoln no habría matado demasiados autóctonos 'norteamericanos' en la Guerra Civil, para beneficio de sus partidarios continentales apresuradamente importados. Ésta es una herejía negra, pero me he encontrado desde entonces con hombres y mujeres que subsecuentemente lo han dicho suavemente. Los más débiles de los inmigrantes del tipo antiguo, habían sido cernidos y preparados por el largo viaje de navegación de esos días. Pero los barcos a vapor comenzaron a finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando pudieron entregar las cargas humanas con todas sus imperfecciones en una quincena de días o algo así. Y un millón de algo más o menos norteamericanos aclimatados habían sido asesinados."

Este problema no sólo era nuevo en Norteamérica; era el problema más antiguo en la historia registrada y, como esta narrativa lo ha mostrado, se había repetido en país tras país, a través del tiempo, siempre que la inmigración judía ha alcanzado niveles de una crecida. El Dr. Weizmann es un testigo de ello, porque él lo discute en relación con su acoso a los funcionarios británicos, con Sir William Evans Gordon, quien luchó con esto en Inglaterra veinte años antes de encendiera la alarma del Congreso de los Estados Unidos. En 1906, Sir William buscó resolverlo a través de una ley de extranjería. (como las 67 y 68 del Congreso de los Estados Unidos por las leyes de cuotas). El Dr. Weizmann dice que realizando su trabajo Sir William (tal como el Senador Pat McCarran y el Representante Francis E. Walter en EEUU en los años 1950) llegó a ser "generalmente ser considerado responsable para todas las dificultades puestas en el camino los inmigrantes judíos a Inglaterra". El Dr. Weizmann entonces continúa:

"Siempre que la cantidad de judíos en cualquier país alcanza el punto de saturación, ese país reacciona contra ellos. . . Inglaterra había alcanzado el punto dónde ella podía o absorbería a tantos judíos y ninguno más. . . La reacción contra esto no puede mirarse como anti-semitismo en el sentido normal o común de esa palabra; es universal social y económicamente concomitante de inmigración judía y nosotros no podemos evitarlo. Sir William no tenía ningún prejuicio anti-judío en particular. Él actuó. . . del la forma más amable, en los intereses de su país. . . En su opinión era físicamente imposible para Inglaterra remediar los males que Rusia había infligido en su población judía. . . . Yo estoy bastante seguro que él se habría opuesto a la entrada en masa de cualquier otro elemento extranjero por igual; pero, tal como pasó, ningún otro [313] elemento extranjero presionaba por la admisión en tales números". (Cuarenta años después, el Dr. Weizmann habló semejantemente a los judíos en Norteamérica: Ciertos países pueden digerir un cierto número de judíos; una vez que ese número se ha sobrepasado, algo drástico debe pasar; los judíos deben irse").

El Dr. Weizmann presentó así sobriamente el argumento válido contra la inmigración judía sin restricción, sólo porque él le estaba hablando principalmente a judíos y estaba haciendo sonar el tambor en ellos del argumento Talmúdico, que los judíos no pueden asimilarse; este argumento es esencial para el Sionismo, pero no es inherentemente verdad. Los pasajes citados muestran que en 1906, un hombre en el puesto de autoridad todavía podía declarar que su país no podía remediar los supuestos "males" infligidos en los judíos en otro país, y para dejar que "los intereses de su país" gobernaran su deber. En las décadas resultantes todos los Premier-dictadores de Occidente hicieron una política de Estado remediar los supuestos males, hechos por una tercera parte, al costo de una cuarta parte inocente. La absurdidad es mostrada por la última cita remarcada del Dr. Weizmann, que cuando el número de judíos digeribles se excede en cualquier país "algo drástico debe pasar; los judíos deben irse". Él y sus socios por medio siglo había estado usando todo su poder en Norteamérica para lograr el acceso sin restricción para los judíos, de tal manera, según sus propias palabras, ellos estaban guiando deliberadamente allí a los judíos al desastre; el tiempo debe venir, si lo queél dijo fue verdad, cuando los gobiernos, en cualquier lugar del mundo, estén bajo la presión de admitir grandes números de judíos de Norteamérica debido a "los males" que les han hecho allí.

Tal era el trasfondo del asunto dominante en la vida norteamericana cuando el Sr. Roosevelt llegó a ser Presidente. Entre 1881 y 1920, más de tres millones de inmigrantes legalmente-registrados entraron en los Estados Unidos desde Rusia, la mayoría de ellos judíos. Según la Oficina de Censos de Estados Unidos el país contenía a 230.000 judíos en 1877 y aproximadamente 4.500.000 en 1926. Sólo"estimaciones" son asequibles en algún momento en materias de población judía, ya que los "superiores" se oponen a la cuenta por cabezas por otros, y estas cifras que generalmente se tienen, han sido fundamentalmente sub-estimadas. En la década resultante, las cifras eluden toda verificación, debiéndose principalmente a los cambios en la clasificación de los inmigrante ordenada por el Presidente Roosevelt, y ni siquiera las autoridades competentes intentarán estimar la magnitud de la inmigración no registrada e ilegal (los observadores competentes juzgan que el número total de judíos en los Estados Unidos puede estar ahora alrededor de diez millones). En cualquier caso, la comunidad más grande de judíos en el mundo, está hoy en la República norteamericana, habiendo sido trasplantada allí durante las últimas dos generaciones.

En proporción con la población total de EEUU, incluso la estimación más alta podría alcanzar al un décimo. En sí mismo éste es un grupo relativamente pequeño; políticamente organizado para inclinar el equilibrio de poder es de decisiva importancia. Este problema fue reconocido y el Comité del Congreso sobre la Inmigración en 1921 declaró:

"Los procesos de asimilación y fusión son lentos y difíciles. Con la población de las partes rotas de Europa dirigidas hacia aquí en números cada vez más crecientes. [314] ¿Por qué no terminantemente chequear el flujo con esta medida temporal, y en el entretanto tratar el único y nuevo experimento de promulgar todas las leyes de inmigración en nuestros estatutos? "

Una ley de cuota fue entonces aprobada, limitando el número de cualquier nacionalidad que entra en los Estados Unidos al tres por ciento de los nacidos en el extranjero, de esa nacionalidad residentes en los Estados Unidos en 1910. El próximo Congreso fue mucho más allá que la declaración general citada arriba; era específica sobre el peligro, el mismo Comité informó:

"Si el principio de libertad individual, mantenido por un gobierno constitucional, creado en este continente hace ya casi un siglo y medio es para perdurar, el linaje básico de nuestra población debe mantenerse y nuestro estándar económico conservarse. . . El pueblo norteamericano no conceden el derecho a ningún grupo extranjero. . . para dictar el carácter de nuestra legislación."

Los años que entonces siguieron mostraron que el efecto de la presidencia del Sr. Roosevelt sería en el tiempo estropear el principio declarado, para alterar "el linaje básico", y para permitir a "un grupo extranjero" dictar la política Estatal.

El Sr. Roosevelt (tal como el Sr. Wilson, Sr. Lloyd George y el General Smuts) evidentemente fue seleccionado antes de que él fuera elegido. El Sr. Howden dice que el Sr. House "escogió a Roosevelt como el candidato natural para la presidencia antes que cualquier otro político responsable", lo escogió como Secretario Asistente de la Armada en 1913, y entonces a través de los años lo cuidó para la presidencia, esperando gobernar a través de él, como a través del Presidente Wilson. Entonces algo salió mal. El Sr. House estaba seguro que el Presidente Roosevelt le solicitaría consejos a él pero entonces comprendió que "ciertas personas no quieren que el presidente me escuche". Estas personas eran evidentemente demasiado poderosas, por lo que el Sr. House fue dejado caer sin alguna cortesía y a estas alturas (1933) desaparece de la historia.

Uno puede ofrecer sólo una conjetura razonable sobre las razones. El Sr. House, a la edad de setenta y cinco años, se lamentaba del joven Philip Dru de 1912, que había pensado la Constitución norteamericana "pasado de moda y grotesca", había tomado el poder por la fuerza y luego había gobernado por decretos de emergencia.Él tenía un nuevo juego de ideas más sobrias y responsables preparadas para el Sr. Roosevelt y, desde el exilio, entonces "miró con prescripción" la concentración de poder irresponsable en las manos del Sr. Roosevelt. El Sr. House había causado en el Presidente Wilson, como su primera acción mayo, a escribir en la Constitución norteamericana (como la Decimosexta Enmendadura) la principal medida destructiva propuesta en el Manifiesto comunista de Karl Marx de 1848, el"impuesto progresivo a los ingresos", pero en la 1930, el Sr. House estaba alarmado por el control totalmente ilimitado del dinero público que su segundo "Rockland" obtuvo.

Probablemente, entonces, el Sr. House fue descartado porque él se había retirado de sus ideas anteriores, ya que esas ideas originales gobernaron a política del Sr. Roosevelt a lo largo de sus doce años. Él apoyaba la revolución mundial; su primera acción más importante de política Estatal fue reconocer al Gobierno Comunista y en la [315] guerra resultante él reasumió la política de House-Wilson de "todo el apoyo". Apoyaba al Sionismo-revolucionario. Finalmente, tomó nuevamente la antigua "Liga para Promulgar la Paz" y la re-encajó en Occidente bajo un nuevo nombre, el de "Naciones Unidas".

Así, el Sr. Roosevelt puso las ideas de "Philip Dru" en extensa práctica. Del Sr. Wilson en la generación anterior, su Ministro del Interior, el Sr. Franklin K. Lane, había dicho, "Todo lo que Philip Dru había dicho debía ocurrir; el Presidente viene a Philip Dru al final". Acerca del Sr. Roosevelt, veinte años después, el biógrafo del Sr. House (Sr. Howden) dice, "Es imposible comparar la legislación sugerida de Dru con el Sr. Roosevelt y no se impresione por su similitud."

Éste es un ejemplo ilustrativo de la transmisión de ideas de generación en generación, entre un grupo gobernante. Las ideas del Sr. House fueron aquellas de"los revolucionarios de 1848", qué a su vez derivaban de Weishaupt y los revolucionarios de 1789, quiénes lo obtuvieron de alguna fuente más temprana. Cuando el Sr. House las abandonó, ellas fueron transmitidos sin obstáculos al grupo gobernante alrededor de otro presidente, y él un hombre que había modificado estas ideas fue dejado atrás.

El Sr. House fue el único accidente en el círculo interno. El Sr. Bernard Baruch era consejero del Sr. Roosevelt incluso antes que él llegara a ser Presidente. La Sra. Eleanor Roosevelt registra que "El Sr. Baruch era un consejero confiable para mi marido tanto en Albany como en Washington", eso es, durante el término de cuatro-años del Sr. Roosevelt como Gobernador del Estado de Nueva York, antes de su nominación presidencial. Durante este período pre-presidencial, el Sr. Roosevelt (según uno de los biógrafos del Sr. Baruch, el Sr. Morris V. Rosenbloom), aunque Norteamérica había repudiado la Liga de las Naciones, bosquejó el plan para un nuevo cuerpo que sería llamado Naciones Unidas. El Rabino Stephen Wise y el Sr. Brandeis, del grupo antiguo alrededor del Presidente Wilson, se reagruparon alrededor del Presidente Roosevelt (las medidas anti-judías de Hitler en Alemania en este momento reavivaron el deseo del Sr. Brandeis de sacar a losÁrabes fuera de Palestina).

Inmediatamente en el comienzo de los doce años del Sr. Roosevelt, alguna duda puede haber surgido sobre su docilidad, y se han encontrado los medios para asegurarlo (el lector recordará el esfuerzo de "Rockland" por afirmar la independencia en 1912 y los "conspiradores triunfantes" celebrando alegremente sobre su capitulación). Eso explicaría el curioso hecho que el Rabino Stephen Wise, que había hecho campaña para el Sr. Roosevelt como senador en 1914 y como gobernador del Estado de Nueva York en 1928, no lo apoyara para la presidencia en 1932. Entonces algo sucedió para tranquilizar al rabino, ya que inmediatamente después de la elección del Sr. Roosevelt proclamó que el nuevo presidente había "recobrado mi admiración sin límites", y por 1935 fue nuevamente un íntimo de la Casa Blanca.

A la luz de la experiencia más temprana, la identidad de los hombres que rodeaban al Presidente Roosevelt claramente indicaban las políticas él seguiría. Él hizo esto claro ampliando el círculo [316] de sus consejeros judíos. En 1933, esto tenía una nueva importancia. En 1913 los consejeros judíos del Presidente Wilson, fueron aceptados públicamente como norteamericanos igual que otros norteamericanos, y simplemente de fe judía. En 1933 el asunto de su obediencia se había planteado por la aventura Sionista en Palestina. Además, los problemas de la revolución-mundial y del gobierno-mundial se habían levantado desde 1913, y los dos también alzaron el asunto del interés nacional norteamericano, de tal manera que los sentimientos que se tenía sobre ello en el círculo inmediato al presidente, se transformaron en materia de primera importancia.

Todo esto dio una importancia específica a la declaración más temprana del Congreso (1924), negando el derecho de "cualquier grupo extranjero" para "dictar el carácter de nuestra legislación". Entre los "consejeros" del presidente muchos eran de nacimiento en el extranjero o en el efecto eran "extranjeros" por su devoción al Sionismo o su actitud hacia la revolución-mundial y al gobiernomundial. En este sentido un "grupo extranjero", incluyendo el inmigración masiva de los cientos años precedentes, se formó a sí mismo alrededor del presidente norteamericano y "dirigió" el curso de los eventos. Los doce años que siguieron mostraron que cualquier "consejo" sobre el cual decidía el Presidente debía ser en beneficio del principio destructivo en sus tres formas interrelacionadas: Comunismo, Sionismo, Gobierno Mundial.

Prominente entre sus consejeros (además de los tres hombres poderosos arriba nombrados) estaba el Profesor Felix Frankfurter nacido en Viena. El biógrafo del Sr. House, el Sr. Howden, que expresa la opinión del Sr. House, piensa que él fue el más poderoso de todos: "El Profesor Frankfurter se duplicó con el Sr. Roosevelt, más que nadie. . . el rol jugado por el Sr. House con el Presidente Wilson". La parte jugada por los consejeros extraoficiales siempre es difícil determinar y esta opinión puede poner al Profesor Frankfurter demasiado alto en la jerarquía. Sin embargo, él era indudablemente importante (él, también entró primero en el círculo asesor bajo el Sr. Wilson).

Tal como el Sr. Brandeis y el Sr. Cardozo, él llegó a la Corte Suprema de Justicia y nunca apareció abiertamente en la política norteamericana; aun así los efectos de su influencia son más simples de seguir que aquellos de otros hombres que tienen que ser investigados profundamente para encontrarlos. Él fue Decano de la Escuela de Derecho de Harvard durante los años de1930 y en esa posición entrenó a una generación entera de hombres jóvenes que irían a dar una forma definida a los eventos de los 1940 y 1950. Ellos recibieron más tarde una marcada preferencia para altos empleos en sus carreras.

Ellos incluyen en particular al Sr. Alger Hiss, que por el juicio y condena, fue revelado como agente comunista, aunque era un alto "consejero" del Presidente Roosevelt, (Sr. Justice Frankfurter voluntariamente apareció en el juicio para testificar del carácter del Sr. Hiss), y el Sr. Dean Acheson, quien como Ministro de Relaciones Exteriores norteamericano en ese momento, declaró que él "no le volvería la espalda" El Sr. Hiss, jugó un importante rol en la Conferencia de Yalta, dónde el abandono de la mitad de Europa a la revolución fue convenido; El período en la oficina del Sr. Acheson coincidió con el abandono de China a la revolución.
[317]

Aparte de este grupo distinto de hombres jóvenes, aparentemente entrenado durante los primeros años del Presidente Roosevelt para tomar el Departamento Estatal, el presidente se acompañaba por un grupo de consejeros judíos al más alto nivel. El Sr. Henry Morgenthau Junior (un importante Sionista cuyo "Plan Morgenthau" de 1944, fue la base original para la bisección de Europa en 1945) fue su Ministro de Hacienda por once de los doce años. Otros socios íntimos eran el Senador Herbert Lehman (otro importante Sionista que tomó gran parte promoviendo el "segundo éxodo" de Europa en 1945-1946, lo cual llevó a la guerra en Palestina), El Juez Samuel Rosenmann (un inquilino residente de la Casa Blanca que ayudó a escribir los discursos del Sr. Roosevelt), el Sr. David Niles (de linaje nacido en Rusia, y durante muchos años "Consejero en los Asuntos Judíos para el Sr. Roosevelt y su sucesor), el Sr. Benjamín Cohen (un diseñador de la Declaración de Balfour en 1917 e importante Sionista), y tres judíos de Rusia, los Sres. Sidney Hillman, Isador Lubin y Leo Pasvolsky.

Estos importantes nombres, del medio ambiente personal del presidente, representan sólo la cúspide de un edificio que fue fijado alrededor de toda la vida política norteamericana. Este súbito crecimiento de la influencia judía, tras los bastidores del poder, no era obviamente un fenómeno natural espontáneo. La selección fue discriminatoria; los judíos anti-sionistas, anti-revolucionario y anti- Gobierno-Mundial fueron excluidos de él. La formación de esta "guardia de palacio" era impopular, pero los consejeros extraoficiales son difíciles de atacar sobre bases específicas y el Sr. Roosevelt ignoró todas las protestas, y así escoltado comenzó su presidencia tres veces-renovada. Simultáneamente Hitler aparecía como el símbolo, en ese momento, de la matemáticamente-recurrente persecución judía, y en los cálculos de los consejeros del Presidente Roosevelt, tomó el lugar ocupado por "el Zar" veinte años antes, en la manga del Sr. Wilson.

La larga persistencia del Sr. Roosevelt en la oficina, fue principalmente debida al plan maestro del Sr. House para ganar las elecciones. Bajo esta estrategia del intensivo llamado a ganar los votos "fluctuantes", la "discriminación" se transformó en el principal eslogan. Se levantó en nombre de los Negros, que fueron usados como un pretexto (*); y de hecho fueron usados para aplastar la objeción a la influencia excesiva del "grupo de extranjeros" representados por "la guardia de palacio". Acoplado con esto, estaba el llamado a los pobres en la forma de promesas de empapar a los ricos. Esta estrategia demostró ser tan eficaz que los Republicanos hicieron una retirada y comenzaron a competir con los Demócratas por el favor del "grupo extranjero" que fue designado para ser los árbitros de elecciones. De esta manera el agarre secreto del poder fue asegurado, y el elector norteamericano fue privado de hecho, de la verdadera opción entre los Partidos. El Sr. Roosevelt se fortificó por su política de "déficit-gasto", cuya teoría básica era que la cantidad de deuda pública no era importante, mientras el Estado sólo se debiera a sí mismo.

En ese punto las personas norteamericanas perdieron y desde allí nunca lograron recobrar el control de la Hacienda pública, y el ocupante de la Casa Blanca llegó a ser capaz por el golpe de una pluma [lápiz] ordenar los gastos que en tiempos previos habrían cubierto el presupuesto anual

(*) La agitación sobre la suerte de los Negros norteamericanos, de lo cual tanto se oye n el mundo exterior, es mantenida en movimiento desde Nueva York, casi completamente por dos importantes y judías organizaciones de publicidad (el Comité Judío Norteamericano y la Liga Anti-difamación Judía, ambas de las cuales disponen de grandes fondos) y la Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de Color que desde su origen ha sido principalmente dirigida por judíos. Los negros mismos juegan un rol pasivo en él. Su deseo es por mejores oportunidades de desarrollo junto a la población blanca; ellos no deseaban entre-cruzarse. La energía de las organizaciones judías que afirman interceder en su causa está completamente dirigida hacia un entre-mezclamiento, lo cual ni una ni la otra raza desea. Así la influencia de estos grupos de non-negros eran el grupo principal detrás de la litigación que llevó a la decisión de la Corte Suprema de 1955, que sostuvo que el sistema de separación-escolar existente era ilegal y ordenó su abolición y la enseñanza-mixta compulsiva (este juicio difícilmente pudo promulgarse en el Sur sin la guerra civil y fue seguido por varios episodios violentos, incluyendo el uso de la Guardia Nacional y de tanques para dar fuerza a la enseñanza mixta). Yo pude ver el presupuesto del Comité Judío Norteamericano para 1953, las estimaciones para el cual eran 1.753.000 dólares. Este establecía, con respecto a los Negros, "El status de los judíos está más seguro en la mayoría de las áreas de los derechos civiles y políticos que el de algunos otros grupos, sobre todo de los Negros. Pero mientras exista una amenaza exitosa al goce de los derechos de los Negros, los derechos de los judíos son puestos en un riesgoso equilibrio. De acuerdo con esto, una proporción grande de nuestro trabajo se ha dirigido a afianzar una mayor igualdad de oportunidades para diferentes grupos, en lugar de sólo para nosotros. . . Un ejemplo de esto es nuestra relación con el N.A.A.C.P. los cuales vienen a nosotros por ayuda en ciertas materias dónde nosotros tenemos una competencia especial. .. Un arma fructífera es la acción judicial. . . Nosotros participamos directamente en la litigación. . . Nosotros hemos presentado informes atacando la segregación. . . y hemos preparado informes desafiando la discriminación contra los Negros". La Corte Suprema está compuesta de personas políticas designadas, no de juristas profesionales; éste es un factor importante en lo que podría desarrollarse como una situación grave. [318]

de media docena Estados ahorrativos. El Sr. Roosevelt ganó estos poderes invocando la necesidad de atacar"La Crisis", y promulgó La Emergencia Permanente, en la cual el país aun vive.

Su presidencia siguió obviamente un diseño predeterminado y el curso de los eventos en el mundo podría haber sido completamente diferente si hubiese sido más corto. Sin embargo, el mecanismo oculto era tan eficiente, y el agarre de sus mentores sobre él era tan seguro, que se mantuvo en la oficina a través de tres re-elecciones. Sólo una vez su tenencia fue amenazada con una interrupción inesperada, peligrosa para estos planes.

En un Estado del sur, Louisiana, surgió un político del tipo del Sr. Roosevelt. El Sr. Huey Long, un demagogo joven, con una cara carnosa y el pelo rizado de un hogar de la pobre zona montañosa, su popularidad creció (igual que la del Sr. Wilson y el Sr. Roosevelt) atacando "los intereses" (en el lugar donde vivía, los intereses del petróleo en general y a la Standar Oil en particular). El ídolo de los blancos pobres, fue elegido gobernador en 1928 y en seguida intentó recolectar dinero para construir escuelas, poniendo un impuesto al petróleo, por lo cual al inicio de la Legislatura de Louisiana el Rabino Walter Peiser se negó a dar una bendición, llamándolo "un gobernador indigno".

El Sr. Long creció en popularidad y fue elegido al Senado de los Estados Unidos, dónde (en marzo de 1935) consagró "una gran parte" de un discurso a "un ataque al Sr. Bernard Baruch" en quien él vio al representante supremo de los "intereses". (Acerca de la única acusación que nunca fue hecha contra el Sr. Long, quién tenía muchos socios judíos, era que él era "anti-semita"). El Sr. Long se estaba transformando en una fuerza en el campo y escribió un libro llamado: Mi Primera Semana en la Casa Blanca, conteniendo ilustraciones que mostraban al Sr. Roosevelt, pareciéndose mucho al Roosevelt de Yalta, escuchando humildemente a la sabiduría de un sano y bullente Huey Long.

Se preparó para destrozar al Sr. Roosevelt, venciéndolo en la habilidad especial del Sr. Roosevelt[319]:

el gasto pródigo y las promesas pródigas. Él hizo esto de una manera ingeniosa (él era posiblemente más tramposo que incluso el Sr. Roosevelt). El Sr. Long, con su Programa "Distribución de la Riqueza" y "Cada Hombre un Rey", controló la maquinaria política en Louisiana. Cuando el dinero de Roosevelt empezó a fluir en los Estados (para el gasto en toda tipo de "proyectos" de crisis, e incidentalmente para los votos) el Sr. Long calmadamente lo desviaba a sus propios fines similares. Impulsó a través de la Legislatura de Louisiana una ley que prohíbe a las autoridades locales recibir cualquier dinero de Washington sin el consentimiento de una Mesa Estatal de Louisiana. Ya que él controlaba esta Mesa, interceptó el flujo de suministros y el dinero fue gastado para mejorar su fuerza votante y no la del Sr. Roosevelt. Él hizo con el dinero público lo que el Sr. Roosevelt estaba haciendo, pero para su propia cuenta política.

En 1935, la segunda campaña de la elección del Sr. Roosevelt corría delante. De repente sus consejeros se dieron cuenta que Sr. Long era popular más allá de su nativa Louisiana; era una figura nacional. El Comité Nacional Democrático "estaba sorprendido cuando una votación secreta reveló que Long en una votación como tercer candidato podría registrar entre tres y cuatro millones de votos y que su Plan de Distribución de la Riqueza había disminuido profundamente la fuerza Democrática en los Estados industriales y de granjas" (Sr. John T. Flynn).

Por consiguiente, el Sr. Long, aunque él no llegara a ser presidente en ese momento, ciertamente podría haber prevenido la re-elección del Sr. Roosevelt, y los pocos gobernados de repente vieron a un creador de disturbios en su régimen. Sin embargo, tal como el Sr. Flynn dice, "el Destino se había vuelto Democrático y permaneció así"; el 8 de septiembre de 1935, el Sr. Long fue herido de muerte en el Capitolio del Estado de Louisiana por un judío joven, el Dr. Carl Austin Weiss. El motivo nunca se conocerá porque el Dr. Weiss que lo podría haber explicado, fue disparado por el guardaespaldas del Sr. Long que no llegó a tiempo. (*)

El efecto político estaba claro; La re-elección del Sr. Roosevelt fue asegurada. La sugerencia usual de "un loco" fue llevada a la mente pública y los otros motivos, que no traían consigo la locura, también fueron sugeridos. Ninguna investigación pública fue realizada, como en los casos de otros asesinatos políticos de los últimos cien años, que con respecto a los cuales la investigación fue denegada o se abrevió. Tales investigaciones como han sido hechas (por ejemplo, en los casos del Presidente Lincoln, el Archiduque Franz Ferdinand y de Rey Alexander de Yugoslavia) nunca han apoyado la teoría (siempre puesta adelante) de un "loco" solitario, sino que han revelado toda una organización completa con apoyo poderoso. El surgimiento del Sr. Long determinó el modelo de los eventos durante una década, de tal manera que fue tan importante en los efectos como el asesinato de hombres de los más altos niveles.

Sr. Roosevelt fue re-electo en 1936. Su tarea designada fue evidentemente volver a involucrar a su país en los "enredos extranjeros" del Sr. House y de Sr. Wilson y,

(*) El Sr. Long había predicho su asesinato en julio, diciendo en el Senado que malvados enemigos planificaron su muerte con "un hombre, un arma, y una bala" como el medio. Dijo que un dictógrafo, oculto en un cuarto de hotel en Nueva Orleans, dónde sus "enemigos" se habían reunido, grabó esta conversación. Un escritor contemporáneo que afirma haber estado presente en la reunión, el Sr. Hodding Carter, dice, "El 'complot' se limitó a comentarios esperanzadamente expresados tales como, 'me gustaría que alguien matara al. .
. . ' ".[320],

como el Sr. Wilson, él prometió de elección a elección, dejarlo fuera deéstos enredos. Entretanto, el escándalo sobre Hitler creció y, tal como yo lo he mostrado, su persecución de hombres fue transformada sutilmente en una"persecución de judíos". El Sr. Roosevelt, sólo dos años antes de la Segunda Guerra, hizo público, a través de una declaración críptica que para los iniciados era una tarea para involucrar a su país en la guerra y emprenderla principalmente por la causa representada por su guardia de palacio. El Sr. Wilson hizo su declaración pública, con su amenaza a Rusia, en diciembre de 1911, aproximadamente tres años antes de la Primera Guerra Mundial; El Sr. Roosevelt hizo la suya, con su amenaza a Alemania, en octubre de 1937, aproximadamente dos años antes de la Segunda Guerra Mundial. Las dos declaraciones son implícitamente idénticas, identificando la causa norteamericana con la causa judía como era falsamente representada por los Sionistas.

Sr. Roosevelt dijo (el 5 de octubre de 1937), "Que nadie imagine que EEUU escapará. . . que este hemisferio Occidental no será atacado. . . Cuando una epidemia de enfermedad física comienza a extenderse, la comunidad aprueba y se une en una cuarentena de pacientes para proteger la salud de la comunidad contra el diseminador del desastre."

Los escritores del discurso del presidente en esta ocasión no fueron lo suficientemente crípticos. La alusión a "unirse en una cuarentena" fue entendida al instante también por las masas públicas como una amenaza de guerra. Esto causó tal consternación que el Sr. Roosevelt se obligó prometer en el mismo momento, hasta cuatro años después, cuando EEUU ya estaba realmente envuelta en la guerra, "de nuevo y de nuevo y de nuevo" que "sus hijos no se enviarán a alguna guerra extranjera". (En octubre de 1937, él ciertamente sabía que la guerra estaría llegando por el otoño de 1939; en ese mismo momento, yo había informado al The Times desde Viena, que Hitler y Goering habían dicho eso, y el presidente norteamericano no habría estado menos informado con precisión).

En 1937, la falsificación de los cuadros-noticias desde Alemania, que fue descrita en el último capítulo, ya había estado en marcha por cuatro años. Entregué varios casos, y aquí cito como evidencia otro. El Rabino Stephen Wise relata que el Congreso Judío norteamericano inmediatamente después del advenimiento de Hitler al poder, comenzó el boicot - a los movimientos de Alemania, en base a los"informes del cable" de Alemania que "un pogrom a lo ancho de la nación" contra los judíos estaba siendo "planificado".(*) Él menciona entonces, por accidente, que el pogrom "informado no ocurrió", pero el boicot si ocurrió. (**)

Empezando con este pogrom imaginario en Berlín, la campaña propagandista en Norteamérica formó la base en la cual el Sr. Roosevelt hizo descansar su discurso sobre la "cuarentena". Los Sionistas alrededor del presidente no estaba preocupados de verdad sobre el sufrimiento de los judíos; al contrario, era necesario para su política en EEUU y para toda su tarea, y ellos temían que mejorara su situación en Alemania. En esto, ellos continuaban la política de los revolucionarios Talmúdicos en la Rusia Zarista, que llegaron tan lejos como el asesinato para prevenir la emancipación de los judíos, tal como ya se ha mostrado.

(*) Los Nazis siempre afirmaron que su boicot de un-día, del 1º de abril de 1933, era en respuesta a esta provocación desde Nueva York, y el libro de Rabino Wise de 1949,
demuestra que su declaración era verdad.

(**) La palabra "pogrom" (una palabra rusa que significa "masacre") juega un rol especial en esta propaganda. Se aplica a cualquier tipo de perturbación en que los judíos están envueltos y se le ha dado por sugestión esta específica, aunque falsa importancia, para que el lector casual pueda sospechar que se trata de un error si leyera "un pogrom ruso" (o de Árabes). El Dr. Weizmann dice "nunca hubo algún pogrom" en su campo ruso nativo, pero usaba continuamente la palabra, explicando que "'no es necesario vivir entre los pogrom para saber que el mundo Gentil está envenenado". En la incitando al gobernador militar británico de Palestina para tomar medidas duras contra los Árabes, el Dr. Weizmann dijo que él "había tenido algo de experiencia con la atmósfera que precede el pogrom", aunque por su propia declaración anterior él no tenía ninguna. Él describe como un desorden como pogrom en que cinco o seis judíos fueron heridos, y como "terrorismo árabe" los eventos de 1938 en el cual 69 británicos, 92 judíos y 1500 árabes fueron asesinados. Un distinguido oficial británico, el Señor Adrián Carton de Wiart V.C., quién vivió en Polonia entre las dos guerras, dice 'El asunto judío parecía irrebatible. . . Se rumoreaba que los pogrom estaban teniendo lugar, pero yo consideré los rumores que estaba siendo groseramente exagerados ya que allí no había ninguna prueba ocular de la masacre de miles de judíos".[321]

Así el Rabino Wise, registra que él y sus compañeros Sionistas no fueron detenidos por las urgentes protestas y llamados de los judíos en Alemania para detener el boicot. La perspectiva de un arreglo entre Hitler y los judíos de Alemania, de hecho, los espantaba y el Rabino Wise informaba a sus socios de sus "dos miedos" con respecto a esto:

". . Que nuestros hermanos judíos en Alemania pudieran sentirse movidos u obligados para aceptar un acuerdo de una paz o pacto que podrían significar alguna mejora o mitigación de sus males. . . que el régimen Nazi pudiera decidir prevenir algunas de las malvadas consecuencias de su régimen por un tratamiento de tal manera paliativo para los judíos que pudiese desarmar la protesta judía mundial". (Él describe la segunda posibilidad como el peligro más "grave").

Así ellos temieron que "la persecución" se derrumbara; las palabras son específicas. El Rabino Wise, en Nueva York, prefería que los judíos en Alemania sufrieran en lugar que esto pasara: "Morir en las manos del Nazismo es cruel; sobrevivir gracias a él era diez mil veces peor. Nosotros sobreviviremos al Nazismo a menos que nosotros cometamos el pecado inexpiable de cambiar o traficar con él para salvar a algunas víctimas judías" (1934, en la Conferencia Judía Mundial). "Nosotros rechazamos de antemano con desdén y desprecio cualquiera y cada una de las propuestas que signifiquen la seguridad de algunos judíos a través de la vergüenza de todos los judíos"
(1936). El Sr. Brandeis, en Washington, estaba igualmente resuelto por el martirio en Alemania: "Cualquier arreglo que provoque la operación de un mercado en el extranjero para los bienes alemanes fortalece a Hitler....... de este modo aliviar la angustia económica de Hitler para salvar así, por la emigración a algunos de los judíos de Alemania sería.... una deplorable habilidad política". (*)

Para los Sionistas en Norteamérica el peligro espectral de una reconciliación entre

(*) De hecho, estos Sionistas estaban bastante dispuestos a "traficar con los Nazis" y hacer tratos financieros con ellos cuando servía a sus propósitos. Siete años después, cuando la Segunda Guerra estaba en su clímax, el Rabino Stephen Wise recibió una oferta de "'un grupo de funcionarios Nazis" para permitirle a los judíos ir de Polonia a Hungría, contra un pago monetario. Ambos países estaban ocupados por Alemania, de tal manera que la ventaja de los judíos involucrados no está clara, y el Sr. Wise debe de haber tenido alguna razón ulterior (posiblemente conectada con el "Éxodo a Palestina" de más tarde) para desear transferir a los judíos de la Polonia ocupada a la Hungría ocupada, en tiempos de guerra, cuando él se había opuesto tan furiosamente a su 'liberación de Alemania en tiempos de paz'. Él le pidió al Presidente Roosevelt que entregara los dólares para el soborno, que debían ser depositados en la cuenta de estos Nazis en Suiza, a lo cual el presidente "'inmediatamente" contestó, "'Por qué no prosigue usted esto y lo hace, Stephen!" Se entregaron instrucciones entonces a otro sionista prominente, el Sr. Henry Morgenthau de la oficina del Tesoro, y a pesar que el Departamento de Estado y la Oficina Extranjera británica protestaron, el dinero fue transferido a la oficina de Ginebra del Congreso judío Mundial para cancelarle a los líderes Nazis! [322]


Hitler y los judíos se puso más agudo en 1938. El General Smuts envió entonces a su Ministro de Defensa, el Sr. Oswald Pirow, a Alemania, para aliviar la tensión en el asunto judío, si él pudiera. El Primer Ministro británico, el Sr. Neville Chamberlain, dio la bienvenida al intento; él le dijo al Sr. Pirow que la presión de la Judería internacional era uno de los obstáculos principales para una comprensión anglo-alemana y dijo que sería ayudado a resistirse a esta presión (la "presión irresistible" de León Pinsker) si Hitler pudiera inducirse a moderar su mal humor.

El Sr. Pirow fue entonces a Alemania. Él dice que hizo una propuesta específica, que Hitler respondió favorablemente, y ese acuerdo estaba en la vista.

En ese mismo instante el destino nuevamente intervino, como en el caso del Sr. Huey Long, del Conde Stolypin, del Zar Alejandro II y de otros; siempre que una oportunidad de pacificación aparecía, el destino intervenía. Un joven judío disparó contra un diplomático alemán, Herr von Rath, en París. Manifestaciones siguieron el evento en Alemania, sinagogas fueron quemadas y la misión del Sr. Pirow acabó abruptamente. No hubo ninguna investigación en el asesinato, ni se encontró alguna organización que podría haber estado detrás de él, y si alguna fue comenzada no produjo ningún resultado informativo; el Rabino Wise presenta el cuadro familiar (también encontrado en la novela del Sr. House) de la"adolescencia algo loca", que enloqueció más allá de la paciencia.

El Sr. Roosevelt respondió inmediatamente: "Las noticias de los últimos días de Alemania, han asustado a la opinión pública profundamente en los Estados Unidos. . . Escasamente pude creer que las tales cosas pudieran ocurrir en una civilización del Siglo vigésimo. . . Le ordené a nuestro Embajador en Berlín, volver en seguida para informes y consultación."

Las palabras se refirieron a la quema de la sinagoga. (el Sr. Roosevelt no hizo ningún comentario sobre el asesinato) y la frase central es demostrablemente falsa, porque el Sr. Roosevelt, y todos sus contemporáneos, había visto la destrucción lasciva de edificios religiosos antes. En la verdad, no habían sido sinagogas, pero el Sr. Roosevelt había "visto" dinamitar las iglesias cristianas y catedrales en la Rusia Comunizada y cuando llegó a la presidencia se había apresurado para reconocer al gobierno que lo hizo. Es más, cuando él hizo esta declaración, había enviado justo en ese momento un telegrama que aprueba cordialmente la promulgación de la capitulación de Checoslovaquia a Hitler y en ese hecho, no había encontrado nada incongruente con la civilización del Siglo XX. Éste fue el momento cuando yo tiré mi puesto, sintiéndome incapaz de continuar en el periodismo, en un momento cuando la falsedad era el amo de "las noticias."

Los Estados Unidos en el efecto se involucraron en la Segunda Guerra cuando el Presidente Roosevelt hizo estas declaraciones en 1937 y 1938, no en el día de Pearl Harbour, y una línea recta les llevó desde ellas a su declaración posterior del 17 de julio de 1942, cuando prometió implícitamente la venganza sobre Alemania a causa de su tratamiento de los judíos; los hombres que lo incitaron a esa amenaza en público, se habían vehementemente desde un principio opuesto a cualquier mitigación de sufrimiento judío en Alemania.

El asesinato de von Rath en París era el disparo de Sarajevo que en el efecto abrió la segunda guerra, como el fluido en desarrollo, el tiempo, ahora revela. A diferencia del Sr. Wilson, el Sr. Roosevelt nunca creyó en lo privado que él mantendría a su país neutral [323]; en 1938, su mentor, el Sr. Bernard Baruch, declaró que"Nosotros vamos a lamer a ese compañero Hitler; él no va a escaparse con esto" (General George C. Marshall). A menos que algún cambio ocurra, y ninguno es todavía previsible, el presidente norteamericano en alguna Tercera Guerra, podría encontrarse asido en los mismos rollos como sus predecesores de 1914-1918 y 1939- 1945.

Durante estos seis años cuando "la guerra innecesaria" fue preparada, observé las turbulentas y oscuras escenas desde Berlín y Viena y en todas las grandes ciudades en que la larga noche pronto caería: Praga y Budapest, Belgrado y Bucarest, Sofia y Varsovia. Vi tanto como cualquier hombre, supongo, desde el atizar del horno, del cual el molde, la guerra, se produjo; y más que la mayoría, porque yo no estaba confinado a algún país o facción, pero veía la carrera de todos ellos. Conocí el ruido de los bravos en los Stammkneipen (bares) de las Storm Troopers, la charla furtiva, amarga de sus adversarios en sus moradas privadas, y el murmullo nervioso de hombres a la carrera, que observaban cada cierto rato sobre sus hombros. Vi la cara de la chusma, ese dinosaurio sin cavidad cerebral, en ambos de sus estados de ánimo: la inflamada ilusión de esperanza (en Berlín) y las mejillas vacías, los ojos hundidos, de una desilusión desesperada (en Moscú). Me encontré con el miedo en cada nivel, desde el limpiador de calles a la cabeza del Estado o del Gobierno; Vi el terror en ambas de sus ciudades cuarteles centrales.

Supe o me encontré con muchos de los hombres que parecían ser poderosos y levantar causas contrarias, y aun así, por sus actos, todos ellos llevaron a "la guerra innecesaria" más y más cerca. Hablé con Hitler, Goering y Goebbels; Almorcé silenciosamente orillas del Lago en Ginebra con el regordete Maxim Litvinoff, una figura típica del Café des Exiles, y me pregunté cuánto conocía a Rusia quien sabía tan poco de Rusia, aun cuando él era el Ministro del Exterior de esa tierra comunizada. Vi a Mussolini, y a Ramsay Macdonald, uno de los Primeros Ministros que pasó como una sombra por la persiana durante estos años. Hablé durante largas horas con Edouard Benesh en el viejo castillo en Praga, con los cancilleres austriacos y primeros ministros húngaros, con reyes y políticos balcánicos. Fui a observar a la Liga de Naciones, con altas expectativas entonces (porque yo todavía era un inexperto) y sentí rechazo por la forma de sus procedimientos, los cuales no tenían dignidad, por el lobby y el sondeo tras bastidores, y por la multitud de serviles e intrigantes, los cuales trasgredían; Pienso que muy poco entusiasmo por las "Naciones Unidas" se encontraría entre aquellos que conocieron la Liga de Naciones. Fui a Moscú, como el guardia personal periodístico de un surgente joven Ministro llamado Anthony Eden, y allí vi un régimen que era la copia del Nacional
Socialismo en Alemania, en cada aspecto mayor, excepto en el estado de los judíos, que me parecieron ser predominantes en las importantes posiciones del estado soviético.

Era todo una confusión girando, al centro de la cual estaba un hecho claro: que Hitler haría la guerra a menos que él fuese impedido y que esta guerra estaba viniendo, porque él no sería impedido. Había otro Primer Ministro británico, el Sr. Stanley Baldwin (una fuente de amargura para los corresponsales del periódico en Alemania [324]) quién ocultó la verdad de las intenciones bélicas de Hitler de sus compatriotas porque, tal como mas tarde dijo, habría "perdido la elección" si él lo hubiese dicho. Si su sucesor, el Sr. Neville Chamberlain, pensó que continuando la política de estímulo a Hitler él podía "guiar" a Hitler para que dirigiera su guerra contra los soviéticos (no tengo ninguna prueba de esto, pero puede haber sido el cálculo del Sr. Chamberlain) ésa era por lo menos una política, donde antes no había ninguna política en absoluto. Pero era una política equivocada, ya que todos los observadores calificados en Alemania previeron que cuando él golpeara a Hitler podría unir sus manos con Stalin emprendiendo la guerra, no comenzar la guerra contra él (yo escribí esto en mi libro de la pre-guerra).

Cuando experimenté las dos primeras invasiones de Hitler, de Austria y Checoslovaquia, fue que comprendí que la última esperanza de evitar la "guerra innecesaria" se había marchado. Sentí que vivía en un mundo demente y esto explica el título, "Insanity Fair" ("Festival de Locura"), que dí al libro que escribí en ese momento. Podía ver sólo una demente falta de política entonces. Dieciocho años después, a la luz de todo lo que ha ocurrido y ha sido hecho conocido, la posibilidad que "la guerra innecesaria" no fuese sostenida por todas las partes como obviamente innecesaria, no puede descartarse.


Siguiente
Anterior
Contenido
Inicio
Indice