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La Controversia de Sión
Douglas Reed

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Capítulo 4



Forjando las cadenas


El episodio babilónico fue decisivo en sus consecuencias, tanto para la pequeña tribu de Judah en ese momento como para el mundo Occidental de hoy en día.

Durante este período los Levitas alcanzaron logros que afectarían permanentemente la vida de los pueblos. Agregaron cuatro Libros al Deuteronomio y así prepararon una Ley de intolerancia racial-religiosa la cual, si pudiese llevarse a cabo, alejaría para siempre a los Judahítas de la humanidad. Mediante el experimento en Babilonia, encontraron las formas de llevarlas a cabo, es decir, de mantener a sus seguidores segregados de aquellos entre quien residían. Adquirieron autoridad entre sus captores, y finalmente "derrumbaron" y"destruyeron absolutamente" la casa de sus aprehensores; si esto sucedió o no realmente, ellos pasaron esta versión de la historia a una posteridad que lo aceptó y con el tiempo comenzaron a ver en estas personas una irresistiblemente fuerza destructiva.

La primera "cautividad" (la egipcia) parece haber sido completamente legendaria; de todos modos, lo que se conoce lo pone en duda y cuando el Éxodo fue completado después de los incidentes Babilónicos, los escribas Levíticos pueden haber inventado la historia de la anterior "cautividad", y del castigo de Jehová a los egipcios, para apoyar la versión del período babilónico que entonces estaban preparando.

En cualquier caso, lo que realmente pasó en Babilonia, parece haber sido muy diferente de la historia de una cautividad masiva, lo cual fue seguido posteriormente por un retorno masivo, que ha sido transmitido por las escrituras de los Levitas.

Ningún éxodo-masivo de cautivos de Jerusalén a Babilonia puede haber ocurrido, porque la masa del pueblo de los Judahítas, de los cuales posteriormente, surgió una nación judía, ya estaba extensamente distribuida sobre el mundo conocido (es decir, alrededor del Mediterráneo, en las tierras hacia el oeste y el este de Judah), habiendo ido hacia cualquier lugar donde las condiciones para el comercio fueron más favorables.

Con respecto a eso, el cuadro estaba en sus proporciones muy parecido a como se encuentra hoy. En Jerusalén había solamente un núcleo, compuesto fundamentalmente de los devoto más celosos del culto del Templo y gente cuyos objetivos los limitaban a la tierra. Las autoridades están de acuerdo en que solamente unas decenas de miles de personas fueron llevadas a Babilonia, y queéstas representaban un pequeño fragmento del total.

Tampoco eran los Judahítas los únicos en esta dispersión, aunque la literatura de lamentos implica eso. Los Parsees de India ofrecen un caso casi idéntico y del mismo período; ellos, también, sobrevivieron la pérdida de su estado y país, como comunidad religiosa en dispersión. Los siglos posteriores ofrecen muchos ejemplos de la supervivencia de grupos raciales o religiosos lejos de su clima original. Con el paso de las generaciones, tales grupos raciales comienzan simplemente pensar en la patria de sus antepasados como el "antiguo país"; los religiosos vuelven sus ojos hacia una ciudad santa (digamos, Roma o La Meca) desde un lugar diferente de la tierra simplemente.

La diferencia en el caso del Judahítas fue que el antiguo país y la ciudad santa eran lo mismo; a la cual el Jehovaísmo exigía un retorno triunfante y la restauración del [24] templo-culto, sobre los cuerpos de los destruidos paganos; y que esta religión también era su ley de vida cotidiana, así que una ambición política mundana, del antiguo tipo tribal o nacionalista, era también fundamentalmente un artículo de fe. Otros credos similares de los tiempos primitivos se fosilizaron; este logró sobrevivir para alterar la vida de los pueblos a lo largo del tiempo hasta nuestros días, cuando logró su efecto más disociador.

Éste fue el resultado directo de los experimentos realizados y la experiencia ganada por los Levitas en Babilonia, dónde ellos pudieron primero probar el credo en un ambiente extranjero.

El comportamiento benévolo de los conquistadores babilónicos hacia sus prisioneros Judahítas fue exactamente lo contrario de aquel ordenado a los Judahítas en circunstancias inversas, por la Segunda Ley, que había sido leída a ellos justo antes de su derrota: "No dejes con vida nada que respire. . . “El Dr. Kastein dice que los cautivos "disfrutaron de la libertad" completa de residencia, culto, ocupación y administración propia.

Este liberalismo le permitió a los Levitas transformar en cautivos a personas que eran claramente libres; bajo la insistencia sacerdotal, fueron reprimidos para establecerse en comunidades cerradas, y de esta forma nació el ghetto y el poder de los Levitas. El control Talmúdico de la era cristiana que decretaba la excomunión de judíos, si ellos sin permiso vendieran "propiedad del vecindario" a los"extraños", viene de aquel primer experimento de auto segregación en Babilonia.

El apoyo de los gobernantes extranjeros fue necesario para encerrar a estos expatriados por sus propios sacerdotes, y se dio en esta ocasión por primera vez, como en innumerables otras ocasiones desde entonces.

Con su pueblo firmemente aplastado bajo sus dedos pulgares, los levitas estaban listos para completar la recopilación de "La Ley". Los cuatro libros que ellos agregaron al Deuteronomio conformaron la Torah, y esta palabra, la cual originalmente significaba doctrina, ahora se reconoce que significa "la Ley". Sin embargo, "completar" es la palabra más engañosa en esta conexión.

Sólo la Torah (en el sentido de los cinco libros) se completó. La Ley no fue entonces y nunca podrá completarse, dado la existencia de la "Torah secreta" guardada por el Talmud (el cual en sí mismo fue más tarde, la continuación de la Torah), y la demanda sacerdotal del derecho divino de interpretación. De hecho,"la Ley" fue constantemente cambiada, a menudo para cerrar alguna abertura que le podría haber permitido a "los extraños" disfrutar algún derecho delegados solamente a los "hermanos". Algunos ejemplos de este continuo proceso de enmendadura ya han sido entregados y otros se entregarán en este capítulo. El efecto normalmente era provocar el odio o desprecio hacia "los extraños" una parte integral de "la Ley" a través de la provisión de multas discriminatorias o inmunidades.

Cuando la Torah fue completada, una gran muralla, única en su naturaleza, pero todavía incompleta, había sido construida entre un ser humano que en cualquier momento aceptaba esta "Ley" y el resto de la humanidad. La Torah no permitía ninguna distinción entre esta Ley de Jehová y aquella de los hombres, entre el derecho civil y religioso. La ley de [25] "los extraños", teológica y jurídicamente, no tenía existencia, y cualquier pretensión para llevarla a cabo fue"persecución", ya que Jehová era la única ley.

El sacerdocio afirmó que la Torah gobernaba cada acto de la vida diaria, hasta el más trivial. Cualquier objeción que Moisés no pudiera haber recibido de Jehová en la montaña, instrucciones detalladas que cubrían cada acción concebible, realizadas por el hombre, fue ensamblada con el dogma que el sacerdocio, como relevo de corredores, pasaba de generación en generación "la tradición oral" de la revelación de Jehová a Moisés, y el poder infinito de re interpretación. Sin embargo, tales objeciones eran raras, cuando la Ley prescribía la pena de muerte para los incrédulos.

El Sr. Montefiore comenta, con precisión, que el Antiguo Testamento es"legislación revelada" y no "verdad revelada", y dice que los profetas Israelita no pueden haber conocido algo sobre la Torah ya que los Levitas la completaron en Babilonia. Las palabras de Jeremías, "la pluma de los Escribas es en vano" evidentemente se refiere a este proceso de revisión Levítica y a la atribución de innumerables nuevos "estatutos y juicios" de Jehová y Moisés.

El "pecado" no fue un concepto en la Torah como tomó forma posteriormente. Eso es lógico, ya que en la ley no puede haber "pecado", sólo crimen o faltas. La única ofensa conocida a esta Ley era la non-observancia que significaba crimen o falta. Lo que normalmente se entiende por "pecado", a saber, la trasgresión moral, a veces expresamente se ordenaba hacerla o se hacía exonerable por el sacrificio de un animal.

La idea del "retorno" (junto con las ideas relacionadas de destrucción y dominio) era básica al dogma, el cual mantenía o se dejaba caer. No existía entre las personas un fuerte impulso para volver de Babilonia a Jerusalén (no más que ahora, cuando el instinto de la inmensa mayoría de judíos es completamente en contra del"retorno", ya que para que el estado Sionista es mucho más fácil encontrar el dinero en el extranjero que entre los inmigrantes).

La culminación literal era el principio supremo y eso significaba que la posesión de Palestina, el "centro" del imperio dominante por venir, era esencial (como lo es todavía); su importancia en el modelo era política, no residencial.

Así los Levitas en Babilonia agregaron Éxodo, Génesis, Levíticos y Números al Deuteronomio. Génesis y Éxodo proporcionan una versión de la historia amoldada para encajar en la "Ley" que los Levitas por entonces ya habían promulgado, en el Deuteronomio. Esto va directamente a la Creación del cual los Escribas supieron la fecha exacta, (aun cuando los primeros dos capítulos del Génesis dan cuentas algo diferentes de la Creación y de la acción de las manos de los levitas, tal como creen los estudiosos, se puede ver más en el segundo capítulo que en el primero).

Cualquier cosa que haya sobrevivido de la anterior tradición Israelita, está en el Génesis y en el Éxodo, y en los pasajes ilustrados de los profetas Israelita. Estas partes más benévolas invariablemente son canceladas posteriormente por otras partes fanáticas, qué probablemente son interpolaciones de los Levitas. El enigma es adivinar por qué los Levitas permitieron que estos vislumbres de un Dios amoroso de todos los hombres permanecieran; cuando ellos invalidaron la Nueva Ley y podrían haberlo [26] sacado. Una teoría defendible podría ser que la tradición más antigua era también muy conocida por el pueblo-tribu para ser simplemente borrada, así que tuvo que ser mantenida y cancelada por incidentes alegóricos y enmendaduras.

Aun cuando el Génesis y Éxodo fueron producidos después del Deuteronomio, el tema del tribalismo fanático es débil en ellos. La inflada y en crescendo llega en el Deuteronomio, Levíticos y Números, que llevan el sello pleno de los Levitas en el aislado Judah y en Babilonia.

Así en Génesis el único eco del estruendo y la furia es, "Y yo haré de ti una gran nación y yo te bendeciré, y haré tu nombre grande; y tu serás una bendición; y yo bendeciré a esos que te bendigan, y maldeciré al que te maldijo; y en ti todas las familias de la tierra serán bendecidas. . . y el Señor apareció ante Abraham, y dijo, A tu semilla le daré esta tierra. . . "

El Éxodo no es muy diferente: por ejemplo, "Si tu de hecho... haces todo lo que digo, entonces yo seré un enemigo hacia tus enemigos. . . y yo los cortaré"; e incluso estos pasajes pueden ser interpolaciones de los Levitas.

Pero en el Éxodo aparece algo de primera importancia: esta promesa está sellada en sangre, y de este punto, corre como un río de sangre a través de los libros de La Ley. Moisés es descrito como "tomando la sangre y salpicándola sobre las personas" y diciendo, "contemplen la sangre del convenio, que el Señor hizo contigo con respecto a todas esta palabras". La oficina hereditaria y perpetua del sacerdocio de los Aaronites está fundada en este ritual de sangre: Jehová le dice a Moisés, "Y toma en ti a Aaron, tu hermano y sus hijos con él, para que pueda atenderme en la oficina del sacerdocio".

La forma de la consagración de un sacerdote es explicada en detalles por el propio Jehová, según los escribas Levitas:

Debes tomar un buey y dos carneros "sin manchas", haberlos matado "delante del Señor", y sobre el altar quemar un carnero y la entrañas del buey. La sangre del segundo carnero será puesta "en la punta de la oreja derecha de Aaron y en la punta de la oreja derecha de sus hijos y en el dedo pulgar de sus manos derechas y en los dedos grandes de sus pies derechos" y salpicar la sangre "sobre el altar y alrededor de él. . . y sobre Aaron, y en sus ropas, y sobre sus hijos y las ropas de sus hijos."

La figura de los sacerdotes bañados de sangre, así mostrada, vale contemplarla. Incluso a esta distancia de tiempo la pregunta salta por sí misma: ¿Por qué se ha puesto este énfasis insistente en el sacrificio-sangre en los libros de la Ley que los Levitas produjeron? La respuesta parece estar en el extraño genio de la secta por infundir el miedo por el terror; ¡Con la sola mención de la "sangre", en tales contextos, hace que los fieles o supersticiosos Judahítas tiemblen por sus propios hijos!

Está todo explicado en detalles en Éxodo, esta demanda de los fanáticos sacerdotes al primogénito de sus seguidores:

"Y el Señor habló a Moisés, diciendo, Santifica a mí todos los primogénitos, lo que abra el útero entre los hijos de Israel, de ambos, hombres y de bestia: es mío." [27]

Según el pasaje anteriormente citado de Micah, esta práctica de sacrificar al primogénito humano continuó por largo tiempo, y la visión del ensangrentado Levita debe haber tenido una significancia terrible para los miembros humildes de la tribu, ya que en las palabras atribuidas a Dios, citadas previamente, el primogénito "de hombre y de bestia" se asocian. Esta importancia permaneció largo tiempo después que el sacerdocio (de una manera de lo más ingeniosa que se describirá después) urdió discontinuar el sacrificio humano, mientras mantenía la prerrogativa. ¡Incluso entonces la sangre que se rociaba sobre el sacerdote, aunque era sangre animal, para la congregación, era simbólicamente la sangre de su propia descendencia!

Es más, en las fortalezas Talmúdicas de la Judería, este sangriento ritual de los sacerdotes ha continuado hasta nuestro tiempo; ésta no es una reminiscencia de la antigüedad. Veinticuatro siglos después de que el Éxodo fue compilado, los Rabinos de la Reforma de Norteamérica (en Pittsburg en 1885) declararon:"Nosotros ni esperamos un retorno a Palestina, ni un culto de sacrificios bajo la administración de los hijos de Aaron; ni la restauración de cualquiera de las leyes acerca del Estado Judío". La importancia de esta declaración yacía en la necesidad, así sintieron en 1885,
hacerla públicamente; muestra que la escuela opuesta de la Judería todavía practicaba la observancia literal, incluso el ritual del "culto al sacrificio". (Por los años 1950 los Rabinos de la Reforma de Norteamérica habían perdido mucho terreno y estaban en franca retirada ante la fuerza de Chauvinismo Sionista).

La paternidad literaria Levítica de la Torah es indicada, nuevamente, por el hecho que en más de la mitad de los cinco libros, se entregan instrucciones minuciosamente detalladas, atribuidas directamente al Señor, sobre la construcción y equipamiento de altares y tabernáculos, de la tela y los diseños de vestiduras, las tiaras, cintos, el tipo de cadenas de oro y piedras preciosas con los cuales, el sacerdote bautizado en sangre será vestido, así como el número y tipo de bestias que deberán ser sacrificadas por las varias transgresiones, los usos que se les dará a su sangre, el pago de diezmos y shekels, y en general los privilegios y donaciones al sacerdocio. Relatos de capítulos son consagrados, en particular al sacrificio de sangre.

Dios probablemente no precia en alto nivel la sangre de animales o los finos vestuarios de los sacerdotes.Ésta era la misma cosa contra la cual los "profetas" Israelitas habían protestado. Era la momificación de una religión tribal primitiva; aún es La Ley de la secta gobernante y es de gran potencia en nuestro mundo actual.

Cuando ellos compilaron estos Libros de la Ley, los escribas Levitas incluyeron muchos incidentes alegóricos o ilustrativos de los horribles resultados de la "nonobservancia". Éstas son las parábolas del Antiguo Testamento, y su moral es siempre la misma: la muerte al "trasgresor". El Éxodo incluye al mejor conocido de éstos, la parábola del ternero dorado. Mientras Moisés estaba en la montaña, Aaron hizo un ternero dorado; cuando Moisés bajó y lo vio, les ordenó a "los hijos de Levi" pasar por el campamento "y matar a cada hombre a su hermano, y cada hombre a su compañero, y cada hombre a su vecino", lo que estos obedientes Levitas hicieron, y así fue como "allí cayeron del pueblo ese día, cerca de tres mil hombres". [28]

La Cristiandad también ha heredado esta parábola del ternero dorado (habiendo heredado el Antiguo Testamento) y sostiene que es una advertencia contra el culto de ídolos. Sin embargo, un motivo bastante diferente puede haber producido la tendencia entre el pueblo, que causó que los Levitas la inventaran. Muchos Judahítas, y posiblemente algunos sacerdotes, pueden haber pensado en ese momento, que Dios estaría más contento con la ofrenda simbólica de un ternero dorado, que con el eterno balido de animales al ser asesinados, la"rociadura" de su sangre, y el "sabor dulce" de sus cadáveres ardientes. Los Levitas lucharon furiosamente, en todo momento, contra cualquier debilitamiento de su ritual, por lo que estas parábolas siempre se dirigen contra cualquiera que busque cambiarlo en algún detalle.

Un caso similar es la "rebelión de Korah" (Números), cuando "doscientos cincuenta príncipes de la asamblea, famosos en la congregación, hombres de renombre, se reunieron contra Moisés y contra Aaron y dijeron entre ellos, vosotros tomáis demasiado sobre vosotros, viendo que toda la congregación son santos, cada uno de ellos, y el Señor está entre ellos; para que os alzáis vosotros mismos sobre la congregación del Señor."

Los "profetas" Israelita habían hecho esta misma queja, que los Levitas tomaron mucho para ellos mismos, y simplemente se piensa que la parábola en Números descorazona a cualquier otro objetor: "Así que la tierra se abrió y se tragó a Korah y sus doscientos y cincuenta hombres de renombre" (sin embargo, la congregación "continuó murmurando", por lo cual el Señor los golpeó con violencia con la plaga, y cuando Aaron intercedió, "catorce mil y setecientos" yacían muertos.) La lección de estas parábolas, el respeto para el sacerdocio, llega a casa inmediatamente después de esta anécdota por la enumeración, en palabras atribuidas al Señor, sobre las donaciones a los Levitas: "Lo mejor de todos los aceites, y todo los mejor de los vinos, y del trigo, las primeras frutas de ellos las cuales ellos ofrecerán al Señor, ellas te las he dado."

Probablemente porque la tradición más antigua impuso algún refrenamiento en la escritura de la historia, Génesis y Éxodo son relativamente refrenados. ¡La nota fanática, ruidosamente apareció primero en el Deuteronomio, entonces se vuelve incluso más estruendosa en Leviticus y Números, hasta que al final una concluyente parábola describiendo una matanza racial-religiosa como un acto de la piedad más alta en la "observancia", singularmente entregada en premio por Dios! Estos últimos dos libros, como el Deuteronomio, se supone que fueron dejados por Moisés y relatan su comunión con Jehová. En su caso, no se hace ninguna demanda que "un manuscrito añoso con el polvo de los tiempos" había sido descubierto; simplemente fueron producidos.

Ellos muestran el crecimiento del fanatismo de la secta en este período, y el calor creciente de sus exhortaciones al odio racial y religioso. El Deuteronomio había decretado primero, "Amen por consiguiente al extraño", y luego canceló este"juicio" (qué probablemente venía de la tradición Israelita anterior) por el que más tarde, excluyó al extraño de la prohibición en la usura.

Leviticus
fue más allá. También, comenzó con la advertencia para amar: "El [29] extraño que reside contigo será tratado como uno nacido entre ustedes, y tu lo amarás como a ti mismo" (capítulo 19). La inversión entró en capítulo 25: "De los hijos del extraño que está entre ustedes, de ellos comprarás, y de sus familias que están contigo, qué ellos engendraron en tu tierra, y ellos serán tu posesión. Y los tomarás como herencia para tus hijos después de ti, para heredarlos como una posesión; ellos serán para siempre tus esclavos: pero sobre tus hermanos, los hijos de Israel, no gobernarás sobre ellos con rigor."

Esto hizo la esclavitud hereditaria y la esclavitud-enseres de "extraños" (qué todavía es válida) un principio de la Ley. Si el Antiguo Testamento es de "igual autoridad divina" que el Nuevo Testamento, los cristianos pioneros, colonizadores o del tipo de los Voortrekker [colonizadores en Sudáfrica] fueron autorizados en su día para invocar tales pasajes como éstos, con respecto a la esclavitud en Norteamérica o en África del Sur.

Leviticus
introdujo (en todos los eventos por clara implicación) lo que es quizás el más significante de todas las discriminaciones hecho por la Ley entre el "prójimo tuyo" y "el extraño". El Deuteronomio, del principio, había proporcionado (Deut 22:26) que "si un hombre encuentra a una damisela, prometida en matrimonio, en el campo, y el hombre la fuerza, y yace con ella: entonces el sólo el hombre que yace con ella morirá; pero a la damisela no le harás nada; no hay en la damisela ningún pecado digno de muerte; es como cuando un hombre se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es este caso". Éste es el tipo de provisión, con respecto a la violación que probablemente se habría encontrado en cualquiera de los códigos legales que estaban tomando la forma entonces y para esa materia encajaría en casi cualquier código legal hoy, salvo por la naturaleza extrema del castigo. Este pasaje, nuevamente, puede representar muy bien, la actitud Israelita más temprana hacia esta trasgresión particular; era imparcial y no variaba según la persona de la víctima.

Leviticus (Cáp. 19) entonces proveía que un hombre que "yacía carnalmente" con una mujer esclava ofrecida en matrimonio, podía ser absuelto trayendo un carnero a los sacerdotes "como una ofrenda de trasgresión", y así "el pecado que él ha cometido le será perdonado", pero la mujer será "azotada". Bajo esta Ley, la palabra de una mujer esclava claramente no cuenta contra su dueño, en la acusación de violación, así este pasaje parece ser una enmendadura, del tipo discriminatorio, a la provisión en el Deuteronomio. Ciertas alusiones en el Talmud apoyan esta interpretación, como se demostrará. .

Leviticus
también contenía sus parábolas describiendo las terribles consecuencias de la no observancia, y este ejemplo particular muestra hasta que extremo llegaron los Levitas. La trasgresión cometida por los dos caracteres alegóricos en este caso (los cuales eran dos Levitas, Hadab y Abihu) fue solamente que ellos quemaron el tipo incorrecto de fuego en sus incensarios. ¡Ésta era una ofensa capital bajo "la Ley" y ellos fueron inmediatamente devorados por el Señor!

Números
, el último de los cinco Libros en ser producido, es el más extremo. En él los Levitas encontraron una forma de librarse de su principal prerrogativa (la demanda del [30] primogénito) perpetuando "la Ley" en esto, su principio supremo. Éste fue un movimiento político genial. La demanda del primogénito se había transformado evidentemente en una fuente de grave turbación para ellos, pero posiblemente no podría dejar caer el primer artículo de una Ley literal que no conocía de ninguna latitud en la "observancia"; hacerlo habría sido así una trasgresión capital. Con una nueva reinterpretación de la Ley, ellos se hicieron apoderados del primogénito, y así estacaron una demanda permanente en la gratitud del pueblo sin algún riesgo para ellos mismos:

"Y el Señor le habló a Moisés, diciendo, Y yo, observé. Y he tomado a los Levitas de entre los hijos de Israel en el lugar de todos los primogénitos que abren elútero entre los hijos de Israel: por consiguiente los Levitas serán míos; porque todos los primogénitos son míos. . . " (Como los primogénitos que serán redimidos excedieron en número a sus redentores Levitas por 273, el pago de cinco shekels por cada uno de estos 273 fue requerido, el dinero sería dado "a Aaron y sus hijos").

Procediendo desde este nuevo estado de redentores, los Levitas dispusieron muchos más "estatutos y juicios" en Números. Ellos gobernaron por el terror y eran ingeniosos inventando nuevas maneras de provocarlo; un ejemplo es su"Juicio de celos". Si "el espíritu de los celos" llega hasta un hombre, estaba legalmente obligado (por "el Señor que habló a Moisés, diciendo") a llevar a su esposa delante del Levita, quien ante el altar, la presentaban con una pócima de"agua amarga" preparada por él, diciendo, "Si ningún hombre ha yacido contigo y si no has ido al lado de la suciedad con otro en lugar de tu marido, se tu libre de esta agua amarga que causa la maldición. Pero si tu has ido al lado de otro en lugar de tu marido, y si tu eres impura, y algún hombre ha yacido contigo aparte de tu marido. . . el Señor te hace maldita y una anatema entre tu pueblo, cuando el Señor te haga pudrir tu muslo, y se te hinche tu abdomen."

La mujer tenía que beber entonces el agua amarga y si su barriga se inflaba, los sacerdotes "ejecutaban la ley" de muerte en ella. El poder que tal rito puso en las manos del sacerdocio está claro; atribuido a las órdenes directas de Dios, se parecen a las prácticas de hechiceros en África.

El toque final se da a "la Ley" en los últimos capítulos de esto, el último libro en ser compilado. Es proporcionado por la parábola de Moisés y los Madianitas. El lector habrá notado que la vida y hechos de Moisés, como está relatado en Éxodo, le hicieron un trasgresor mayúsculo, varias veces, bajo la "Segunda Ley" del Deuteronomio y las numerosas otras enmendaduras del Leviticus y Números. Tomando refugio con los Madianitas, casándose con la hija del alto sacerdote de los Madianitas y recibiendo instrucciones en los ritos sacerdotales deél, y de otras formas, Moisés había "ido prostituyéndose detrás de otros dioses", había tomado de sus hijas", y así sucesivamente. Como la estructura completa de la ley descansaba en Moisés, en cuyo nombre las órdenes contra estas cosas se presentaron en los libros posteriores, algo tenía que hacerse evidentemente sobre esto antes que los Libros de la Ley fuesen completados, o la estructura entera caería
la tierra. [31]

La última pequeña sección de Números muestra cómo la dificultad fue superada por los escribas. En estos último capítulos de "la Ley" Moisés es hecho conformar con "todos los estatutos y juicios" y redimido de sus transgresiones realizando una matanza de toda la tribu de los Madianitas, ¡dejando con vida a las vírgenes! Por lo que en el idioma de hoy se llamaría una "tergiversación" fantástica, Moisés fue resucitado para que él pudiera deshonrar a sus salvadores, a su esposa, a sus dos hijos y a su suegro. ¡Póstumamente él fue hecho "volver desde su maldad", para validar el dogma racial-religioso que los Levitas habían inventado, y por la transfiguración completa del patriarca benévolo de las anteriores leyendas para transformarse en el padre fundador de su Ley de odio y asesinatos!

En el Capítulo 25 Moisés es hecho relatar que "el enojo del Señor fue enardecido" porque el pueblo estaba volviéndose a otros dioses. El Señor le ordena, "Toma todas las cabezas de las personas y cuélgalas ante el Señor, contra el sol", con lo cual Moisés les dice a los jueces, "Maten a cada uno sus hombres que se unieron a Baalpeor" (el culto a Baal era extensivamente practicado a lo de Canaan, y la competencia de este culto con el culto-Jehová era un agravio particular de los Levitas).

El tema del odio religioso se introduce así en la narrativa. El del odio racial se une a él cuando, en directa sucesión, un hombre trae a "una mujer Medianita ante la vista de Moisés". Phinehas (el nieto de Aaron, este último hermano de Moisés) los persigue "y atravesó con la lanza, a los dos, al hombre de Israel, y a la mujer por su vientre". Debido a este hecho, "la plaga se detuvo", y "el Señor habló a Moisés, diciendo, Phinehas ha quitado mi ira de los hijos de Israel, mientras fue apasionado por mi causa. . . Por tanto diles, ¡He aquí, establezco mi pacto de paz con él! "

Así el convenio entre Jehová y el sacerdocio Aaronita hereditario fue sellado nuevamente (por los escribas Levitas) con sangre, esta vez la sangre de un asesinato racial-religioso que "el Señor" describe entonces como "una expiación para los hijos de Israel". Moisés, el testigo del asesinato, recibe la orden del Señor,"Acosa a los Medianitas y destrúyelos". El simbolismo es claro. Es requerido, en su resurrección, para golpear igualmente a "otros dioses" (el dios del alto sacerdote Jethro, de quien él había recibido instrucción) y a los "extraños" (la raza de su esposa y su suegro).

Los Levitas hicieron que la matanza resultante fuese incluso el último acto de Moisés en la tierra; ¡él fue rehabilitado en el borde mismo de la eternidad! "Y el Señor habló a Moisés, diciendo, haz la venganza de los hijos de Israel sobre los Medianitas; después te reunirás con tu pueblo". Así ordenó a los hombres de Moisés "batallar contra los Medianitas tal como el Señor le ordenó a Moisés; y ellos mataron a todos los varones. . . y tomó a todas las mujeres de Madian cautivas, y a sus pequeños, y tomaron los despojos de sus ciudades, y todo su ganado, y todos sus dioses, y quemaron sus ciudades."

Esto no fue suficiente. Moisés, el esposo de una amorosa esposa Medianita y padre de sus dos hijos, estaba "enfurecido" con sus oficiales porque ellos habían dejado con vida a todas las mujeres [32] Medianitas. He aquí ellas fueron causa en los hijos de Israel. . . para cometer ofensa contra el Señor en materia de Peor, y hubo una plaga entre las congregaciones del Señor. [Peor montaña donde se rendía culto a Baal; en Egipto Pi-hor la Casa de Horus] “Ahora por consiguiente mata a todo varón entre los pequeños y mata a toda mujer que ha conocido hombre yaciendo con él. Pero todas las niñas que no han conocido a un hombre yaciendo con él, puedes dejarlas con vida para ustedes mismos". (El botín es entonces listado; después de la enumeración de ovejas, los bueyes y asnos siguen "treinta y dos mil personas en total, de mujeres que no habían conocido hombre yaciendo con ellos". Éstas fueron compartidas entre los Levitas, los soldados y la congregación; "el oro" fue entregado a los Levitas "para el Señor".) [note el origen de la aprobación de la Pedofilia Trad.Español]

Con eso, a Moisés le fue por fin, permitido descansar y se concluyeron los Libros de la Ley. Sería difícil darle a la incitación una forma más demoníaca. Los capítulos 25 y 31 de Números, es necesario compararlos con los capítulos 2, 3 y 18 de Éxodo para que quede clara toda la importancia de las acciones impuestas en Jehová y Moisés por los Levitas. Era una clara advertencia al pueblo especial de lo que Jehovaísmo significaría para ellos; permanece hoy en día como una advertencia para otros.

En esa nota acabó La Ley. Sus autores eran una pequeña secta en Babilonia, con unos mil seguidores allí. Sin embargo, el poder de su perversa idea probaría ser muy grande. Dando a la ambición material la forma más grande que pueda tener esta en la tierra, ellos se identificaron para siempre con la más baja de las dos fuerzas que eternamente luchan por el alma de los hombres: aquella que tira hacia abajo a los instintos de la carne, los cuales luchan con los impulsos ascendentes del espíritu.

Los teólogos de la Cristiandad demandan más de esta Ley que los estudiosos de la Judería. Tengo ante mí una Biblia cristiana, recientemente publicada, con una nota explicativa que dice que los cinco libros de la Torah "se aceptan como verdaderos", y por esa razón también los libros históricos, proféticos y poéticos. Esto fluye lógicamente del dogma, citado anteriormente, que el Antiguo Testamento es"igualmente de autoridad divina" con el Nuevo Testamento.

Los estudiosos de los Judaístas dicen cosas diferentes. El Dr. Kastein, por ejemplo, dice que la Torah fue "el trabajo de un compilador anónimo" que "produjo un trabajo histórico pragmático". La descripción es exacta; el escriba o los escribas proporcionaron una versión de la historia, subjetivamente escrita para apoyar el compendio de leyes que se construyeron sobre esta; y tanto la historia como las leyes se inventaron para servir a un “propósito político”. "Una idea unificadora estaba debajo de todo", dice el Dr. Kastein, y esta idea unificadora era el nacionalismo tribal, en una forma mucho más fanática que el mundo ha conocido en algún otro lugar. La Torah no fue una religión revelada, sino, como el Sr. Montefiore comentó, "una legislación revelada", promulgada para un fin.

Mientras la Ley estaba siendo compilada (no fue completada hasta que la"cautividad" babilónica hubo terminado) los últimos dos protestantes hicieron oír sus voces, Isaías y Jeremías. La mano de los Levitas puede indicarse en las interpolaciones que fueron hechas en sus libros, para traerlos en línea con "la Ley" y su "versión de la historia" que apoyaban. La falsificación está mucho más clara en el libro de Isaías, [33] "el cual es el caso mejor conocido porque es el más fácilmente demostrable. Quince capítulos del libro fueron escritos por alguien que conoció la cautividad babilónica, considerando que Isaías vivió unos doscientos años antes. Los estudiosos cristianos soslayan esto llamando al hombre desconocido "Deutero-Isaías", o el segundo Isaías.

"Este hombre dejó las famosas palabras (a menudo citadas fuera de su contexto), "El Señor ha dicho. . .
"Yo también te daré por una luz entre los Gentiles para que puedas llevar mi salvación hasta el fin de la tierra". Esto era herejía bajo la Ley que estaba en preparación y los Levitas aparentemente agregaron (como el mismo hombre probablemente no lo habría escrito) los pasajes que predicen que "los reyes y reinas" de los Gentiles "se inclinarán ante ustedes, con sus rostros hacia la tierra y lamerán al polvo de tus pies. . . Yo alimentaré a aquellos que te oprimieron con su propia carne y ellos estarán ebrios con su propia sangre, como con el vino dulce; y toda la carne sabrá que yo soy el Señor tu Salvador y tu Redentor" (Esto se parece a la voz de Ezekiel, que fue el verdadero padre de la Ley Levítica tal como se verá.)

El libro de Jeremías parece haber recibido enmendaduras Levíticas desde su inicio, porque el pasaje de la apertura familiar, está profundamente en desacuerdo con otro de los pensamientos de Jeremías: "Mira, yo te he puesto este día sobre las naciones y sobre los reinos, para quitar de raíz, para derrumbar, y para destruir. . . "

Ese no parece ser el hombre que escribió, en el próximo capítulo: "La palabra del Señor vino a mí diciendo, Ve y llora en las orejas de Jerusalén, diciendo, Así dijo el Señor: Yo te recuerdo, la bondad de tu juventud, el amor por tu esposa, cuando venías tras de mi en el desierto, en una tierra que no tenía plantas. . . Qué iniquidad han encontrado tus padres en mí, que ellos se han ido lejos de mí. . . mi pueblo me ha desamparado, la fuente de aguas vivientes. . . "

Jeremías identificó al culpable entonces: Judah (y por esta ofensa bien puede haber llegado su muerte):"El reincidente Israel se ha justificado más que el traicionero Judah". Israel se había caído de la gracia, pero Judah había traicionado; la alusión es explícitamente a la nueva Ley de los Levitas. Entonces viene la protesta apasionada, común a todo los que protestaban, contra los ritos sacerdotales y los sacrificios:

"No confíes en las palabras mentirosas, diciendo, El Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor. . . " (los encantamientos formales, repetitivos)"...sino que enmienda completamente tus maneras y en tu hacer, no oprima al extraño, al huérfano de padre y la viuda, y no viertas sangre inocente en este lugar" (el ritual de de sangre de los sacrificios y el asesinato ordenado de apostatas). ."¿Quieres robar, asesinar y cometer adulterio, y jurar falsamente. . . y venir y estar
de pie ante mí en esta casa, la cual es llamada por mi nombre y decir, Nosotros nos entregamos para hacer todas estas abominaciones?" (la absolución ceremonial después del sacrificio-animal). ¿Es esta casa que es llamada por ni nombre transformada en un cubil de ladrones ante tus ojos? Yo no hable a tus padres, ni les ordené en los días que yo los saqué de la tierra de Egipto, involucrarse en ofrendas quemadas o sacrificios…. "[34]

En tales palabras, Jeremías, tal como Jesús más tarde, protestó contra la"destrucción" de la Ley en el nombre de su consumación. Parece posible que incluso en los tiempos de Jeremías, los Levitas exigían aun el sacrificio de los hijos primogénitos, porque él agrega, "Y ellos han construido el lugar alto. . . para quemar a sus hijos e hijas en el fuego; qué yo no ordené, tampoco llegó a mi corazón."

Debido a estas mismas "abominaciones", Jeremías continuó, el Señor "causaría el cese en las ciudades de Judah, y en las calles de Jerusalén, la voz del regocijo, y la voz de alegría, la voz del novio, y la voz de la novia; porque la tierra será desolada."

Ésta fue la famosa previsión política que fue confirmada; los Levitas, con su genialidad para la perversión, más tarde lo invocaron para apoyar su demanda que Judah cayó porque su Ley no fue observada, donde la advertencia de Jeremías era que su Ley destruiría al traicionero Judah". Si el se alzara en la tierra hoy, podría usar las mismas palabras sin cambiarlas, con respecto al Sionismo, ya que el estado de asuntos es similar y la última consecuencia parece igualmente previsible.

Cuando Judah cayó, Jeremías dio el más famoso de sus mensajes, uno al cual las masas judías a menudo instintivamente se vuelven hoy en día, y al que la secta gobernante nuevamente les prohíbe considerar una y otra vez: "Buscad la paz en la ciudad donde yo les he causado ser llevados lejos de la cautividad, y ora al Señor por ella; porque en su paz tendréis vosotros paz". Los Levitas dieron su respuesta enfadada en el Salmo 137:

"Junto a las aguas de Babilonia nosotros nos sentábamos y llorábamos… Nuestros atormentadores nos pidieron la alegría: Cántenos una de las canciones de Sión. ¿Cómo podríamos nosotros cantar la canción del Señor en una tierra extraña? Si yo te olvido, O Jerusalén, haz que mi mano derecha se olvide de su destreza, que mi lengua se pegue al paladar de mi boca. . . O hija de Babilonia, la que ha de ser destruida, dichoso sea el que te premie como nos has servido. Dichoso sea el que tome y golpee tus pequeños contra las piedras."

En la advertencia de Jeremías y la respuesta de los Levitas yace la totalidad de la historia de la controversia de Sión, y de sus efectos para otros, hasta nuestros días.

Jeremías que fue al parecer asesinado, hoy sería atacado como "demente", "paranoico", "antisemita" y cosas así; la frase entonces usada era "profeta y soñador de sueños". Él describe los métodos de difamación, usados contra tales hombres, en palabras exactamente aplicables a nuestro tiempo y a muchos hombres, cuyas vidas públicas y reputación han sido destruidas por ellos (tal como esta narrativa mostrará cuando alcance el presente siglo): "Porque yo escuché la difamación de muchos, temor en cada lado. Informe, dicen ellos, y nosotros informaremos. Todos mis familiares miraban que me detuviera, diciendo, Quizás será engañado, y nosotros prevaleceremos contra él, y nosotros tomaremos nuestra venganza en él."

Mientras Jeremías era un refugiado en Egipto, el segundo Isaías, en Babilonia, escribió esas palabras benévolas que brillan como la última luz del día contra el oscuro cielo de las enseñanzas, las cuales estaban por triunfar: "Así dijo el Señor, Guardad vuestros juicios y haced justicia…no permitas al hijo del extraño, que se ha [35] unido al Señor, hablar, diciendo El Señor me ha separado absolutamente de su pueblo. . . Los hijos del extraño que se unan al Señor para servirlo, y amar el nombre del Señor, serán sus sirvientes. . . incluso a ellos les llevaré a mi montaña santa, y les haré jubilosos en mi casa de oración. . . ya que mi casa se llamará una casa de oración para todas los pueblos."

Con este vislumbre de un Dios amoroso de toda la humanidad las protestas acabaron. Los Levitas y su Ley quedaban en lo más alto, y con ello la verdadera cautividad de "los judíos" comenzó, ya que su esclavitud a la ley del odio racial y religioso es la única cautividad genuina que ellos han sufrido.

Jeremías y el Segundo Isaías, como los primeros protestantes Israelitas, hablaron por la humanidad, la cual estaba lentamente intentando su camino hacia la luz cuando los Levitas revirtieron su camino hacia la oscuridad. Incluso antes de que la Ley fuese completada, el Príncipe Sidharta Gautama, el Buda, había vivido y había muerto y había fundado la primera religión de toda la humanidad, fundada en la Primera Ley de Vida,: "Del bueno debe venir el bien, y del malo debe venir el mal." Esta fue la respuesta a la Segunda Ley de los Levitas, aunque ellos probablemente nunca escucharon hablar de él. También fue la respuesta inevitable del espíritu del tiempo y del espíritu humano al Brahmanismo, el racismo hindú y el culto a la casta perpetua de los amos (la cual se parece enormemente al Judaísmo literal).

Quinientos años más adelante yace una segunda religión universal, y quinientos años después de esta, una tercera. La pequeña nación de Judah se mantuvo atrasada en las cadenas de la Ley, de este movimiento de la humanidad; fue detenida en la fase fósil del desarrollo espiritual, y aun así, su credo tribal primitivo retuvo vida y vigor. La Ley Levítica todavía potente en el Vigésimo Siglo, es en su naturaleza, una supervivencia de los tiempos enterrados.

Tal Ley fue ligada a causar curiosidad, en primer lugar, y alarma posteriormente entre los pueblos con quienes los Judahítas residen, o en su prójimo, si ellos residen solos exclusivamente. Cuando los Judahítas retornaron de Babilonia a Jerusalén, aproximadamente el 538 A.C., comenzó este impacto en otros pueblos. En ese momento en el tiempo, fue sentido sólo por pequeños clanes y tribus, el prójimo inmediato de los repatriados Judahítas en Jerusalén. Esto ha continuado desde entonces ensanchando los círculos, sintiéndose en un número cada vez mayor de pueblos, y en nuestro siglo ha provocado sus más grandes perturbaciones entre ellos.

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