p. 423 424 425 426 427 428 429 430 431 432 433 434 435 436 437 438 439 440 441 442 443 444 445 446 447 448 449 450 451 452 453 454 455 456 457 458 459 460 461 462 463 464 465 466 467 468 469
Capítulo 43
El estado sionista
La revolución, habiéndose extendido en la mitad de Europa, apoyada claramente
para esto por los Aliados Occidentales, hizo otra cosa más: en la forma de un ataque
de serpiente, sacó afuera su lengua que alcanzó a las orillas del sur de Europa, por
el mediterráneo, en la diminuta tierra llamada Palestina. El dinero, equipo, la
escolta y el convoy fueron proporcionados por Occidente, pero la revolución
proporcionó los dos constituyentes indispensables del Estado Sionista: las
personas para invadirla y las armas que hicieron su conquista certera.
Occidente se confabuló, pero el estado Sionista en el último análisis, fue la creación
de la revolución, que de esta forma cumplió la doctrina Levítica del "retorno". Estas
incursiones en Europa y en Arabia fueron las únicas "ganancias territoriales"
cosechadas en la Segunda Guerra, en las fases tempranas en las cuales, los"Premier-dictadores" Occidentales por segunda vez habían públicamente
renunciado a todo pensamiento de ganancia territorial. El resultado de estos dos
desarrollos fue dejar, en la dividida Europa y en la dividida Palestina, dos punto de
detonación permanente de una nueva guerra, la cual en cualquier momento podría
estallar, causada por cualquiera que pudiese pensar en llevar más allá sus
ambiciones por una tercera guerra.
El lector revocará que en los años que preceden la Segunda Guerra, el Sionismo
estaba colapsando en Palestina; y que el Parlamento británico en 1939, Habiendo
sido forzado por veinte años de experiencia a comprender que el "Hogar Nacional
Judío" era imposible de realizar, había decidido abandonar el inservible "Mandato"
y retirarse después de asegurar la representación parlamentaria de todas las
partes en esa tierra, árabe, judíos y otros. El lector pudo ver los cambios que
vinieron entonces cuando el Sr. Churchill llegó a ser Primer Ministro en 1940 y
privadamente informó al Dr. Weizmann (según el relato del Dr. Weizmann que no
ha sido desmentido) que él "estaba bastante de acuerdo" con la ambición Sionista,"después de la guerra. . . construir un estado de tres o cuatro millones de judíos en
Palestina."
El Sr. Churchill siempre expresó gran respeto por el gobierno parlamentario, pero
en este caso, como un potentado de tiempos de guerra, atropelló una política
aprobada, después de un amplio debate por la Cámara de los Comunes, privada y
arbitrariamente. Después de eso, el lector siguió al Dr. Weizmann en sus viajes a
Norteamérica y vio cómo los esfuerzos del Sr. Churchill por armar a los judíos" (a lo
cual él se había opuesto mediante los administradores responsables en el lugar)
recibió el apoyo de allí bajo la "presión" del Dr. Weizmann y sus asociados.
Ese fue el punto en el cual el lector vio al estado Sionista en gestación por última
vez. A lo largo de 1944, tal como el Sr. Churchill lo registra en sus memorias de
guerra, él continuó presionando por la ambición Sionista. "Es bien conocido que
estoy determinado a no romper los compromisos del Gobierno británico a los
Sionistas expresadas en la Declaración de Balfour, como fueron modificadas por mi
declaración posterior en la Oficina Colonial en 1921. Ningún cambio puede
hacerse en política sin la discusión plena en el Gabinete" (29 de junio de 1944).
La política había sido cambiada después de la discusión plena del Gabinete y
[424] el Parlamento, en 1939. Aquí el Sr. Churchill simplemente ignoró esa
decisión mayor en la política y la revirtió a la anterior, haciendose eco de las
extrañas palabras de otro Ministro de Colonia (el Sr. Leopold Amery, antes citado)
que esta política no podía cambiarse.
Nuevamente, "No hay ninguna duda que esto," (el tratamiento de los judíos en
Hungría) "es probablemente el crimen más grande y el crimen más horrible que
alguna vez se ha cometido en toda la historia del mundo. . . todos los involucrados
en este crimen que puedan caer en nuestras manos, incluso las personas que sólo
obedecieron las órdenes para llevar a cabo la carnicería, deberían ser
condenados a muerte después de que su asociación con los asesinatos se haya
demostrado. . . Deben hacerse declaraciones en público, de tal manera que
cualquiera conectado con esto deberá ser cazado y le condenaremos a muerte" (11
de julio de 1944). Aquí el Sr. Churchill, tal como el Presidente Roosevelt y el Sr.
Eden, implícitamente conectan la ejecución de cautivos solamente por sus
crímenes contra los judíos, relegando así a todas las otras víctimas al olvido, en el
cual, de hecho, ellos cayeron. Incidentalmente, el lector vio en el último capítulo
que los judíos estaban entre los atormentadores, así como entre las víctimas.
Para continuar luego: "Yo estoy ansioso en responder rápidamente a la demanda
del Dr. Weizmann para la formación de una fuerza de combate judía enfatizada en
su carta del 4 de julio" (el 12 de julio de 1944). "me gusta la idea de los judíos que
intentan llegar a los asesinos de sus compañero-compatriotas en Europa Central y
pienso que esto daría mucha satisfacción en los Estados Unidos. Creo que es el
deseo de los judíos combatir ellos mismos a los alemanes por todas partes. Es con
los alemanes que ellos tienen su riña" (el 26 de julio de 1944). Si el Sr. Churchill, tal
como es declarado por el Dr. Weizmann, había aceptado la construcción "de un
estado de tres o cuatro millones de judíos en Palestina", él debe haber sabido que
los Sionistas tenían una riña mucho más grande con la población de Arabia, y que
cualquier "fuerza de combate judía" era más probable que cayera sobre esta
inocente tercera parte que sobre los alemanes.
La última alusión grabada del Sr. Churchill (como Primer Ministro de tiempos de
guerra) vino después de que acabó la lucha en Europa: "Todo el asunto de Palestina
debe establecerse en la mesa de la paz... No creo que debemos tomar la
responsabilidad sobre nosotros de manejar este lugar muy difícil mientras los
norteamericanos se sientan atrás y critican. ¿Se ha dirigido alguna vez a la idea que
debemos pedirles que ellos lo tomen? ... No soy consciente de la más ligera ventaja
que incremente alguna vez a Gran Bretaña de esta dolorosa e ingrata tarea. Alguien
más debe tener su turno ahora" (el 6 de julio de 1945).
Este pasaje (considerado junto con el comentario jocoso del Presidente Roosevelt a
Stalin, que la única concesión él podría ofrecerle al Rey Ibn Saoud sería "entregarle
los seis millones de judíos de los Estados Unidos") revela los pensamientos
privados de estos Premier-dictadores que tan dócilmente obedecieron la orden de
Sión. El Sr. Churchill deseaba poder delegar el insoluble problema a los
norteamericanos; El Sr. Roosevelt alegremente lo habría cambiado a algún otro. En
esta materia los grandes hombres, tal como un imprudente comentario en cada
caso lo muestra, se comportan como los comediantes que no pueden de ninguna
forma desprenderse del pegajoso rol. El Sr. Churchill, en este memorándum de
oficina, [425], no era consciente "de la ventaja más ligera que incremente alguna
vez a Gran Bretaña de esta tarea dolorosa e ingrata". Pero en público, cuando Sión
estaba escuchando, él continuaba (y al momento de escribir este libro aun
continúa) aplaudiendo la aventura Sionista de una manera tan ilimitada que
despertó la curiosidad incluso de críticos judíos (tal como se verá).
En el momento cuando el Sr. Churchill dictó este último memorándum, sus
palabras sobre "establecer el asunto de Palestina en la mesa de la paz" eran tan
irrelevantes que él podría haber tenido un intento jocoso usándolas. El problema
estaba cerrado, ya que los Sionistas tenían las armas, los hombres que usarían estas
armas serían pasados de contrabando a través de Europa, desde el área
revolucionaria por Occidente (tal como fue mostrado en el último capítulo), y los
dos partidos políticos mayores en Inglaterra y Norteamérica estaban listos para
aplaudir cualquier acto de agresión, invasión o persecución de los trans - migrantes
cometidos con las armas que ellos habían obtenido.
Esto era particularmente evidente en el caso del partido Socialista en Inglaterra,
que en ese momento, todavía era el país principalmente involucrado en el destino
de Palestina. El Partido Laborista (como se llamaba a sí mismo) en Inglaterra se
presentó como el campeón de los pobres, de los indefensos y oprimidos; había
nacido y había sido engendrado en la promesa de las pensiones de vejez, ayuda en
el desempleo, medicina gratuita y el cuidado y alivio de los desposeídos, los pobres
o humillados en general. Cuando la guerra se dirigía a su fin, este Partido
finalmente vio ante sí la perspectiva de oficina con una mayoría sustancial. Tal
como el Partido Conservador (y ambos Partidos en Norteamérica) calculó que al
parecer esa victoria, incluso en esta fase, no era bastante cierta y que podría
asegurarse aplacando a Sión. Así puso a la cabeza de su política exterior el objetivo
de sacar desde un pequeño país algunas personas que eran los más pobres, más
desvalidos y más largamente oprimidos que incluso el obrero británico en los
peores días de la Revolución Industrial. En 1944 su líder, el Sr. Clement Attlee,
proclamó la nueva, coronando el principio del Socialismo británico:"Dejemos que los Árabes sean animados a irse" (de Palestina) "mientras los judíos
se instalan. Que se les compense generosamente por su tierra, y su asentamiento se
organice cuidadosamente y generosamente financiado en otra parte" (doce años
después, casi un millón de estas personas, animados a irse por las bombas, todavía
languidecen en los países árabes vecinos de Palestina; y el Partido Socialista
británico, en cada nuevo giro de los eventos, fue más demandante que nunca por su
extenso castigo).
Los Socialistas británicos, cuando hicieron esta declaración, sabían que los
Sionistas, bajo la cubierta de la guerra contra Alemania, habían juntado las armas
para la conquista de Palestina por la fuerza. El General Wavell, comandante en el
Medio Oriente, había mucho tiempo antes informado al Sr. Churchill que "dejados
a ellos mismos, los judíos golpearían a los Árabes" que no tenían ninguna fuente de
suministro de armas). La visión del General Wavell sobre el esquema Sionista era la
de cualquier administrador responsable en el sitio mismo, y por esa razón él era
detestado por el Dr. Weizmann. El lector ya ha visto, que tan atrás como en la
Primera Guerra, el disgusto del Dr. Weizmann era peligroso incluso para los altos
personajes y puede haber jugado un rol en el traslado del General Wavell del
Comando de Medio Oriente a la India. [426] La Historia británica oficial de
la Guerra en el Medio Oriente 'History of the War in the Middle East' describe al General Wavell como "uno de los
grandes comandantes en la historia militar" y dice que el cansancio, causado por
sus gran responsabilidad, fue agravado por el sentimiento que él no disfrutaba de la
plena confianza del Sr. Churchill que bombardeó a su Comandante en el Medio
Oriente con "irritantes" e "innecesarios" telegramas sobre "materias de detalles."
Por su exilio, el General Wavell puede haber sido otra víctima del Sionismo, y la
proeza militar británica ha sufrido de acuerdo con esto en la guerra; esto no puede
establecerse pero es una razonable conjetura.
En 1944 el asesinato nuevamente
aparece en la historia. Lord Moyne, como Ministro Colonial, era entonces el
Ministro responsable para Palestina, el puesto que previamente había sido
sostenido por Lord Lloyd (quién había sido duramente reprendido por el Sr.
Churchill por la tardanza "en armar a los judíos" y había muerto en 1941). Lord
Moyne era el amigo de todos los hombres, y simpatizaba con el Judaísmo, pero
compartía la visión de todos sus predecesores responsables, que la empresa
Sionista en Palestina acabaría desastrosamente. Por esa razón, y teniendo la
simpatía por el sufrimiento de la humanidad en general, estaba inclinado a reavivar
la idea de proveer tierras en Uganda para cualquier judío que de verdad necesitara
encontrar un nuevo hogar en alguna parte.
Esta noción humana le acarreó el odio mortal de los Sionistas quienes no
aceptarían alguna diversión de pensamiento del blanco de su ambición, Palestina.
En 1943, Lord Moyne modificó su visión, de acuerdo con el Sr. Churchill, quien
sugirió que el Dr. Weizmann debería ir a El Cairo, debía reunirse con Lord Moyne
allí y darse cuenta de las mejoras.
Antes de que cualquier reunión pudiera llevarse a cabo, Lord Moyne fue asesinado
en El Cairo (en noviembre de 1944) por dos Sionistas de Palestina, otro pacifista
más que es sacado del camino esparcido con los huesos de pacificadores anteriores.
Este evento por un momento perturbó el flujo de memorandum del Sr. Churchill a
sus colegas sobre "armar a los judíos", y los hombres responsables en Palestina
recomendaron una vez más urgentemente, que la inmigración Sionista se
suspenda. La respuesta del Sr. Churchill (el 17 de noviembre de 1944) fue que esto"simplemente jugaría en las manos de los extremistas", por lo que los extremistas
fueron dejados libres de obstáculos en sus futuros planes y su tribu siguió
aumentando.
Cuando la Segunda Guerra se acercaba a su fin en Europa, las esperanzas del Sr.
Churchill de alguna espectacular transacción que integraría felizmente a los Khazar
en Arabia se marchitaron. Si su sugerencia (que Ibn Saoud se haga "Lord del Medio
Oriente, con tal de que él se ponga de acuerdo con usted", (es decir con el Dr.
Weizmann) fue comunicado por el Dr. Weizmann al Presidente Roosevelt, un
episodio de 1944 puede haber sido el resultado de él. Un norteamericano, el
Coronel Hoskins, (el representante personal del "Presidente Roosevelt en el Medio
Oriente" Dr. Weizmann) visitó entonces al líder árabe. El Coronel Hoskins, como
todos los hombres calificados, no tenía fe en el plan para preparar un estado
Sionista pero estaba en favor de ayudar a que los judíos fueran a Palestina (si
alguien lo deseaba) de acuerdo con los Árabes. Se encontró que el Rey Ibn
Saoud sostenía haber sido insultado groseramente por el Dr. Weizmann de quien él
habló "con el mayor enfado y [427] de la manera más despectiva, afirmando que
yo" (dice el Dr. Weizmann), había "intentado sobornarlo con veinte millones de
libras para vender Palestina a los judíos"; y él rechazó indignado cualquier
sugerencia de un trato en tales condiciones. Desde allí toda perspectiva de algún
"pago" desapareció y el Coronel Hoskins también pasó de la historia, otro buen
hombre derrotado en su esfuerzo por resolver el problema insoluble propuesto por
el Sr. Balfour.
Así, cuando la guerra entró en sus últimos meses, sólo dos alternativas
permanecían. El Gobierno británico, abandonando la decisión de 1939, podría
luchar adelante, intentando sostener la balanza imparcial entre los habitantes
nativos y sus sitiadores de Rusia; o podría desechar "el Mandato" y podría retirarse,
después de lo cual los Sionistas expelerían a los habitantes nativos con las armas
obtenidas de los teatros europeos y africanos de la guerra.
Este segundo gran momento en el drama Palestino se estaba acercando. El Sr.
Roosevelt había sido dicho por el Dr. Weizmann que los Sionistas "podrían no
hacer descansar el caso en el consentimiento de los Árabes" pero había
permanecido evasivo.
El Sr. Churchill, según el Dr. Weizmann, se había comprometido, en privado, y en
1944 el Dr. Weizmann estaba cada vez más impaciente para tener del Sr. Churchill
un compromiso público en la forma de una Declaración de Balfour enmendada
(en lugar de la frase sin sentido, "un Hogar Nacional") que otorgara el territorio a Zion (en 1949 él estaba todavía muy enfadado que el Sr. Churchill, con el"pretexto" que la guerra debía primero terminarse, se abstuvo de hacer esta
capitulación pública final).
Tal como Macbeth, los "políticos de la cima" del Dr. Weizmann retrocedieron y se
encogieron cuando el momento para el hecho se acercaba. Ni el Sr. Churchill, ni el
Sr. Roosevelt ordenarían abiertamente a sus soldados que lo hicieran y los
Sionistas furiosamente gritaban "¡Débiles de propósito! " Entonces el Sr. Roosevelt
fue a Yalta, llevando el rostro de una condenada desesperación que las tomas de las
noticias filmadas registraron, dispuesto para la bisección de Europa, y al final le
informó escuetamente al Sr. Churchill (quién se asombró y "perturbó
enormemente" por las noticias, según el Sr. Hopkins) que iba a reunirse con el Rey
Ibn Saoud a bordo del crucero norteamericano Quincy.
Lo que siguió ha quedado profundamente en el misterio. Ni el Sr. Roosevelt, ni el
Sr. Churchill tenían algún derecho para dar la tierra árabe a los lobbystas que los
presionaban en Washington y Londres; no obstante, lo que se exigía de ellos era, en
apariencia, tan pequeño comparado con lo que se había justamente recién hecho en
Yalta, que la sumisión del Sr. Roosevelt y el mismo duro ultimátum al Rey Ibn
Saoud, no habría sorprendido a nadie. En cambio, él salió de pronto del rol que
había jugado por muchos años y habló como un estadista; después de eso murió.
Dejó Yalta el 11 de febrero de 1945, y pernoctó el 12,13 y 14 de febrero a bordo del
Quincy, recibiendo al Rey Ibn Saoud durante este tiempo. Le pidió al rey que"admitiera a un poco más judíos en Palestina" y recibió la rotunda respuesta, "No".
Ibn Saoud dijo que había un ejército de judíos en Palestina, todos armados hasta
los dientes y. . . ellos no parecían estar luchando contra los alemanes sino que
estaban apuntando a los Árabes". El 28 de febrero el Sr. Roosevelt se volvió a
Washington. El 28 de marzo Ibn Saoud [428] reiteró por carta su advertencia
verbal (desde ya confirmada por los eventos) de las consecuencias que seguirían del
apoyo norteamericano a los Sionistas. El 5 de abril, el Presidente Roosevelt
contestó reafirmando su propia promesa dada a Ibn Saoud verbalmente que:
"Yo no tomaría ninguna acción, en mi capacidad como Jefe de la Rama
Ejecutiva de este Gobierno que pudiera demostrarse hostil al puebloárabe". El 12 de abril murió.
Esta promesa nunca sería conocida sino es por la acción de un estadista
norteamericano, el Ministro de Relaciones Exteriores, James G. Byrnes, que lo
publicó seis meses después (el 18 de octubre de 1945) en un vano esfuerzo por
detener al sucesor del Sr. Roosevelt, el Presidente Truman, de tomar la misma"acción hostil a los Árabes" que el Presidente Roosevelt juró no cometería jamás.
La promesa del Sr. Roosevelt, fue virtualmente una en el lecho de muerte, y otra de
las grandes preguntas sin contestar de la historia es, ¿Quiso decir lo que dijo? Si
por alguna razón lo hizo, entonces una vez más, la muerte intervino como el aliado
del Sionismo.
Su cercano, el Sr. Harry Hopkins (quién estaba presente en la reunión y bosquejó
un memorándum sobre ella) sonrió con desprecio a la sugerencia que podría haber
sido entendida sinceramente, diciendo que el Presidente Roosevelt estaba "totalmente comprometido, pública y privadamente y por convicción" con los Sionistas (este registro del memorándum como la declaración del Sr.
Roosevelt que, él había aprendido más de Ibn Saoud sobre Palestina en cinco
minutos, de lo que había aprendido previamente en su vida; fuera de esto,
nuevamente, creció la famosa anécdota que Ibn Saoud había dicho, "Nosotros
hemos sabido por dos mil años lo que usted ha luchado dos guerras
mundiales para aprender"). Sin embargo, el Sr. Hopkins posiblemente puede
no ser un testigo fidedigno en esta ocasión, ya que inmediatamente después de la
reunión él, la sombra del presidente, ¡Misteriosamente rompió con el Sr. Roosevelt
a quien nunca más vio nuevamente con vida! El Sr. Hopkins se encerró después en
su cabina y tres días más tarde, en Argelia, bajó del barco, "enviando unas
palabras" a través de un intermediario que él retornaría a Norteamérica por otra
ruta. La brecha fue tan súbita como aquella entre el Sr. Wilson y el Sr. House.
Lo que está claro. es que las últimas semanas y días de la vida del Sr. Roosevelt
fueron sombreadas por la controversia de Sión, no por los asuntos norteamericanos
o Europeos. Si él hubiese vivido, y su promesa a Ibn Saoud se hubiese conocido, el
Sionismo, que tan poderosamente ayudó a hacerlo y mantenerlo como presidente
durante doce años, se habría vuelto su enemigo más amargo. Él murió. (La
promesa era categórica; continuaba, "ninguna decisión se tomará con respecto a
la situación básica en Palestina sin la plena consulta con Árabes y judíos";
ésta era una repudiación directa al Dr. Weizmann que le había dicho "podríamos
no hacer descansar el caso en el consentimiento árabe).
Así, cubierto en un misterio de último-momento, el Sr. Roosevelt también pasó de
la historia. Un vislumbre de la separación de la multitud que estaba alrededor de él
durante su reino de doce-años es entregado por el corresponsal en la Casa Blanca,
el Sr. Merriman Smith; esta descripción de la ceremonia muestra que la estela de
Yalta acompañó al Presidente incluso hasta su tumba: [429]
“La mayoría de las
personas en el tren eran miembros del Staff de Roosevelt. Antes de que el tren
estuviera fuera de la vista del depósito de Hyde Park, comenzaron lo que resultó ser
una ceremonia pos-funeral. El licor fluyó en cada compartimiento y estrado. Las
sombras se arrastraban sobre el tren y desde el exterior parecía un tren cualquiera
llevando dolientes a sus hogares. Pero tras esas cortinas, el personal de Roosevelt
tenía lo que ellos pensaban eran buenos tiempos. Su Jefe lo habría aprobado. . . Vi
a un de los más altos Nuevos Distribuidores lanzando una bandeja de vasos vacíos
en un retrete y gritar con una simulada valentía, 'Bajen la escotilla, no lo
necesitaremos más.'”
“Porteros y mayordomos del club bulleron por los corredores de arriba abajo con
borboteantes y chapoteantes bandejas. Si usted no hubiese conocido a las personas
en la sala, habría pensado que ellos estaban en camino a casa después de un
partido de fútbol. Algunas de las personas estaban usando el whisky como antídoto
para preocuparse de sus trabajos. . . Pude oir un coro alcohólico de Auld Lang Syne.
. .”
Tales eran los adornos de la política, durante esos últimos días cuando "los
muchachos" se esforzaban hacia otra "victoria", cuando los ejércitos comunistas
tomaban la mitad de Europa, y los Sionistas de Rusia fueron llevados en convoy
por occidente hacia la invasión de Palestina.
En este asunto de Palestina, el Sr. Roosevelt fue liberado de su dilema por la
muerte. El Sr. Churchill fue dejado para enfrentar el suyo. Había cortejado el favor
Sionista de los días de la elección en 1906. Había sido miembro del Gobierno
británico en 1917, del cual otro miembro (el Sr. Leopold Amery, citado en un
documento Sionista en 1952) dijo, "Pensamos cuando emitimos la Declaración de
Balfour que si los judíos pudieran llegar a ser una mayoría en Palestina,
ellos podrían formar un estado judío. . . No divisamos una Palestina
dividida que existe sólo al Occidente del Jordan."
El Sr. Churchill nunca declaró públicamente alguna de tales intenciones (de hecho,
las negó), pero si fue su visión, esto significaría que incluso la preparación del
Estado Sionista después de la Segunda Guerra Mundial por ningún medio deja
clara la intención de aquellos que hicieron la Declaración de Balfour, y que más
conquistas de tierras árabes todavía tenían que obtenerse mediante la guerra.
La palabra gobernante en el pasaje citado es "si"; "si los judíos pudieran llegar a ser
una mayoría. . . " Por 1945 tres décadas de revuelta árabe habían mostrado que los
Sionistas nunca llegarían a ser una mayoría" a menos que los Árabes fueran
sacados de su tierra nativa por medio de las armas. El asunto que permanecía era,¿Quién los echaría afuera? El Sr. Roosevelt le había jurado al Dr. Weizmann,
incluso casi a punto de llorar "Permaneceré aquí en mi garantía", le gustaba
afirmar que el Sr. Churchill estaba tan comprometido hasta donde Dr. Weizmann
quisiera que estuviera.
Ni siquiera el Sr. Churchill podría llevar a cabo este hecho. Él, también, se liberó
entonces de su dilema; no por la muerte, pero si por la derrota electoral. Sus
memorias expresan el orgullo herido en este desaire; "Todos nuestros enemigos
habiéndose rendido incondicionalmente o estando a punto de hacerlo, fui
inmediatamente despedido por el electorado británico de conducir más allá sus
asuntos".
No fue tan simple como eso. El historiador futuro tiene que trabajar tal materia
[430], pero el participante viviente conoce bien, y yo estaba en Inglaterra y vi la
elección cuando el Sr. Churchill fue "despedido". En la verdad, difícilmente se
podría esperar que el electorado británico hubiese visto en el resultado de la guerra
(de la cual el Sr. Churchill es el crítico más ácido) la causa para un voto de acción de
gracias al Sr. Churchill, pero había otras razones para su derrota, no era solamente
la desilusión.
Como en las elecciones norteamericanas, así en esta británicas de 1945, el poder de"entregar el voto" fue mostrado." El Sr. Churchill había entrado "armando a los
judíos" y comprometiéndose privadamente al Sionismo, pero no lo bastante
profundo para el Dr. Weizmann. En Inglaterra en la mitad del siglo, el control de la
prensa estaba casi completo, en este asunto, la propaganda Sionista en la elección
fue volcada sólidamente contra el Sr. Churchill y fue emprendida a favor de los
Socialistas, los cuales habían entregado la requerida promesa de apoyar las"acciones hostiles" contra los Árabes ("Los Árabes deben ser animados a irse
mientras los judíos se instalan…"). El bloque de los Miembros judíos del
Parlamento giró como un cuerpo al partido Socialista (y eran los más fuerte en el
ala izquierda del Parlamento, dónde los Comunistas acechaban). Con un alto júbilo
los Sionistas vieron la derrota de su "campeón" de 1906,1917 y 1939. El Dr.
Weizmann dijo que la victoria Socialista (y la "derrota" del Sr. Churchill)"encantaba a todos los elementos liberales". Esta fue la recompensa para el Sr.
Churchill por los cuarenta años de apoyo al Sionismo; él no había ordenado a las
tropas británicas para limpiar Palestina de Árabes y, durante algún tiempo, fue un
enemigo.
Así el Sr. Churchill finalmente fue indultado de la tarea de decidir qué hacer sobre
Palestina y no se debe haber sentido muy afligido, tal como él se describe a sí
mismo, cuando fue despedido pronto después de la "victoria". Los Socialistas
británicos, por lo menos provistos con una gran mayoría en el parlamento
entonces, encontraron en seguida que se esperaba que ellos tomaran fuertes
medidas para "animar a los Árabes a salir". Cuando ellos también se encogieron por
los actos de los asesinos, los lamentos de "traición" cayeron sobre sus orejas como
granizos. La narrativa del Dr. Weizmann crece frenética con indignación a estas
alturas; el gobierno Socialista, dice, "dentro de tres meses de tomar la oficina
repudiaron la promesa tan a menudo y claramente, incluso vehementemente
repetida al pueblo judío".
Durante cuarenta años Lord Curzon parece haber sido el único político importante,
apresado en este asunto, en comprender que incluso la palabra más casual de
simpatía, proferida al Dr. Weizmann, se sostendría después como "una promesa",
entregada solemnemente e infamemente si se rompiera.
Entre los Socialistas victoriosos, un digno hombre de Partido, el Sr. Hall, heredó la
Oficina Colonial de Lord Lloyd, Lord Moyne y otros muertos o difamados, y apenas
estaba en ella llegó una delegación del Congreso Sionista Mundial:
"Yo debo decir
que la actitud adoptada por los miembros de la delegación era diferente de algo
que yo hubiese experimentado alguna vez. No era una demanda para la
consideración del Gobierno de Su Majestad de las decisiones de la Conferencia
Sionista, sino una demanda que el Gobierno de Su Majestad debía hacer
lo que la Organización Sionista deseaba que ellos hicieran."
Diez años después un ex-presidente norteamericano, el Sr. Truman, recuerda
visitas similares durante su presidencia en iguales [431] términos de inocente
sorpresa; en 1945, la cosa había estado sucediendo desde 1906, sin perturbar los
letargos políticos del Sr. Hall. Poco después de esto, él fue sacado de su Oficina
Colonial, su competencia por la dignidad fue de pronto comprendida.
El gobierno Socialista de l945 que en los asuntos domésticos debe de haber sido
casi el peor que pudiera recibir un país cansado de la guerra, con la necesidad de
revigorizar, en los asuntos extranjeros de su país le hizo un servicio. Salvó del
deshonor, lo que podría salvarse. Bajo la presión de las cuatro esquinas del mundo,
se negó a jugar el rol de asesinos en Palestina; si no protegió a los Árabes, y por ese
tiempo probablemente no podría protegerlos, por lo menos no los destruyó para el
capataz Sionista. .
Este logro fue sólo el trabajo del Sr. Ernest Bevin, en mi estimación, el hombre más
grande producido en la vida política británica durante este siglo. Según el informe,
el Rey George VI, el más discreto de los monarcas, insistió al Primero Ministro
Socialista entrante, el Sr. Attlee, nombrar Ministro del Exterior a su mejor y más
fuerte hombre, porque el estado del mundo exigía esto claramente. El Sr. Attlee
revisó una lista ya bosquejada, desechando el nombre de algún digno "liberal" que
podría haber involucrado a su país en el próximo pogromo de Árabes, e insertando
el nombre del Sr. Bevin.
En 1945, Palestina era claramente un asunto demasiado grande para ser manejados
por los Ministros Coloniales, fue y permanecerá mucho tiempo, la preocupación
mayor de los Primer Ministros y del Ministros del Exterior, Presidentes y Ministros
de Estado en Inglaterra y EEUU, porque es la fuente más inflamable de nuevas
guerras. En 1945, en cuanto la "victoria" fue ganada, se vio que dominaba y
pervertía la política de todas las naciónes-estados. Sin temor, Ernest Bevin, el
muchacho de una granja de Somerset y el ídolo de los trabajadores portuarios,
subió a la bomba y buscó quitarle el fusible de encendido. Si él hubiera recibido el
apoyo de un hombre importante en cualquier otro país Occidental, él podría haber
salvado el día. Todos ellos cayeron sobre él como lobos; hubo algo de reunión-decampamento
y de histeria reavivada en el abandono de su rendición al Sionismo.
Él era un hombre robusto, con la carne y el aire de la zona oriental del país en sus
huesos y músculos y su intrépida tradición en su sangre, pero incluso él estaba
físicamente quebrado dentro de unos años por la furia de la incesante difamación. Él no fue doblegado espiritualmente. Comprendió que tenía que tratar con una
empresa esencialmente misteriosa, una conspiración de la cual la revolución y el
Sionismo eran partes ligadas, y él podría ser el único entre los políticos de este siglo
en usar la palabra ("conspiración") qué tiene un significado que calza plenamente a
este caso. Le dijo bruscamente al Dr. Weizmann que él no sería coercionado o
halagado a tomar alguna acción contraria a las tareas de Bretaña. El Dr. Weizmann
no había experimentado nunca tal instrucción, a ese nivel tan alto, desde 1904, y su
indignación surgiendo al exterior a través de las organizaciones Sionistas del
mundo, produjo el sostenido abuso contra el Sr. Bevin que le siguió.
El Sr. Churchill, si hubiese permanecido siendo Primer Ministro, habría usado, al
parecer, las armas británicas para promulgar la partición de Palestina. Esa
parece ser la [432] inferencia ineludible de su memorándum al Comité de los Jefes
de Staff (el 25 de enero de1944) en el cual dijo "los judíos, dejados a sí mismo,
golpearán a los Árabes; no puede haber gran peligro por consiguiente, en nuestra
unión de manos con los judíos y de promulgar el tipo de propuestas
sobre partición que se han establecido. " El lector puede ver como las
grandes circunstancias alteran los casos. La bisección de Europa fue para el Sr.
Churchill "una partición horrorosa que no puede durar". La partición en
Palestina era digna ser promulgada "uniendo las manos con los judíos."
El Sr. Bevin no tendría ninguna asociación con tales esquemas. Bajo su guía, el
gobierno Socialista anunció que "no aceptaría la visión que los judíos deben
sacarse de Europa o que no debía permitírseles vivir de nuevo en éstos" (Europeos) "países sin discriminación, contribuyendo su habilidad y
talento hacia reconstruir la prosperidad de Europa".
Las palabras muestran que este hombre entendió la naturaleza de chauvinismo
Sionista, el problema que proponía y la única solución. Ellos describen lo que
inevitablemente sucederá algún día, pero ese día se ha atrasado algún tiempo,
después de otra era ruinosa en Palestina, que involucrará probablemente al mundo.Él fue el primer político británico en comprender totalmente la materia, o el
primero en actuar con el valor de su conocimiento.
El gobierno Socialista de 1945 fue manejado, por la oficina responsable, para hacer
todo lo que los gobiernos responsables antes de este habían sido igualmente
obligados a hacer: para mandar nuevamente otra comisión de investigación (la cual
no podría sino repetir los informes de todas las comisiones previas) y en el
entretanto regular la inmigración Sionista y salvaguardar el interés de los Árabes
nativos, de acuerdo con las promesas originales de la Declaración de Balfour.
El Dr. Weizmann consideró esto "un retroceso al antiguo, astuto doble énfasis en
la obligación hacia los Árabes de Palestina" y el poder Sionista comenzó a
trabajar para destruir al Sr. Bevin en cuya cabeza por los próximos dos años, se
volcaría una campaña mundial. Este ataque era concéntrico, sincronizado y de
tremenda fuerza. Primero, el partido Conservador fue enviado a la acción. Los
Socialistas los habían derrotado por las capitulaciones al Sionismo, lo cual les trajo
el apoyo de la prensa controlada. Los Conservadores, estando fuera de la oficina,
jugaron esta carta de triunfo contra los Socialistas, y a su vez hicieron sus
capitulaciones a Sión. Esto quedó claro en seguida: El Partido proclamó que combatiría la política doméstica y apoyaría la política extranjera de
los Socialistas, pero desde el momento de la declaración Socialista sobre Palestina
hizo una excepción a la segunda regla; comenzó un ataque sostenido en la política
del gobierno Socialista sobre Palestina, lo cual quería decir contra el Sr. Bevin.
En ese momento, el Sr. Churchill, seguro en la oposición, se rebajó a sí mismo
acusando al Sr. Bevin de "sentimientos anti-judíos", un disparo tomado del cajón
de la Liga de Anti-difamación Judía (que agregó un nuevo epíteto, "Bevinismo", a
su catálogo de palabras para ensuciar). Ninguna de tal degradación de un
adversario político vino alguna vez del Sr. Bevin, un excelente colega del Sr.
Churchill durante los largos años de guerra. [433]
Así el Sr. Bevin, en el puesto de mayor peligro, recibió el apoyo pleno del Partido de
oposición en todas las materias de política exterior salvo en una, Palestina. Él
podría haber salvado el día todavía pero por la intervención del nuevo presidente
norteamericano, el Sr. Harry S. Truman, con cuya designación automática (a la
muerte del titular) desde la Vicepresidencia, la historia del Siglo 20 reasumió el
aspecto de una tragedia griega (o de una comedia de errores). El Sr. Truman
involucró a su país hasta el cuello en el embrollo Palestino, en el momento mismo
cuando en Inglaterra, finalmente había surgido un hombre, quién era lo
suficientemente capaz para liquidar la desastrosa ventura.
A menos que un hombre tuviese ese genio que no necesita ninguna base en el
conocimiento adquirido, un pequeño pueblo en el Medio Oriente y en la ciudad de
Kansas, son lugares pobres para aprender sobre los asuntos internacionales. El Sr.
Truman, cuando la presidencia fue puesta en él, tenía dos inhabilitaciones mayores
para la oficina. Una era la nativa lejanía de la política mundial, y la otra también
era un conocimiento demasiado dosificado de política de distrito de la cual había
visto mucho. En la Ciudad de Kansas, había visto trabajar la máquina; sabía de los
patrocinios, de los jefes de distrito y de las urnas llenadas.
Había recibido la impresión que la política eran negocios, y esencialmente simples
en las reglas básicas que no permitían ningún espacio para ideas extrañas.
Un hombre de porte mediano, robusto, de sonrisa amplia que firmaría la orden
para un acto de destrucción inaudito en la historia de Occidente, caminó
enérgicamente a la fase de los grandes eventos. Decidió en Potsdam que "Tío Joe"
era "un buen tipo" y allí completó las reestructuraciones territoriales del Sr.
Roosevelt en Europa y Asia. Dispuso la entrega de la bomba atómica sobre las
indefensas Hiroshima y Nagasaki. Ninguna serie comparable de actos cayó alguna
vez en el destino de un pequeño comerciante que alguna vez cayó en la quiebra y
que fue precipitado en la oficina de un "Premier-dictador". Luego volvió su mirada
en los asuntos domésticos y a las próximas elecciones del Congreso y las
presidenciales. En éstos, él supo (y dijo), el voto controlado por los Sionistas era
decisivo..
Mientras el Sr. Bevin se esforzaba por deshacer el enredo, el Sr. Truman deshizo los
esfuerzos del Sr. Bevin. Exigió que cien mil judíos fuesen admitidos
inmediatamente en Palestina, y dispuso para que la primera comisión partidaria de investigación fuese a Palestina. Esta era la única forma por la cual podría
esperarse que una comisión alguna vez, entregara un informe favorable al esquema
Sionista. Dos de sus cuatro miembros norteamericanos eran Sionistas confesos;
otro, el único miembro británico era propagandista Sionista y un enemigo
izquierdista del Sr. Bevin. Esta Comisión" "anglo-americana fue a Palestina dónde
el Dr. Weizmann (quizás la décima vez en unos treinta años) era el personaje
principal a ser escuchado. Esta Comisión recomendó (aunque "cautamente") la
admisión de cien mil "personas desplazadas" (el término presumiblemente fue
usado para desencaminar a las masas públicas y fue en el momento de alguna
importancia; ninguna persona desplazada de verdad quería ir a Palestina).
Así entonces, la grasa de la próxima guerra fue puesta en el fuego, y un presidente
norteamericano públicamente apoyó las "acciones hostiles" contra los Árabes, ya
que para esto era. El próximo [434] Congreso Sionista (en Ginebra en l946)
alegremente registró esta nueva "promesa" (la "sugerencia" del Sr. Truman y las"cautas recomendaciones" de la comisión partidaria). Éste fue un Congreso
Sionista característico, estando principalmente compuesto de judíos de Palestina
(quienes ya habían emigrado allí) y de Norteamérica (quienes no tenían ninguna
intención de ir allí); el rebaño reunido, que sería transportado allá, no estaba
representado. La descripción del Dr. Weizmann, de las decisiones tomada es de
gran importancia.
Él dice que el congreso "tenía un carácter especial" y mostró "una tendencia a
confiar en los métodos. . . referidos por diferentes nombres: 'resistencia',
'defensa', 'activismo'. " A pesar de esas "sombras de pensamientos" (dice él) "un
rasgo era común para todos ellos: la convicción de la necesidad de luchar contra
la autoridad británica en Palestina, o en cualquier otra parte, por esa
materia."
Los comentarios defendidos por el Dr. Weizmann deben ser considerados en el
contexto de todo su libro y de toda la historia del Sionismo. Lo que él quiere decir
es que el Congreso Mundial Sionista en Ginebra en 1946, decidió reasumir el
método del terror y el asesinato que había demostrado ser eficaz en Rusia en la fase
germinativa de la conspiración bi-céfala. El congreso supo que esto sería el método"referido por diferentes nombres" durante sus discusiones, para ellos ya se había
reasumido en el asesinato de Lord Moyne y en muchas hazañas terroristas en
Palestina. El impulso incitador para la decisión del Congreso (qué de hecho lo fue)
vino de la recomendación del presidente norteamericano, que cien mil personas
debían inyectarse por la fuerza en Palestina. Los Sionistas tomaron eso como otra"promesa", comprometiendo a Norteamérica a la aprobación de algo que ellos
podrían hacer, y ellos tenían razón.
El Dr. Weizmann supo exactamente lo que estaba en la estaca y en su vejez se
encogió de la perspectiva que volvió a abrirse ante él: la vuelta al culto de Moloch,
el dios de la sangre. Había visto tanta sangre vertida en el nombre del Comunismorevolucionario
y del Sionismo-revolucionario, las dos causas que habían dominado
su hogar paternal y en el pueblo del asentamiento [Pale]. En su juventud se había
regocijado en los alborotos y revoluciones y había encontrado que los asesinatos
eran una parte natural del proceso; en su madurez se había regocijado de la ruina
de Rusia a pesar de las décadas de derramamiento de sangre que le sucedieron.
Durante cincuenta y cinco años había clamado por el estrago y había desatado
perros de guerra. Casi desconocido para las masas embrolladas en dos guerras,
había llegado a ser uno de los hombres más poderosos en el mundo. Comenzando
en 1906, cuando engatusó primero al Sr. Balfour, había subido gradualmente hasta
que su palabra en el lobby era ley, cuando podía ordenar audiencias de monarcas y
obediencia de Presidentes y Primer Ministros. Ahora, cuando la empresa por la
cual había por tan largo tiempo formado planes estaba en el borde de la
consumación, se sobresaltó de la ensangrentada perspectiva que se abrió
inmensamente ante él; sangre, y más sangre, y al final. . . ¿Qué? Dr. Weizmann
recordó a Sabbatai Zevi.
Estaba en contra de "ser servil a las fuerzas desmoralizadoras en el movimiento", la
frase secreta que él usa para cubrir a aquellos referidos por el Sr. Churchill como"los extremistas"[435], y por los administradores en el lugar como "los terroristas".
Esto significaba que él había cambiado a medida que su fin se acercaba, ya que sin
el terrorismo el Sionismo nunca se habría establecido en absoluto, y si en 1946, su
estado Sionista fuese logrado, esto sólo podría hacerse con la violencia.
Así al final, el Dr. Weizmann había comprendido la futileza de su medio-siglo de"presión tras bastidores" y sin ninguna duda vio el fiasco inevitable que yacía
adelante, después de que el estado Sionista hubo nacido en el terror.
Psicológicamente, éste era un momento de mayor interés en la historia. Quizás los
hombres se hacen sabios en su vejez; ellos se cansan de las palabras y los hechos
violentos que parecían resolver todos los problemas en su juventud
conspiracionista, y esta revulsión puede haber dado alcance a Chaim Weizmann. Si
lo hizo, era demasiado tarde para alterar algo. La máquina que él había construido
tenía que continuar, por su propia velocidad adquirida, a su propia destrucción y la
destrucción de cualquiera en su camino. El futuro restante del Sionismo estaba en
las manos de "las fuerzas desmoralizadoras en el movimiento", y él las había puesto
allí.
Le negaron un voto de confianza y no se re-eligió Presidente de la Organización
Sionista Mundial. Cuarenta años después de Herzl, fue lanzado al lado tal como él
había lanzado a un lado a Herzl, y por la misma razón esencial. Él y su Khazars de
Rusia habían derrocado a Herzl porque Herzl quiso aceptar Uganda, lo cual
significaba la renuncia de Palestina. Fue derrocado porque temió re-embarcar en la
política del terror y los asesinatos, y que también significaban la renuncia de
Palestina.
La nota de desesperación se sintió aun más temprano, en su alusión al asesinato de
Lord Moyne: "La judería de Palestina quiere. . . cortar, de raíz y las ramas, este
mal de su medio. . . este fenómeno absolutamente no-judío". Estas palabras se
dirigían a las orejas Occidentales y eran superficiales; el asesinato político no era "un fenómeno" absolutamente no-judío en las áreas Talmúdicas de Rusia, dónde
Dr. Weizmann pasó su juventud revolucionaria y conspiracionista, él lo sabía muy
bien, y una serie de hechos similares manchaba el pasado. De hecho, cuando él
hablaba a un público Sionista admitía cándidamente que ese asesinato político
no era un "fenómeno absolutamente no-judío" sino por el contrario: "Que es el
terror en Palestina sino el antiguo mal en una nueva y horrible vestimenta."
Este "antiguo mal", emergiendo de su botella Talmúdica para confrontar al Dr.
Weizmann en Ginebra en 1946, al parecer da cuenta por la nota de premonición
que atraviesa las últimas páginas de su libro de 1949 (cuando el estado Sionista
había sido establecido por el terror). El asesinato de Lord Moyne, él entonces
presintiéndolo dijo, "Ilumina el abismo al cual lleva el terrorismo". Así en susúltimos días, el Dr. Weizmann vio hacia dónde le había llevado su infatigable viaje:¡a un abismo! Vivió para verle, recibió un primer lote de casi un millón de víctimas.
Desde el momento de su deposición, el control efectivo pasó a las manos de "los
terroristas", como él les llamaba, y su lamento tardío de "¡Atrás! "cae en el vacío
aire. Los "activistas" (como ellos prefieren llamarse) fueron dejados con el poder
para encender un tercer conflicto mundial cuando ellos quisieran. El Dr. Weizmann
sobreviviría para jugar una parte determinante en la próxima fase de la ventura,
pero nunca [436] más nuevamente tendría el verdadero poder en el Sionismo.
Desde 1946 los terroristas tomaron el control. Ellos se pusieron a trabajar para
sacar primero a los británicos de Palestina, y sabían que no podían fallar en el
estado de los asuntos que se habían provocado durante la Segunda Guerra. Si los
británicos se defendían ellos mismos o a los semitas Árabes, el lamento de "antisemitismo"
subiría hasta que los políticos en Washington se volvieran hacia los
británicos; entonces, cuando los británicos abandonen, los terroristas sacarían a losÁrabes.
El terror había estado sucediendo durante muchos años, siendo el asesinato de
Lord Moyne sólo un incidente en ellos; de hecho, uno de los atormentados
Ministros Coloniales, el Sr. Oliver Stanley, en 1944, dijo a la Cámara de los
Comunes que había sensiblemente impedido "el esfuerzo de guerra británico", o en
otros términos, prolongado la guerra (él es un testigo fidedigno, porque fue
homenajeado por los Sionistas en su muerte como "un amigo" decisivo). En 1946 y
1947, después del Congreso de Ginebra, se intensificó, cientos de soldados
británicos emboscados, recibiendo disparos mientras dormían, explosiones y
similares. Al terror se le dio deliberadamente la apariencia visible del "antiguo mal"
cuando dos sargentos británicos fueron puestos lentamente a la muerte en un
huerto y fueron dejados colgados. La opción de esta forma Levítica de carnicería
("colgando de un árbol", la muerte "Maldito de Dios") significaba que estas cosas se
hicieron bajo la Ley Judaica.
El gobierno británico, se acobardó por la furia de la prensa norteamericana y
británica, bajo un control común, temió en proteger a sus oficiales y soldados, y un
soldado británico escribió al The Times: "¿Qué uso tiene el ejército para la
simpatía del gobierno? No ejerce venganza por aquellos que son asesinados, ni
previene alguna matanza posterior. ¿Es que ya no somos una nación con el valor
suficiente para dar fuerza a la ley y orden dónde es nuestra responsabilidad para
hacerlo? "
Este era el caso. Los grandes gobiernos Occidentales habían caído, bajo la "presión
irresistible", en una cautividad acobardada, y Bretaña y Norteamérica habían
cesado, en cualquier caso en el tiempo, de ser naciones soberanas. Con el tiempo, el
gobierno británico, en la desesperación, refirió el problema de Palestina a la nueva
organización en Nueva York llamada "Las Naciones Unidas" (qué tenía tan poco
derecho para disponer de Palestina como la Liga de Naciones previamente).
Delegados de Haití, Liberia, Honduras y otras partes del "mundo libre" atestaron
Lake Success, un estanque abandonado, suburbano fuera de Nueva York. Había un
siseo en el mundo en este momento y del padre ONU, cuerpos llamados como
COBSRA, UNRRA, UNESCO se desenrollaron. En este día en particular, algo llamado UNSCOP (Comité Especial para Palestina de la Naciones Unidas) entregó
a la ONU su informe recomendando "la partición de Palestina."
El Dr. Weizmann (aunque depuesto por la Organización Sionista por sus
advertencias contra el terrorismo) fue una vez más la autoridad principal oída por
UNSCOP en Jerusalén, y luego rápidamente volvió a Nueva York dónde, en octubre
y noviembre de 1947, dominó la escena oculta como supremo en el Lobby. La"presión irresistible" operó con fuerza implacable.
Los delegados a quienes [437] las masas públicas vieron en las pantallas de los
cines eran títeres; la gran obra se llevaba a cabo detrás de las cortinas y en "el
mundo real" de Chesterton , de lo cual la multitud no vio nada, dos grandes
operaciones estaban en marcha, mediante las cuales el destino de Palestina fue
determinado, lejos de los vestíbulos de debate de las Naciones Unidas. Primero,
cientos de miles de judíos de Rusia y Europa Oriental estaban pasando de
contrabando por Europa Occidental para invadir Palestina. Segundo, la cercanía de
una elección presidencial norteamericana estaba siendo usada por los Sionistas
como un medio para poner a los Partidos rivales en lucha para ofrecer apoyo a los
Sionistas, y así para asegurar que el voto norteamericano, decisivo en las Naciones
Unidas fuese a favor de la invasión.
En cada caso, y como en las tres décadas precedentes, surgieron hombres que se
esforzaron por desenredar a sus países de sus consecuencias. El convoy secreto de
los judíos Orientales por Europa Occidental fue revelado por un general británico,
el Señor Frederick Morgan (a cuyo trabajo en la planificación de la invasión de
Normandía, el libro del General Eisenhower rinde tributo).
Cuando la lucha acabó, el General Morgan fue prestado por la Oficina de Guerra
británica a "UNRRA", el cuerpo que desciende de las Naciones Unidas, que se
suponía, para "ayudar y rehabilitar" a las víctimas de la guerra. El General Morgan
fue puesto en el cargo más desafortunado de éstos (de "Personas Desplazadas") y
encontró que "UNRRA" que costaba al contribuyente norteamericano y británico
mucho dinero, estaba usándose como paraguas para cubrir el movimiento masivo
de Judíos del área oriental a Palestina. Estas personas no eran "Personas
Desplazadas". Sus países nativos habían sido liberados por los Ejércitos Rojos y
ellos podían vivir en ellos, su bienestar estaba asegurado por la ley especial contra
el "anti-semitismo" la cual, todos estos países comunizados recibieron de su Lord
Comunista. Ellos no habían sido "expulsados de Alemania" dónde nunca habían
vivido. De hecho, éstos eran, una vez más, los Judíos del Este (Ostjuden), los
Khazars, siendo guiados por sus amos Talmúdicos a una nueva tierra para un
propósito conspiracionista.
De esta manera una nueva guerra estaba cocinándose sobre las brasas de la que
estaba muriendo y el General Morgan (en enero y agosto de 1946) públicamente
declaró que "una organización secreta existe para llevar un movimiento de masa de
judíos de Europa, un segundo Éxodo". El Senador Herbert Lehman, un prominente
Sionista que era Director General de UNRRA, dijo esta advertencia era "antisemita"
y exigió la renuncia del General Morgan. Cedió cuando el General Morgan
negó un intento "anti-semita", pero cuando el general repitió su advertencia ocho
meses más tarde, fue sumariamente despedido por el nuevo Director General,
un simpatizante Sionista y ex Alcalde de Nueva York, el Sr. Fiorello La Guardia,
conocido para los neoyorquinos como La Pequeña Flor. El Sr. La Guardia designó
entonces al Sr. Myer Cohen el lugar del General Morgan. El gobierno británico se
apresuró a castigar al General Morgan, llamando a retiro al famoso planificador de
la invasión, declarando (falsamente) que esto se hacía ante su propia solicitud.
Dos cuerpos independientes de alto nivel confirmaron la información del General
Morgan [438]; en la condición sirviente de la prensa sus revelaciones recibieron la
mínima publicidad. Un Comité Selecto en Estimaciones de la Cámara de los
Comunes informó (en noviembre de 1946) que "un número muy grande de Judíos,
casi sumando a un segundo Éxodo, ha estado emigrando de Europa
Oriental a las zonas norteamericanas de Alemania y Austria con la intención, en
la mayoría de casos, de llegar finalmente a Palestina. Está claro que es un
movimiento muy organizado, con amplios fondos y gran influencia
detrás de él, pero el Subcomité fue incapaz de obtener alguna evidencia real de
los instigadores". Un Comité investigación de Guerra enviado a Europa por el
Senado de Estados Unidos dijo que "una potente migración de judíos de Europa
Oriental en la zona norteamericana de Alemania es parte de un plan
cuidadosamente organizado y financiado por grupos especiales en los
Estados Unidos."
El cuadro, una vez más, es de una conspiración apoyada por los gobiernos
Occidentales, en este caso el norteamericano en particular. La "organización" en
EEUU dispuso generosamente de fondos públicos norteamericanos y británicos, y
efectuó el traslado-masivo de población bajo la cubierta de ayuda de guerra. Sus
líderes pudieron sumariamente despedir a altos oficiales, pagados públicamente,
que expusieron lo que estaba sucediendo, y el gobierno británico apoyó esta acción.
Aunque por ese tiempo (1946-1947) se suponía que la perfidia del estado
revolucionario había sido realizada por políticos Occidentales (de tal manera que"la Guerra Fría" se emprendió con él), los tres gobiernos de Washington, Londres y
Moscú actuaron en acuerdo perfecto en esta única materia. El "éxodo" vino de
Rusia y de la parte de Europa abandonada por Occidente a la revolución. Ningún
hombre podía dejar el estado soviético sin permiso, en su mayoría raramente
concedido, pero en este único caso, la Cortina de Hierro se abrió para soltar una
masa de personas, lo suficientemente grande para asegurar una guerra inmediata y
la inquietud permanente en el Cercano Oriente.
Así tan fácilmente, treinta años antes, las fronteras y puertos de Alemania (un
enemigo), Inglaterra (un aliado) y América (un neutral) se habían abierto para
permitir a los revolucionarios ir a Rusia. En ambas ocasiones, a este nivel supremo
de la política, una política supra-nacional, no había aliado, enemigo o neutral;
todos los gobiernos llevaron a cabo la orden del poder supremo.
Uno de los Ministros Coloniales británicos previamente involucrado en el Sionismo
y en la Declaración de Balfour de 1917, el Sr. Leopold Amery, había dicho: "Pensamos cuando nosotros emitimos la Declaración de Balfour que si los judíos
pudieran volverse una mayoría en Palestina, ellos formarían un
estado judío". En 1946-1948, finalmente, este pensamiento estaba llevándose a
cabo, de la única manera posible: por el trasplante masivo de judíos Orientales a
Palestina. Sólo una cosa todavía era necesaria: obtener de "las Naciones Unidas"
algún acto de legalización simulada para la invasión que estaba ocurriendo.
Para asegurar esto, la capitulación del Presidente norteamericano era necesaria; y
la forma de provocar eso era amenazar a sus consejeros de Partido con la pérdida
de la próxima elección presidencial que estaba a un año de suceder.
Una tercera guerra estaba en verdad empollándose, en la delgada niebla de la
segunda guerra, por este movimiento clandestino de población, y en Norteamérica
(después del despido del General Morgan en Europa [439]) los dos hombres cuyas
oficinas les hicieron directamente responsable intentaron pellizcar el peligro en el
brote. Uno era el General Marshall cuyas intervenciones en el asunto de invadir
Europa y después en la de China, mostró por sus consecuencias haber sido muy de
mal agüero. En el asunto de Palestina él mostró prudencia. En 1947, era Ministro
de Relaciones Exteriores y así era el responsable principal, debajo el presidente,
para la política extranjera. Él se esforzó por evitar el envolvimiento de su país en el
fiasco Palestino y, como en todos de tales casos, su exilio llegó pronto.
El otro hombre fue el Sr. James Forrestal, Ministro para la Defensa. Era un
banquero exitoso, llevado al gobierno en el tiempo de guerra por su habilidad
ejecutiva; era adinerado y sólo el impulso para servir su país lo puede haber movido
a tomar la oficina. Previó las consecuencias desastrosas del envolvimiento y murió
creyendo que había fallado absolutamente en su esfuerzo por evitarlo. De todos los
hombres involucrados durante dos generaciones, solamente él dejó un diario que
expone totalmente los métodos por los que Sión controla y manipula a
gobernadores y gobiernos.
El Sr. Truman fue más allá que el Presidente Roosevelt en 'tomar la política
extranjera y la seguridad nacional fuera de la provincia del Ministro responsable, y
actuando contrariamente a su consejo bajo la presión aplicada a través de los
consejeros electorales. La historia fue mostrada completa por el Diario del Sr.
Forrestal, las propias memorias de Sr. Truman, y el libro del Dr. Weizmann.
El forcejeo entre bastidores por el control sobre el Presidente norteamericano, y
desde allí sobre la propia República, duró desde el otoño de 1947 a la primavera de
1948, es decir, desde el debate en las Naciones Unidas sobre la partición de
Palestina a la proclamación del estado Sionista después de su toma por la fuerza.
Las fechas son importantes. En noviembre de 1947 los Sionistas quisieron el voto
de la "partición" y en mayo de 1948 ellos quisieron el reconocimiento de su
invasión. La elección presidencial sería en noviembre de 1948, y el preliminar
esencial de ésta, la disputa por la nominación, en junio y julio de 1948. El
encargado del Partido le dijo al Sr. Truman que la re-elección estaba en el regalo
Sionista; el candidato de oposición recibió un consejo similar de sus encargados
partidarios. Así "la campaña de la elección tomó la naturaleza de una subasta, cada
candidato estando constantemente bajo la presión de sus organizadores para
sobrepasar al otro en 'apoyar la invasión de Palestina. En estas circunstancias, el
candidato exitoso podría sentir que la elección sólo era un premio por el "apoyo a la
partición" en noviembre de 1947 y "garantizando el reconocimiento" en mayo de
1948; nada podría ilustrar más claramente el inmenso cambio que la inmigración
masiva de judíos Orientales, en el período posterior a la Guerra Civil, había
provocado en los asuntos de la República norteamericana. El Sr. Forrestal dejó un
relato completo de los principales movimientos en este fatal concurso oculto.
La bomba-de-tiempo plantada por el Sr. Balfour treinta años antes alcanzó su
momento-de-explosión cuando el gobierno británico en 1947, anunció que se
retiraría de Palestina si otros poderes hacían allí imposible la administración
imparcial; ésta fue la respuesta a la propuesta del Presidente Truman que “100.000
personas desplazadas fueran permitidas entrar en Palestina inmediatamente [440].
El consejero responsable del Sr. Truman que en seguida le informó al gobierno
norteamericano de las consecuencias que fluirían de un retiro británico.
El General Marshall le dijo al Gabinete norteamericano que tal retiro británico"sería seguido por una lucha sangrienta entre Árabes y Judíos" (8 de agosto de
1947), y su Sub Secretario de Relaciones Exteriores, el Sr. Robert Lovett, apuntó el
peligro a "solidificar el sentimiento entre todos los árabes y pueblos musulmanes
contra los Estados Unidos (el 15 de agosto de 1947).
Esta advertencia fue de inmediato respondida por la voz de los políticos del
Partido. En un almuerzo Ministerial, el Sr. Robert Hannegan (Administrador
General, pero previamente presidente del Partido del Presidente, el Partido
Demócrata) instó al Presidente que "hiciera una declaración sobre la política en
Palestina" demandando "la admisión de 150.000 Sionistas". Así el consejo del
hombre del Partido fue que el Presidente Truman debería responder a la
advertencia británica aumentando su oferta por el apoyo electoral Sionista, de
100.000 a 150.000 personas. El Sr. Hannegan dijo que esta nueva demanda "tendría una enorme influencia y un gran efecto en el alza de la
recolección de fondos para el Comité Nacional Demócrata" y, como prueba de lo que él prometía, agregó que la demanda anterior (relacionada con los
100.000 inmigrantes) había producido como resultado que se obtuvieron "sumas
muy grandes de los contribuyentes judíos y ellos serían influenciados
tanto en dar o abstenerse por lo que el Presidente hiciera en
Palestina."
Así el asunto desde la partida fue presentado al Presidente en términos llanos de
interés nacional por un lado y de contribuciones partidarias por otro, Partido-votos
y Partido-éxito en el otro. Fue discutido a lo largo de los meses que siguieron y
finalmente fue determinado sobre esa base, sin alguna glosa.
La alarma del Sr. Forrestal se puso aguda. Sostuvo que si la política estatal y la
seguridad nacional (su ámbito) debía ser subordinado a la compra de votos, el país
pasaría a estar bajo el control Sionista y antes (en 1946) le había preguntado al
Presidente si Palestina no podría sacarse de la política". El Sr. Truman en ese
momento había "estado de acuerdo acerca del principio" pero había mostrado el
sentimiento "que no mucho saldrá de tal esfuerzo, que el maniobrar político es
inevitable, siendo la política y nuestro gobierno lo que ellos son."
En septiembre de 1947, el Sr. Forrestal estimulado por sus presentimientos, trabajó
incansablemente para tener a Palestina "fuera de la política". Su idea era que
ambos Partidos contendiendo deberían contener una mayoría de personas que
podrían ser llevadas a un acuerdo, en el interés nacional superior, que los
problemas extranjeros puedan ser puestos sobre la disputa, para que Palestina no
pueda ser usada para pregonar ventas en tiempos de elecciones. Encontró sólo
desdén por esta idea entre los hombres de la"política práctica".
Profundamente perturbado por los comentarios citados más arriba del Sr.
Hannegan del 4 de septiembre, el Sr. Forrestal en un almuerzo de Gabinete
Ministerial, el 29 de septiembre de 1947, abiertamente le preguntó al Presidente
Truman "si no sería posible alzar el asunto Judío-Palestina fuera de la política". El
Sr. Truman dijo que "merecía la pena intentarlo, aunque él era evidentemente
escéptico". En el siguiente almuerzo de Gabinete Ministerial (el 6 de octubre) el
Jefe de Partido [441] reprendió al funcionario Ministerial responsable:
"Sr. Hannegan planteó el asunto de Palestina. Dijo que muchas personas habían
contribuido para eso. La campaña Demócrata estaba presionando fuerte
para asegurar de la administración el apoyo definitivo para la
posición judía en Palestina."
El Sr. Forrestal previó la capitulación del Sr. Truman y su alarma aumentó. Vio al
Manager del Partido Demócrata, el Sr. J. Howard McGrath (6 de noviembre de
1947) y nuevamente no pudo hacer ningún avance. El Sr. McGrath dijo, "Había dos
o tres estados importantes que no podrían ganarse sin el apoyo de
personas que estaban profundamente interesadas en el asunto de
Palestina". El Sr. Forrestal no dejó la impresión con su respuesta, "Yo dije que
prefería perder esos estados en una elección nacional que correr el riesgo, el cual
sentía, podrían interferir en nuestro manejo del asunto de Palestina".
En el próximo día recibió el apoyo nuevamente del General Marshall que dijo al
Gabinete que el Medio Oriente era "otra caja de yesca", y Sr. Forrestal entonces"repitió mi sugerencia. . . que un esfuerzo serio debía hacerse para alzar el asunto
de Palestina fuera de la política partidaria norteamericana. . . La
política doméstica cesa en el Océano Atlántico y ningún otro asunto
estaba cargado con más peligro para nuestra seguridad que este
particularmente (el 7 de noviembre de 1947).
El voto de la "partición" estaba por este tiempo cerca y el Sr. Forrestal hizo otro
llamado al Sr. McGrath, el Manager del Partido Demócrata, mostrándole un
informe secreto sobre Palestina proporcionado por la agencia de la inteligencia
gubernamental. El Sr. McGrath lo dejó a un lado, diciendo las fuentes judías eran
responsables de una parte sustancial de las contribuciones al Comité Nacional
Demócrata y muchas de estas contribuciones eran hechas "con una idea
distinta por parte de los donadores, que ellos tendrán una oportunidad para
expresar sus visiones y serán considerados en serio en cosas tales como el presente
asunto de Palestina. Había un sentimiento entre los judíos que los Estados Unidos
no estaban haciendo lo que debían para solicitar los votos en la Asamblea
General de las Naciones Unidas en favor de la partición de Palestina, y más allá de
esto, los judíos esperaban ('expected') que los Estados Unidos hicieran lo sumo para llevar a
cabo la decisión de la partición si se vota por las Naciones Unidas a través de 'la
fuerza' si fuese necesario".
Esta cita revela el proceso de levantar progresivamente la oferta para los fondos y el
voto Sionista que estaba tras bastidores. En el comienzo sólo el apoyo de Estados
Unidos para la propuesta de la partición se había esperado. Dentro de unas
semanas esta "expectativa" había subido ante la demanda que los Estados Unidos"solicitaría" los votos de otros países en apoyo de la partición y se usarían
tropas norteamericanas para dar fuerza a la partición, y el manager del
Partido estaba realmente acostumbrado a tales nociones (si las tropas
norteamericanas en los años 1950 o 1960 se encuentran ellos mismos en el Cercano
Oriente, cualquiera de ellos que ha leído los Diarios del Sr. Forrestal sabría cómo
ellos llegaron a estar allí). El Sr. Forrestal debe haber actuado con un sentido de
deber, no de esperanza, cuando él le imploró al Sr. McGrath que "pensara mucho
acerca de esta materia [442] porque involucraba no solamente a los Árabes del
Medio Oriente, sino también podría involucrar al mundo musulmán entero con sus
cuatrocientos millones de personas: Egipto, el Norte de África, India y Afganistán."
Mientras el Sr. Forrestal luchó esta batalla perdida detrás de las cortinas de la Casa
Blanca y de la oficina principal del Partido, el Dr. Weizmann, en Washington,
Nueva York y Lake Success estaba organizando infatigablemente "el voto" en la
partición. Estaba teniendo sus dificultades, pero fue rescatado de ellas en este
momento culminante cuando encontró "un bienvenido y llamativo cambio" entre
algunos de esos "judíos adinerados" que anteriormente se habían opuesto al
Sionismo. En esta fase tardía en su narrativa él menciona primero al Sr. Bernard
Baruch, diciendo que el Sr. Baruch había sido anteriormente "un judío
oposicionista", uno de los "judíos ricos y poderosos que estaban contra la idea del
Hogar Nacional judío, pero que no sabían mucho sobre el asunto".
Uno sólo puede especular sobre la composición exacta y naturaleza del "judío
Internacional" qué el Dr. Kastein describió como haber entrado en existencia
alrededor del inicio de este siglo. Es permisible, a la luz de todo lo que ha pasado en
estos cincuenta años, verlo como un permanente, alto directorado, extendido sobre
todos los límites de las naciones-estado, un número de miembros que
probablemente sólo cambia cuando deja un espacio por la muerte. Si ésa es su
naturaleza, una inferencia razonable más allá, sería que el Dr. Weizmann era un
muy alto funcionario, quizás el funcionario más alto, subordinado a esto, pero que
indudablemente había un cuerpo superior a él. En ese caso, juzgaría que sus cuatro
miembros más importantes, en los Estados Unidos en ese período, habrían sido el
Sr. Bernard Baruch, primero, y el Senador Herbert Lehman, el Sr. Henry
Morgenthau Junior y Justice Félix Frankfurter, los próximos. Si hubo alguna duda,
habría ligado previamente al Sr. Baruch que nunca se había asociado públicamente
con causas "izquierdistas" o con el Sionismo. Su gran camarada, el Sr. Winston
Churchill, citó la "visión negativa" del Sr. Baruch sobre el Sionismo al Dr.
Weizmann, quien en consecuencia (tal como lo dice) "tuvo gran cuidado para no
mencionar el problema judío" cuando más temprano se encontró con el Sr. Baruch
en Norteamérica.
"No obstante, en este decisivo momento, el Sr. Baruch de pronto "cambió un gran
trato" (Dr. Weizmann) y su apoyo, agregado a la "presión" Sionista que se estaba
ejerciendo en la política norteamericana, fue determinante. El Dr. Weizmann,
cuando se daba prisa en el lobby en Lake Success, supo que la Delegación
norteamericana se oponía a la partición de Palestina. Por consiguiente alistó el
apoyo "particularmente útil" del Sr. Baruch (hasta entonces, durante cuarenta años
o más, considerado un antagonista del Sionismo, ¡incluso con íntimos como el Sr.
Winston Churchill!), y también del hijo del Sr. Henry Morgenthau (cuyo nombre lo
liga al plan de "ciega venganza" adoptado por el Sr. Roosevelt y el Sr. Churchill en
Ottawa en 1944).
El Sr. Baruch presumiblemente no sostuvo el temor al Dr. Weizmann que parece
haber asido a los políticos Occidentales ante la proximidad del líder Sionista. Por
consiguiente [443] su apoyo súbito al Sionismo debe denotar o una conversión
abrupta o la revelación de un sentimiento anterior oculto; en cualquier caso, su
intervención fue decisiva como se verá.
El Dr. Weizmann estaba bien apoyado por los otros judíos poderosos en el Partido
Demócrata. El Senador Lehman era de la cabeza de UNRRA cuando fue usado para
pasar de contrabando a los judíos Orientales por Europa a Palestina, y había
exigido la renuncia del General Morgan por llamar la atención públicamente a este
movimiento masivo de personas; su parte en el drama ya estaba clara. El Sr. Justice
Frakfurter estaba igualmente ocupada; El Sr. Forrestal le fue dicho por el Sr. Loy
Henderson (en el cargo de los Asuntos en el Medio Oriente del Deprtamento de
Estado) que "una enorme presión se había puesto sobre él así como en el Sr. Lovett
para conseguir la solicitud norteamericana activa de los votos en las Naciones
Unidas para la partición de Palestina; él dijo a Felix Frankfurter y Justice Murphy
que ambos habían enviado mensajes a los delegados de las Filipinas insistiendo enérgicamente por su voto" (éste es el mismo Sr. Frankfurter que llamó
al Sr. House en la Conferencia de la Paz de 1919 en París "para hablar acerca de los
judíos en Palestina"; él también fue el consagrado instructor del Sr. Alger Hiss en la
Escuela de derecho de Harvard).
Teniendo tal apoyo, el Dr. Weizmann era un general que acosaba secundado por
ejércitos superiores cuando él llamó al Comandante de la ciudadela, el Presidente
Truman, el 19 de noviembre de 1947, para exigir que los Estados Unidos
apoyaran la partición de Palestina, y además, que el distrito de Negev (a la que el
Dr. Weizmann ataba una "gran importancia") sea incluido en el territorio Sionista.
La disciplina de Sr. Truman fue ejemplar: "él me prometió que se
comunicaría en seguida con la comisión norteamericana" (Dr.
Weizmann). Fuera en Lake Success, el delegado norteamericano principal, el Sr.
Herschel Johnson, cuando estaba a punto de informar al representante Sionista de
la decisión norteamericana para votar contra la inclusión del Negev, fue llamado al
teléfono y recibió, a través del Presidente Truman, las órdenes del Dr. Weizmann.
Con ello el hecho fue conformado y el 29 de noviembre de 1947, la Asamblea
General de las Naciones Unidas recomendó (la propaganda Sionista siempre dice"decidió") que "Estados independiente árabe y judío, y el régimen
internacional específico para la Ciudad de Jerusalén" debía venir en
existencia detrás del término del "Mandato" británico en agosto 1º de 1948.
El voto fue de 31 contra 13 con 10 abstenciones. La firma en que fue procurado el
voto norteamericano ya se ha mostrado. Acerca de algunos de los otros votos, el
Vice Ministro Robert Lovett dijo en el próximo almuerzo Ministerial (diciembre 1º,
1947) que "él nunca en su vida había estado sujeto a tanta presión como lo había
estado en los últimos tres días". La Firestone Tire y Rubber Company que tenían
una concesión en Liberia informaron (él dijo) que se le había pedido por teléfono
para instruir a su representante en Liberia "presionar al Gobierno Liberiano
de votar en el favor de la partición ". (del relato del Sr. Loy Henderson de la"gran presión" usada para conseguir la "solicitación" americana de los votos de
países pequeños ya se ha citado). Así fue que el "voto" de "las Naciones Unidas"
[444] produjeron el problema más explosivo de los asuntos internacionales de este
siglo.
En el almuerzo Ministerial inmediatamente después de este "voto", el Sr. Forrestal
volvió al ataque: "Yo comenté que muchas personas pensantes de la fe judía tenían
profundos presentimientos sobre la sabiduría de las presiones Sionistas por un
estado judío en Palestina. . . La decisión estaba cargada con un gran peligro
para la seguridad futura de este país". Él discutió entonces el asunto (el 3 de
diciembre de 1947) con el Sr. James F. Byrnes que había dejado de ser Ministro de
Relaciones Exteriores antes, durante el año (su exilio era previsible; fue él quién
descubrió la promesa del Presidente Roosevelt al Rey Ibn Saoud).
El Sr. Byrnes dijo que las acciones del Presidente Truman habían puesto al
Gobierno británico "en una posición mucho más difícil" y agregó que el Sr. David K.
Niles y el Juez Samuel Rosenman "eran principalmente responsables" de ello.
Ambos hombres se habían llevado a la Casa Blanca a través de la "Guardia del
Palacio" con la cual el Sr. Roosevelt se rodeaba; El Sr. Niles (de descendencia judíarusa)
era el "consejero en los asuntos judíos" y el Juez Rosenman había ayudado a
escribir los discursos presidenciales. Estos hombres (dijo el Sr. Byrnes) le dijeron al
Sr. Truman "que Dewey estaba a punto de salir con una declaración favoreciendo la
posición Sionista en Palestina, y había insistido que a menos que el Presidente se
anticipara a este momento, el Estado de Nueva York se perdería a los
Demócratas."
Aquí el Sr. Byrnes dio otro vislumbre de la subasta tras bastidores. Los dos
candidatos para la oficina más alta en los Estados Unidos (el Sr. Thomas Dewey era
el posible candidato nominado del otro Partido, el Republicano) en estos retratos
se parecen a los niños, incitados uno contra el otro por la oferta de una bolsa de
dulces que se hace balancear en el aire. El Sr. Truman, cumpliendo la orden
Sionista en el asunto de la partición, no había por ningún medio asegurado a los
Demócratas del premio, ya que la elección estaba aun a un año distante y durante
ese tiempo, los Sionistas demandarían cada vez más, y el partido Republicano
ofrecería más y más por el premio que se hacía balancear en el aire.
El Sr. Forrestal, en la desesperación, intentó ahora convencer al Republicano Sr.
Dewey: "Le dije que el asunto de Palestina era una cuestión de preocupación más
profunda en mí, por lo que se refiere a la seguridad de la nación, y le
pregunté, una vez más, si los Partidos no podrían ponerse de acuerdo en sacar este
asunto de la campaña electoral". La respuesta del Gobernador (del Estado de
Nueva York) Dewey fue casi igual que el Presidente Truman: "era una cuestión
difícil para conseguir resultados debido a la actitud inmoderada de las personas
judías que habían tomado Palestina como el símbolo emocional, ya que el
partido Demócrata no estaría deseoso de abandonar las ventajas del
voto judío". Desde allí el Sr. Dewey continuó intentando y excediendo a los
políticos Demócratas en su oferta por "el voto judío" (y para su propia sorpresa no
obstante, perdió la elección).
El Sr. Forrestal luego, intentó fortalecer la mano del Departamento Estatal, en su
resistencia al Presidente, por un memorándum (el 21 de enero de 1948) en que él
analizó los peligros para la seguridad nacional norteamericana que fluye de este
enredo: [445] "Es dudoso si existe algún segmento de nuestras relaciones
exteriores de mayor importancia o de peligro mayor. . . para la seguridad
de los Estados Unidos que nuestras relaciones en el Medio Oriente". Advirtió
contra el hacer "una lesión permanente a nuestras relaciones con el mundo
musulmán" y "un paso en falso a la guerra". Dijo que había encontrado "un poco de
estímulo" entre Republicanos individuales para su propuesta de sacar el asunto "fuera de la política partidaria", pero entre los Demócratas había encontrado un
sentimiento "que una parte sustancial de los fondos Demócratas viene
de fuentes Sionistas inclinadas para pedir una carga a cambio, en esta
parte de nuestra política nacional".
Las últimas nueve palabras son explícitas y son literalmente correctas. Los
Sionistas exigieron la sumisión de la política del estado norteamericano y
ofrecieron a cambio, la tenencia por cuatro años de la presidencia al postor más
alto. Si ellos estaban en verdad en la capacidad de entregar lo que ellos ofrecieron
nunca se ha probado; los manager de los Partidos los tomaron en su palabra y los
candidatos de ambos Partidos se pusieron la harpillera de la sumisión antes de
que ellos fueran nominados, sabiendo (o creyendo) que ellos ni siquiera lograrían
la nominación a menos que ellos la llevaran puesta.
El Sr. Forrestal insistió al Ministro de Relaciones Exteriores (el General Marshall)
que protestara ante el Presidente, señalando que un cuerpo grande de judíos"sostenían que el presente entusiasmo de los Sionistas puede tener las
consecuencias más peligrosas, no meramente en sus efectos divisorios en la
vida norteamericana, sino también a la larga en la posición de los
judíos a lo largo del mundo."
El Vice Ministro Lovett, leyendo el memorándum del Sr. Forrestal, produjo uno ya
preparado por el Personal de Planificación del Departamento Estatal. Este informó
al Presidente que el plan de la partición "no funcionaría" (exactamente como los
gobiernos británicos habían sido advertidos por sus administradores coloniales que"el Mandato" no funcionaría"); que los Estados Unidos no estaban comprometidos
para apoyarlo si no pudiera efectuarse sin la fuerza; que estaba contra el interés
norteamericano de proporcionar armas a los Sionistas negándoselas a los Árabes;
que los Estados Unidos no debería asumir sobre sí mismo promulgar la"recomendación" de partición y debería intentar asegurar el retiro de la
propuesta de partición.
El Sr. Lovett agregó, "el uso de las Naciones Unidas por otros como una plataforma
de propaganda está complicando nuestra conducta de relaciones extranjeras" y dijo
que el Departamento Estatal "fue seriamente avergonzado y estorbado por las
actividades de Niles en la Casa Blanca, en ir directamente al Presidente en materias
que involucran Palestina". Ese mismo día, el Vice Ministro se quejó, él había sido
una vez más sometido bajo la "presión"; El Sr. Niles había telefoneado desde la
Casa Blanca "expresando la esperanza que el embargo en la venta de armas a los
Sionistas sería alzado."
A ese punto, el Sr. Forrestal se volvió evidentemente una molestia aguda para los
poderes detrás de la Casa Blanca y su eliminación fue decidida. Primero recibió una
visita del Sr. Franklin D. Roosevelt Junior. Cuyo padre había hecho una promesa
en su lecho de muerte para no tomar una acción "hostil contra los Árabes", el hijo
(un político de Nueva York [446], con esperanzas presidenciales) era un guerrillero
extremista Sionista. El Sr. Forrestal dijo significativamente, "yo pensé en los
métodos que se habían usado por personas fuera de la rama Ejecutiva del gobierno
para ejercer coerción y coacción en otras naciones en la Asamblea
General bordeaban estrechamente en el escándalo". Él registra (como con
sorpresa) que su visitante "no hizo ninguna amenaza" en respuesta a esto, y él
explicó su propuesta entonces para "alzar el asunto fuera de la política" mediante
un acuerdo entre ambos Partidos.
El Sr. Roosevelt, el hijo de su padre, contestó que "esto era imposible, que la
nación estaba demasiado comprometida, y que además, el Partido Demócrata
se ligaría para perder y los Republicanos para ganar por tal acuerdo". El Sr.
Forrestal contestó que "el fracaso por estar de acuerdo con los Sionistas podría
hacer perder los estados de Nueva York, Pennsylvania y California" (los "estados
giratorios" antes mencionados por el gerente del Partido McGrath) "yo pensaba que
ya era tiempo que alguien prestara algo de consideración si no podríamos perder
los Estados Unidos."
Ningún comentario del Sr. Roosevelt Junior quedó registrado, pero él era un
presagio malévolo para el Sr. Forrestal porque en este mismo día (el 3 de febrero de
1948) vino la intervención del Sr. Bernard Baruch. El Sr. Baruch, previamente un
antagonista del Sionismo, era ahora tan celoso en la causa que él aconsejó al Sr.
Forrestal que "no fuera activo en esta materia. . . Yo ya fui identificado, hasta
cierto grado, que no fue en mi propio interés, con la oposición a la política de
las Naciones Unidas en Palestina."
¡Siniestras palabras para el Sr. Forrestal! Los anales aquí, registran por primera vez
una intervención específica del Sr. Baruch en los altos asuntos, y su naturaleza. Su
consejo fue que el Sr. Forrestal, un funcionario Ministerial, considerara su propio interés, el cual estaba en peligro; hasta ese momento, el Sr. Forrestal, como un
responsable funcionario Ministerial había considerado sólo el interés de su país. El
Sr. Forrestal no dice si él vio en este consejo algo que amenazara; su alusión al Sr.
Roosevelt en el mismo día muestran que el pensamiento de "amenazas" estaba en
su mente.
Él dio entonces paso al temor que finalmente deprimía a casi todos hombres que se
esforzaron contra la esclavitud a Sión. Cuatro días después (el 7 de febrero de 1948)
preparó un último documento sobre el asunto el cual nunca sometió al Presidente,
pero que contiene algo de importancia histórica. Dijo que el 6 de febrero "Eisenhower me dijo que esa eficiente participación de Estados Unidos en una
fuerza policial en Palestina involucraría aproximadamente una división con
unidades apropiadas de apoyo". En ese momento, por consiguiente, el General
Eisenhower (entonces Jefe de Staff) estaba bosquejando los planes para el
compromiso potencial de tropas norteamericanas en Palestina. El Sr. Forrestal
guardó este último memorándum. El 12 y 18 de febrero hizo dos apelaciones finales
al General Marshall para que discutiera con el Presidente y los manager del Partido
y en ese punto sus esfuerzos cesaron.
Su desistir no le fue útil para nada ya que dentro de doce meses él fue perseguido
hasta la muerte. Su fin necesita ser descrito aquí, antes que se registre la toma
armada de Palestina; es el caso clásico de persecución por difamación, llevando a la
muerte. [447].
Yo fui primero a EEUU antes en 1949 y quedé perplejo por el veneno de los
ataques, en la prensa y por radio, sobre un Sr. James Forrestal, Ministro de la
Defensa. No sabía nada de él excepto su nombre, y la parte jugada por él en este
asunto (como anteriormente lo registré) era entonces completamente desconocida
para el público. No obstante ellos leyeron u oyeron diariamente que él estaba
demente, un cobarde que había dejado a su esposa ser atacada por un ladrón, un
malversador de impuestos, y todas las formas de otras cosas. Por casualidad me
encontré a un amigo suyo, quién me dijo que él había sido tan reducido por esta
persecución que aquellos cercanos a él estaban gravemente alarmados. ¡Después
unas semanas él se lanzó de una ventana en altura, dejando en su cuarto algunos
versos copiados de la tragedia griega que acaba con el refrán "Penurias, Penurias!
será el lamento. . . "
Las leyes de difamación son liberales y difieren de estado en estado, y la litigación
es larga. Ni siquiera una acción exitosa puede traer la reparación. Difícilmente
existe un límite en la práctica de lo que puede decirse sobre un hombre
singularizado para la difamación; las calumnias están impresas en el idioma que
incita las pasiones de la chusma y cuando la transmisión se profiere en acentos
rabiosos, que recordaron en mí las voces de hechicero africano primitivo en los
momentos de catalepsia. Entre los efectos del Sr. Forrestal se encontró un álbum de
recortes lleno de estos ataques, y hacia su fin ya no podía escuchar la radio. La
negación de las calumnias se vació en su cabeza y al final dos emisoras se unieron
para la muerte. Uno de ellos anunció (el 9 de enero de 1949) que el Presidente
Truman "aceptaría la renuncia de Forrestal dentro de una semana" (y siguió esto
con alguna calumnia sobre acciones en el German Dye Trust).
El 11 de enero la segunda emisora le dijo a millones que el Presidente Truman
habría por ese momento aceptado la renuncia del Sr. Forrestal, como si no hubiese
la primera emisora anticipado el evento (la historia del robo de joyas se agregó a
esto). Unas semanas antes el Presidente Truman había dicho a la Prensa que él le
había pedido al Sr. Forrestal que no renunciara; el 1º de marzo, envió por el Sr.
Forrestal y exigió su renuncia inmediata, sin explicación, para que se llevara a cabo
desde el 1º de mayo. El Sr. Forrestal cometió suicidio el 21 de mayo. En la
ceremonia fúnebre, el Sr. Truman lo describió como "¡una víctima de la guerra!"
(En paréntesis, en ese momento, otro hombre estaba siendo perseguido a muerte,
de la cual escapó posteriormente en el mismo año, sólo por el fracaso de su
tentativa de suicidio. Su persecución vino de la misma fuente de difamación,
aunque su ofensa estaba en el otro campo, en el Comunismo. El Sr. Whittaker
Chambers pecó por sus esfuerzos para exponer la infiltración comunista del
Gobierno norteamericano. Yo estaba en Norteamérica en el momento de su dura
experiencia que se describe en su libro; este contiene el llamativo ejemplo al cual
previamente he aludido, la práctica Talmúdica de "maldecir por una mirada fija
enfadada" (Enciclopedia Judía). Los Talmudistas Literales probablemente
verían en la tentativa de suicidio del Sr. Chambers, y en la mala salud que como
consecuencia lo afligió, una señal de la eficacia literal de "la Ley" en este respeto).
Después de la retirada del Sr. Forrestal al silencio, ante la advertencia del Sr.
Baruch, [448] los hombres responsables en el Departamento Estatal continuaron
su forcejeo, encabezados por el General Marshall. (Todos esto mientras, en
Inglaterra, el Sr. Bevin continuaba en solitario su lucha contra la oposición
Conservadora y contra la masa de su propio Partido por igual). En un momento
dado, por primera vez desde 1917, los funcionarios Ministeriales responsables y los
oficiales en ambos países parecía haber ganado el día.
Esto sucedía en marzo de 1948. La violencia en Palestina había aumentado de tal
forma después de la "recomendación" de las Naciones Unidas para la división del
país que el Concejo de Seguridad se alarmó y se batió en retirada. Incluso el
Presidente Truman fue agitado y su representante en el Concejo de Seguridad
anunció la inversión de la política norteamericana, proponiendo (el 19 de
marzo de 1948) que la propuesta de la partición se suspenda, que se llame a una
tregua, y que el fin del "Mandato" sea continuado en un "Fideicomiso" (esto fue en
el efecto, la propuesta del memorándum del Departamento Estatal de enero).
En el último momento la idea del "estado judío" parecía así estar colapsando. El
retorno de pos-guerra a la razón estaba comenzando (ese proceso que el Sr. Lloyd
George, treinta años había como advertencia llamado "deshielo") y si el golpe
fallaba ahora, sólo una tercera guerra mundial podría proporcionar otra
oportunidad. El "Fideicomiso" sería el "Mandato" en una nueva forma, pero con
Estados Unidos como el país principalmente involucrado, y en otros diez o veinte
años América, previsiblemente, encontraría el "Fideicomiso" como "impracticable",
bajo la presión sionista, tal como los británicos habían encontrado el "Mandato."
Era entonces o nunca, y los sionistas atacaron en seguida. Ellos presentaron a las "Naciones Unidas" el hecho cumplido, dividiendo Palestina ellos mismos. Las
acciones terroristas por medio de lo que esto fue llevado a cabo era el resultado de
la política adoptada en Congreso Sionista Mundial de 1946, dónde "las fuerzas
desmoralizantes en el movimiento" (en las palabras del Dr. Weizmann) habían
recomendado métodos de "Resistencia. . defensa. . . activismo", y Dr. Weizmann
quien supo lo que esto significaba, había sido depuesto por objetarlas.
El Dr. Weizmann había llamado entonces "al terror en Palestina" el "antiguo mal en
una nueva y horrible vestimenta". El 9 de abril de 1948 mostró lo que él quiso
decir, y en particular por qué lo llamó el antiguo mal. En esos días, los"activistas", el grupo del terror-y-asesinatos del Sionismo, "destruyeron
absolutamente" un pueblo árabe en el exacto y literal cumplimiento de "la Ley"
expresada en el Deuteronomio (qué, el lector recordará, es la ley Judaica básica
pero era en sí misma una enmendadura de la Ley Mosaica original de los
Israelitas).
Éste fue el día más significante en toda la historia del Sionismo. Para los Árabes
(quienes conocían la Torah y "habían conocido por dos mil años por lo que usted ha
luchado dos guerras mundiales para conocer") significaba que la Ley salvaje de
Judah, inventada por los Levitas entre 700 y 400 años antes de Cristo, sería
resucitada y se impondría por completo sobre ellos con toda su fuerza y su
violencia, con el apoyo por igual del Occidente cristiano y de la comunizada Rusia.
La matanza simbólica, ellos sabían, fue pensada para mostrar lo que sucedería con
todos aquellos que se quedaran. Por ello casi la totalidad de la población árabe de
Palestina [449] huyó hacia los países árabes vecinos.
La matanza de Deir Yasin fue apenas informada en Occidente, por ejemplo la
revista Time de Nueva York dijo:
"Terroristas judíos de la Banda Stern y de Irgun Zvai Leumi atacaron el pueblo de
Deir Yasin y mataron a todos los que estaban a su vista. Los cadáveres de 250Árabes, principalmente mujeres y niños pequeños, fueron más tarde encontrados
en los pozos donde habían sido lanzados."
En la Conferencia de la Paz de Versalles en 1919, el Dr. Weizmann había declarado, "La Biblia es nuestro mandato", y las palabras sonaron bien a las orejas
Occidentales. Este evento mostró lo que ellos quisieron decir, y las mismas
palabras se repitieron por los líderes Sionistas en Palestina treinta años después
que Dr. Weizmann las usó. La matanza a Deir Yasin fue un acto de "observancia" de
los "antiguos estatutos y mandamientos", incluso el pasaje pertinente en el
Deuteronomio, "Cuando el Señor tu Dios te traiga a la tierra que tu poseerás , y
expulsará. . . siete naciones mayores y más poderosas que tú. . . entonces tu los
destruirás absolutamente; tu no harás ningún convenio con ellos, ni mostrarás la misericordia hacia ellos", y el pasaje relacionado, "no
dejarás nada que respire con vida, sino que los destruirás
absolutamente". Hay siete estados árabes hoy, y cada uno de ellos tiene su
porción de los fugitivos de 1948, quiénes durante ocho años hasta ahora, han sido
un recordatorio viviente para ellos del destino futuro común con que el Sionismo
los amenaza bajo la antigua Ley.
La condonación pasiva de este hecho por la Judería como un todo mostró más claro
que cualquier cosa que el cambio que el Sionismo había forjado en la mente judía
en unos pocos años. Escribiendo en 1933 (sólo quince años antes de Deir Yasin), el
Sr. Bernard J. Brown citó el pasaje anterior del Deuteronomio como la razón del
temor de los árabes, y agregó, "Por supuesto, los Árabes incultos no entienden que
el judío moderno no toma su Biblia literalmente, y que es un tipo bueno y persona
caritativa y no sería así de cruel con sus compañeros hombres, pero él sospecha que
si los judíos basan su demanda de Palestina en la fuerza de los derechos históricos a
esa tierra, ellos sólo lo pueden hacer en la autoridad de la Biblia, y los árabes se niegan a rechazar cualquier parte de ella". Los Árabes tenían
razón y el Sr. Brown estaba equivocado; este judío iluminado Occidental no podía
concebir, en 1933, que el Sionismo significaba un retorno pleno a la superstición de
la antigüedad en su forma más bárbara.
Probablemente Deir Yasin quedó como un incidente aislado porque su significado
fue tan claro que los Árabes abandonaron el país. El Sr. Arthur Koestler está
definido sobre esta causa-y-efecto. Él estaba en Palestina y dice que la población
civil árabe, después de Deir Yasin, en seguida huyeron de Haifa, Tiberia, Jaffa y
todas las otras ciudades y luego de todo el país, "el 14 de mayo todos se habían ido,
excepto por unos miles". Todas las autoridades imparciales están de acuerdo sobre
la intención y el efecto de Deir Yasin, y desde el 9 de abril de 1948, ninguna duda
quedaba acerca de la fuerza gobernante de la antigua Ley Judaica en todos los
futuros actos y ambiciones de Sión. Deir Yasin explica el miedo de los estadosárabes supervivientes hoy, como explica totalmente el vuelo de los PalestinosÁrabes. [450]
Deir Yasin, para un momento, resolvió el problema de los Sionistas. La partición de
Palestina había sido lograda, por la fuerza. Al mismo tiempo el evento reveló (a losÁrabes, si no entonces a Occidente) la naturaleza del "abismo a los que lleva el
terrorismo" del Dr. Weizmann. Desde el 9 de abril de 1948 el propio Occidente
estuvo al borde de este abismo, excavado por los actos de dos generaciones de sus
políticos.
Así la situación cambió completamente entre el 19 de marzo de 1948, cuando el
Gobierno norteamericano decidió que la partición era "impracticable" y dio
marcha atrás a su política, y el 9 de abril de 1948, cuando el terrorismo efectuó la
partición. El Dr. Weizmann todavía debe haber sido frecuentado por sus miedos,
pero ahora que el territorio para el estado judío había sido aclarado, él no habría o
no podría retirarse del "abismo". El objetivo era ahora lograr una segunda marcha
atrás en la política norteamericana, ganar una expresión de aprobación para lo que
se había hecho mediante el terrorismo, y con este fin, una vez más, el Dr.
Weizmann redobló todos sus esfuerzos. Para la primera inversión de la política
norteamericana él se había convocado urgentemente desde Londres a Lake Success
mediante cartas, cables y llamadas telefónicas, y el día antes , fue anunciado que el
estaba nuevamente íntimo con el Presidente Truman. Cuando los días pasaron, y
las noticias de Deir Yasin fluctuaron brevemente sobre las cintas, trabajó
incansablemente en su tarea suprema: ganar el "reconocimiento" para el Estado
judío preparado mediante los terroristas en Deir Yasin.
La energía del Dr. Weizmann era extraordinaria. Él dirigió el sitio de un hombre de
las "Naciones Unidas" (claro, era recibido en todas partes como el representante de
un nuevo tipo de poder-mundial). Él estaba por ejemplo "en contacto estrecho" con
los delegados de Uruguay y Guatemala, a quienes él llama "los siempre galantes
defensores del Sionismo", y con el Secretario General de las Naciones Unidas, en
ese momento un tal Sr. Trygve Lie de Noruega. A mediados de abril, con las
noticias de Deir Yasin que suben hasta sus mismos orificios nasales, la Asamblea
General de las Naciones Unidas se reunió. El voto norteamericano era claramente
decisivo, y Dr. Weizmann comentó que él "empezaba a estar preocupado con la
idea del reconocimiento norteamericano del estado judío". En otros términos, la
política estatal norteamericana, formada en el proceso constitucional de consultas
entre el Ejecutivo Principal y sus funcionarios Ministeriales responsables, sería
nuevamente invertida ante la demanda de Chaim Weizmann.
Las fechas son de nuevo significantes. El 13 de mayo, 1948, el Dr. Weizmann vio
al Presidente Truman; las primarias para las nominaciones presidenciales estaban
entonces inmediatamente delante y la elección presidencial unos meses más allá de
esto, de tal manera que este momento era el ideal para aplicar "la presión
irresistible". El Dr. Weizmann informó al Presidente Truman que el mandato
británico acabaría el 15 de mayo y un gobierno provisional tomaría entonces "el
estado judío". Él instó que los Estados Unidos reconocieran esto "rápidamente" y
que el Presidente actuara con una celosa prontitud.
El 14 de mayo, (tiempo en Palestina) los Sionistas en Tel Aviv proclamaron su
nuevo Estado. Unos minutos más tarde, "noticias extraoficiales" alcanzaron Lake
Success que el Presidente Truman lo había reconocido. Los delegados
norteamericanos (quienes no habían sido informados) [451] "estaban incrédulos",
pero después de "mucha confusión" ellos hicieron el contacto con la Casa Blanca y
recibieron de ella las instrucciones del Dr. Weizmann, transmitidas a través del
Presidente. El Dr. Weizmann acto siguiente estableció relaciones con Washington
como Presidente del nuevo estado y el Presidente Truman recibió a su invitado,
anunciando después de esto, que el momento del reconocimiento fue "el más
orgulloso de mi vida".
Ocho años más tarde, el Presidente Truman en sus memorias, describe las
circunstancias en que su "momento más orgulloso" ocurrió, y su relato puede
citarse apropiadamente aquí. Describiendo el período de seis meses (desde el"voto-partición" en noviembre de 1947 al "reconocimiento" en abril de 1948), él
dice: "
El Dr. Chaim Weizmann. . . me llamó el 19 de noviembre y unos días
después recibí una carta de él". El Sr. Truman entonces cita esta carta, datada el 27
de noviembre; en ella el Dr. Weizmann se refiere a "rumores" que "nuestras
personas han ejercido una presión indebida y excesiva sobre ciertas" (de los
Naciones Unidas) "delegaciones" y, hablando para sí mismo dice "no hay ninguna
sustancia en esta acusación". El Sr. Truman comenta, "Los hechos fueron que no
hubo allí solo movimientos de presión alrededor de los Naciones Unidas,
diferente de cualquier cosa que se haya visto antes allí, sino que la
Casa Blanca, también, fue objeto de una constante andanada. No creo
haber tenido alguna vez tanta presión y propaganda dirigida hacia la
Casa Blanca como tuve en este caso. La persistencia de unos pocos de
los líderes Sionistas extremos - actuando por motivos políticos y
comprometiendo amenazas políticas - me perturbó y me incomodó.
Algunos incluso estaban sugiriendo que nosotros presionemos a
naciones soberanas para lograr votos favorables en la Asamblea
General".
Las "amenazas políticas" mencionadas aquí, evidentemente se relacionaban con la
próxima campaña de re-elección del Presidente Truman; ésta es la única
interpretación razonable de las palabras. El Sr. Truman (según el Dr. Weizmann)
prometió, en la entrevista del 19 de noviembre, comunicarse en seguida con la"delegación norteamericana" y el voto de Estados Unidos fue entonces dado, el 29
de noviembre, para la "recomendación" que Palestina se divida.
Así el enojo de Presidente Truman (tal como es registrado en su narrativa de 1956)
ante los métodos usados de ninguna forma retardan su capitulación a ellos en 1947
(si esto no fuera hecho claro, el lector de sus Memorias podría ganar una
impresión diferente).
El Sr. Truman (en 1956) registró el resultado de la "solución" (la recomendación de
la partición) apoyada por él en noviembre de 1947: "todos los días ahora trae
informes de nueva violencia en Tierra Santa". Él también encontró que su
capitulación de noviembre y la negación del Dr. Weizmann de la "presión indebida"
no tuvo efecto en absoluto en los meses que siguieron: "La presión judía en la
Casa Blanca no disminuyó en los días que siguieron al voto de la
partición en los Naciones Unidas. Individuos y grupos me
preguntaron, normalmente de forma bastante pendenciera y
emocional, detener a los Árabes, para que los británicos dejaran de
apoyar a los Árabes, preparar a los soldados norteamericanos, para
hacer esto, eso u lo otro" (el cuadro de Disraeli de "el mundo siendo gobernado
por personas muy diferentes de lo que se imaginan aquellos que no están tras las
cortinas). [452]
El Presidente buscó el refugio en la retirada: "Cuando la presión aumentó,
encontré necesario dar instrucciones que no quise que se me acercara más algunos
de los portavoces de la causa Sionista extrema. Fui de tal manera perturbado
que aplacé un encuentro con el Dr. Weizmann, quien había vuelto a EEUU
y había pedido una entrevista conmigo". El Sr. Truman, en 1956, evidentemente
todavía sostenía que posponer una entrevista con el Dr. Weizmann era una medida
tan drástica de merecer el registro permanente. Él fue visitado entonces (el 13 de
marzo de 1948) por un viejo socio de negocios judío "que estaba profundamente
motivado por los sufrimientos de personas judías en el extranjero" (esto fue por lo
menos un mes antes de la matanza en Deir Yasin) y quién le imploró que recibiera
al Dr. Weizmann, lo cual el Presidente Truman hizo en seguida (el 18 de marzo).
Esto fue el día antes del retiro del apoyo norteamericano a la recomendación de la
partición (el 19 de marzo). El Sr. Truman dice que cuando el Dr. Weizmann lo dejó
(el 18 de marzo) "sentí que él había alcanzado una comprensión plena de mi
política y que yo sabía que era lo que él quería". El Sr. Truman pasa entonces
durante las semanas sangrientas que siguieron sin una palabra (él no menciona
Deir Yasin), salvo una declaración incidental que "los especialistas en el Cercano
Oriente del Departamento Estatal, casi sin excepción, son hostiles a la idea de un
estado judío. . .Siento decir que había algunos entre ellos quienes también eran
inclinados a ser anti - semitas". Él reasume su narrativa después dos meses (el 14
de mayo, después de Deir Yasin y el derramamiento de sangre que le acompaña)
diciendo entonces, "la Partición no estaba teniendo lugar exactamente en la
forma pacífica que yo había esperado, pero el hecho era, que los judíos estaban
controlando el área en que sus personas vivieron. . . Ahora que los judíos estaban
listos para proclamar el Estado de Israel, fue que yo decidí moverme en seguida y
dar el reconocimiento norteamericano a la nueva nación.
Aproximadamente treinta minutos después, exactamente once minutos después de que Israel se había proclamado un estado, Charlie Ross, mi secretaria
de prensa, dio el anuncio a la prensa del reconocimiento de facto por los Estados
Unidos del gobierno provisional de Israel. Me dijeron que a algunos de los hombres
de carrera del Departamento Estatal este anuncio vino como una sorpresa."
El Sr. Truman no hace recuerdo en sus Memorias de su declaración de 1948, queéste fue "el momento más orgullosos de mi vida", o explica por qué sentía que esto
fue así; después de muchos meses de tal "presión" y de "amenazas políticas" en la
sitiada Casa Blanca que en un momento él fue llevado a negarse, aunque sólo
durante un corto tiempo, ¡incluso al Dr. Weizmann!
Para los propósitos de esta narrativa él ahora virtualmente pasa de la historia,
habiendo servido su turno. Él fue elegido presidente seis meses después de su
momento de más orgullo y hasta la fecha de este libro, parece estar en buena salud
para vivir otros veinte años, un hombre vivaracho, cordial sobre el cual las
consecuencias de los actos con que es identificado su nombre, al parecer tenían un
efecto tan pequeño como la furia del ciclón que en el océano ejerce sobre el corcho
que se balancea. (En 1956, se unió a la compañía de aquellos que han sido
premiados con un grado honorario por la antigua Universidad de Oxford, una
catedrática allí, levanta una solitaria y desatendida voz contra su dádiva al
Ejecutivo Principal cuyo nombre es mejor conocido por su asociación con la orden
de lanzar la bomba atómica sobre Nagasaki e Hiroshima [453]).
Después del reconocimiento orgulloso del Presidente Truman de lo que se había
hecho en Palestina entre noviembre de 1947 y mayo de 1948, el debate en las"Naciones Unidas" perdió importancia y el Dr. Weizmann, (quién en su carta al
Presidente Truman del 27 de noviembre de 1947, calurosamente negó el uso de"presión indebida") se preparaba para trabajar en reunir otros reconocimientos,
para que el problema deba estar más allá de la duda. Supo que el Sr. Bevin, en
Londres, estaba "trayendo presión para afectar los Dominios británicos. . . para
detener el reconocimiento", y él mostró en seguida quién era el mayor experto
aplicando la "presión."
Históricamente considerado, éste era un momento de primera importancia, porque
mostraba por primera vez que el Sionismo, el cual había dividido tan
profundamente a la Judería, había dividido las naciones del Imperio británico, o la
Comunidad de naciones; aquello que ninguna amenaza bélica o peligro había
logrado alguna vez, "la presión irresistible en la política internacional" lo había
logrado fácilmente. De repente Sión se mostraba como un ser supremo en las
capitales tan lejos de los escenarios centrales como Ottawa, Canberra, Cape Town y
Wellington. .
Esto dio prueba de un trabajo en equipo y una sincronización extraordinaria;
maravillas de organización secreta se deben haber realizado, en unas pocas
décadas, para asegurar la obediencia, en el momento decisivo, de los "políticos en
las posiciones top" en Canadá, Australia, África Sur y Nueva Zelandia. Estos países
eran remotos de Palestina; ellos no tenían el interés en implantar el fusible de una
nueva guerra mundial en el Medio Oriente; sus poblaciones judías eran diminutas.
Aun así la sumisión fue instantánea. Esto era el poder mundial operando.
La gran significancia de los que se filtró puede ser necesaria explicarse a los
lectores no-británicos. Las ataduras entre la isla británica y las naciones extranjeras
emanaron de allí, aunque ellas eran intangibles y no descansaban en ninguna
compulsión, habían ante la emergencia, mostrado repetidamente su fuerza,
misteriosa para los foráneos. Una anécdota puede ilustrar:
El Brigadier de Nueva Zelandia George Clifton, relata que cuándo él fue capturado
en el Desierto Occidental en 1941, el fue llevado ante el Mariscal de Campo Rommel
que le preguntó "¿Por qué están luchando ustedes de Nueva Zelandia? ¡Ésta es una
guerra europea, no suya! ¿Está usted aquí por deporte?"
El Brigadier Clifton quedó
perplejo tratando de explicar algo que para él era tan natural como la vida:"Comprendiendo que él lo decía bastante en serio y realmente quería decir eso, y no
habiendo intentado previamente nunca poner en palabras el hecho evidente, para
nosotros, que si Bretaña estaba en lucha entonces nosotros también luchábamos,
yo mantuve unida mi mano con los dedos y dije, 'Nosotros estamos juntos. Si usted
ataca a Inglaterra, usted ataca a Nueva Zelandia y a Australia y a Canadá también.
La Comunidad de naciones británica lucha juntos'. "
Eso era verdad, con respecto a las personas, pero ya no era verdad con respecto a
los "políticos de los niveles top". A través de ellos, la conspiración de Rusia había
encontrado una grieta en la armadura. La "presión" en Wellington (y en las otras
capitales) era tan poderosa y eficaz como lo era alrededor de la Casa Blanca. En este
caso particular [454] (Nueva Zelandia) una figura típica de ese tiempo y del grupo
de vasallos era un Sr. Peter Fraser, Primer Ministro de Nueva Zelandia.
Nadie podría tener menos causas para odiar, o incluso para saber algo de losÁrabes, pero él era su enemigo implacable, porque se había vuelto de algún modo,
otro cautivo del Sionismo. ¡Este muchacho escocés pobre que fue al otro lado del
mundo y encontró fama y fortuna allí, al parecer cogió la infección durante sus
años juveniles impresionables en Londres (cuando estaba extendiéndose allí entre
los políticos jóvenes ambiciosos) y lo llevó con él al nuevo país, para que después de
décadas aplicara todas su energía y el poder de su oficina a la destrucción del
pueblo indefenso en Palestina! Cuando él murió en 1950 un periódico Sionista
escribió de él:
"Era un sionista convencido. . . Estaba ocupado dirigiendo la comisión de las
Naciones Unidas de su país en la Asamblea de París, pero prestó mucho tiempo y
atención al problema de Palestina. . . estar sentado día tras día en el Comité
Político cuando Palestina se discutía. Nunca abandonó la sala por un
momento; ningún detalle escapó su atención. . . Él era el único Premier en el
comité y lo abandonó sólo cuando Palestina fue repartida. . . Una y
otra vez Peter Fraser se encontró votando contra el Reino Unido, pero
no se preocupaba. . . Él siguió siendo un amigo hasta su último día."
Un hombre con esta ambición extranjera en su corazón, ciertamente pensaba
bastante diferente del Brigadier Clifton y los de su tipo, y si él hubiese sabido como
pensaba su Primer Ministro, el Brigadier Clifton podrían haber estado mucho más
confundido para saber cómo responder al Mariscal Rommel. Estando tan
preocupado con el Sionismo, no podría esperarse que el Sr. Fraser fuese sincero en
el interés de su país y Nueva Zelandia entró en la Segunda Guerra sin estar
preparada, de tal manera que cuando se encontró con los sobrevivientes de Nueva
Zelandia de Grecia y Creta en Puerto Said en 1941, ellos estaban "macilentos, sin
afeitar, sucios de la batalla, muchos de ellos heridos, sintiéndose mal física y
mentalmente, todos preocupados por la pérdida de tantos buenos 'Cobbers'; El Sr.
Fraser fue responsable, en parte, de esto" (Brigadier Clifton). Con este hombre
como Primer Ministro, el rápido reconocimiento de Nueva Zelandia de lo que se
había hecho en Palestina estaba seguro, muy poco de esto conocieron los
neocelandeses.
En Sudáfrica, el Dr. Weizmann, en sus movimientos para incomodar al Sr. Bevin,
se volvió en seguida al General Smuts, a quien el lector conoció hace un tiempo. Por
casualidad yo estaba en África del Sur en ese momento. Un emisario Sionista muy
conocido vino rápidamente desde Nueva York por aire y cuando leí de su llegada
pude prever lo que seguiría. (Este hombre apareció ante un público Sionista y les
dijo que "los judíos no necesitan sentirse limitados por alguna frontera que las
Naciones Unidas pudieran poner; la única protesta contra esto, vista por mí, vino
de un objetor judío que dijo tales palabras presagiado mal para la paz futura).
El General Smuts recibió a este visitante aerotransportado y entonces anunció el"reconocimiento" en seguida, siendo sólo vencido en prontitud por el Presidente
Truman y el dictador soviético Stalin, (quienes en este asunto estaban
absolutamente convenidos): Esto fue, yo creo, el último acto político del General
Smuts, porque él fue derrotado en una [455] elección dos días después. Su hijo le
advirtió fuertemente contra el reconocimiento, sosteniendo que le haría perder
votos. El General Smuts tiró el consejo a un lado (correctamente, desde el punto de
vista electoral, ya que sus antagonistas sin ninguna duda, estaban listos para
apostar al voto Sionista y Sudáfrica no tenía ningún votante árabe).
El renombre del General Smuts a lo largo de la Comunidad de Naciones británicas (
era impopular con la mayoría de su compañeros Boers) descansaba completamente
en la creencia popular que era el arquitecto de "la conciliación anglo-Bóer" y un
campeón del concepto de la gran-familia. En este asunto abandonó el gobierno que
presionaba fuerte en Londres con la obediencia incondicional de una disciplina
largamente-instilada.
Logré una antigua ambición de reunirme con él en ese momento. Sus días estaban
acabando y él también desaparece ahora de este cuento, pero antes de que muriera,
tal como el Dr. Weizmann, había visto "el abismo" que él había ayudado a excavar:
en el problema de Palestina" (él le dijo a su hijo después, en el mismo año,1948) "hay una tragedia en nuestro hall de entrada. . . No es de extrañar que
Bretaña esté sintiéndose enferma y cansada de todo esto. El fracaso en Palestina no
sólo será un fracaso británico. Otras naciones también han tomado una mano,
incluso Norteamérica, y ellos también han fallado. Palestina. . . es uno de los
grandes problemas del mundo y puede tener un gran efecto en el futuro del mundo.
. . Nosotros hemos pensado dejar que los Árabes y judíos luchen entre sí, pero no
podemos hacer eso. El Poder está en movimiento, y Palestina queda en
el camino."
Así que él habló privadamente, pero no públicamente. Al parecer los políticos,
como el payaso en la ópera, sienten que ellos deben llevar siempre puesta la
máscara ante el público: Tal como el Sr. Truman, él hizo lo que el Dr. Weizmann le
ordenó, sin retraso e incluso en 1949, para el beneficio de un público Sionista,
estaba "contento de haber sido asociado con por lo menos ¡una cosa en mi vida
que ha sido exitosa!".
La retirada de Londres se transformó en derrota. El Dr. Weizmann registra que el
representante de Nueva Zelandia, el Señor Carl Berendsen, entonces "ganó el apoyo
de Australia", y pronto "los políticos top" en Canadá le siguieron. Cuando los
Dominios británicos siguieron al Sr. Truman y al Generalísimo Stalin, los estados
más pequeños se conglomeraron para dar el "reconocimiento"; ellos no podrían
negarse a pisar donde estos grandes se habían apresurado a entrar, y así "el estado
judío" tomó forma "de facto", siendo de facto la matanza de Deir Yasin.
Aunque él llegó a ser su presidente, este es en la realidad, el punto en que el Dr.
Chaim Weizmann pasa de la narrativa, después de cincuenta años de una actividad,
esencialmente conspiracionista en que él amasó la capitulación de todos los líderes
políticos de Occidente y dejó la "tragedia", como un expósito, en hall de entrada
común. Yo no sabría dónde buscar una vida más fascinante y otro escritor puede
ser capaz de describirlo en tonos más heroicos. A mí parece que le fue dado un
propósito destructivo y el Dr. Weizmann cuyos años estaban casi a concluir cuando
alcanzó su triunfo, encontró el triunfo amargo, quizás como una taza letal.
Así yo juzgo, en todos los eventos, por su libro, cuya última parte es de interés
absorbente. Se publicó en 1949, así pudo haber llevado su relato ahora al punto
alcanzado por este, por lo menos. Él no hizo. Lo cerró en 1947. Ahora, [456] ¿Por
qué hizo eso?
Yo pienso que la respuesta es obvia. En 1946, había advertido a la Organización
Sionista Mundial contra el "terror" y había descrito "el abismo" al cual "el antiguo
mal" debía llevar, y había sido depuesto en la consecuencia. Entonces él había sido
hecho Presidente del nuevo estado construido en el "terror". Pienso que él deseaba
dejar su advertencia a la Judería en el registro y no podría llevarse él mimo a
discutir los hechos de terror y asesinatos en que el nuevo estado nació, por lo cual
pretendió haber acabado el manuscrito antes de que ellos ocurrieran.
Puso la fecha de término como el 30 de noviembre de 1947, el día después de su
triunfo en Lake Success (cuando el Presidente Truman, ante su incitación,
telefoneó a la delegación norteamericana para votar por la partición).
Evidentemente él deseaba que el libro acabara en esa nota. La inversión de la
política norteamericana, y los hechos contra los cuales él había proferido la
advertencia, pronto le siguieron, y como el libro no habría de aparecer hasta 1949,él tenía el tiempo suficiente para expresar su opinión sobre ellos. Todo lo que él
hizo fue agregar un epílogo en el cual no mencionó ni siquiera el hecho
determinante de Deir Yasin, la despectiva respuesta a sus advertencias. Es más, se
salió nuevamente de su camino para decir que este epílogo estaba acabado en
agosto de 1948; esto lo salvó de la necesidad de hacer cualquier referencia al
siguiente hecho determinante del terrorismo, el asesinato del Conde Bernadotte
que ocurrió en septiembre de 1948. Obviamente el Dr. Weizmann se acobardó. Él
se había identificado a sí mismo con la matanza y el asesinato aceptando y
reteniendo la presidencia del nuevo estado.
Por esa razón sus advertencias más tempranas son de la mayor importancia; él
pudo haberlas sacado ant<es de la publicación. Por ejemplo, él acusó a "los
terroristas" (en cuyas manos él entregó el futuro de Palestina, y de mucho más que
Palestina) con intentar "forzar la mano de Dios". Esto, obviamente era la
herejía del Sionismo, y de todos aquellos que le apoyaron, tanto judíos como
Gentiles, desde el mismo comienzo, y del Dr. Weizmann más que de la mayoría de
otros. Él agregó, "los grupos terroristas en Palestina representaron un
grave peligro al futuro entero del estado judío; realmente su
comportamiento ha estado cercano a la anarquía". Esto era anarquía, no
vecino a la anarquía, y el esfuerzo de vida del Dr. Weizmann era anárquico. Incluso
en este argumento él no se movió por un impacto moral; su queja no estaba contra
la naturaleza destructiva de la anarquía misma, sino meramente porque era
inoportuna, "porque los judíos tienen rehenes por todo el mundo."
En el mismo día después de su triunfo en Lake Success, el retornó a su nuevo tema:
No debe haber una ley para el judío y otra para los Árabes. . . Los Árabes tienen que
recibir el sentimiento que la decisión de las Naciones Unidas es final, y que los
judíos no entrarán ilegalmente en algún otro territorio fuera de los límites
asignados para ellos. Allí donde exista tal miedo en los corazones de muchosÁrabes, y este miedo debe eliminarse en todos los sentidos. . . Ellos deben ver desde
el inicio que sus hermanos dentro del estado judío son tratados exactamente como
los ciudadanos judíos. . . Nosotros no debemos doblar la rodilla ante los dioses
extraños. Los Profetas siempre han castigado al pueblo judío con suma severidad
por esta tendencia, y [457] siempre que retrocede al paganismo, aun cuando se
revierta, fue castigado por el estricto dios de Israel. . . Yo estoy seguro que el
mundo juzgará al estado judío por lo que hará con los Árabes."
¡Tu lo has dicho! Aquí el Dr. Weizmann se puso las túnicas de un profeta Israelita,
o quizás la corona de Canuto que ofrece la retirada de la marea. Cuando estas
palabras fueron publicadas los Árabes ya habían sido expulsados de sus tierras
nativas, los judíos habían "traspasado" en el territorio fuera de los límites más
temprano "recomendados", los Árabes no estaban siendo tratados "exactamente
como los ciudadanos judíos" sino que eran fugitivos sin casa ni hogar y destituidos.¡El Dr. Weizmann pretendió no saber todo aquello! Ignoró todo lo que había
pasado y decía que no debía pasar. Como un ejemplo de publicada hipocresía, esto
apenas puede aventajarse incluso en la política. La explicación probable es que él
todavía no podía atreverse a denunciar lo que se había hecho pero, como su muerte
se acercaba, sentía que él debía señalar sus consecuencias; esas consecuencias a las
que el trabajo de su vida desde la salida fue ligado para llevar, si tuviera éxito. Al
final gritó "¡Atrás! ", y todo en vano.
Un hombre más grande que él clamó ante el horror y unió las consecuencias a los
hechos, los cuales no tenía miedo de nombrar. El Dr. Judah Magnes estaba en la
línea directa de los israelitas de antaño que protestaban. Nacido en EEUU y como
el Dr. Weizmann, había dado su vida al Sionismo, pero en un espíritu diferente. Él
era un sionista religioso, no uno político, y no presumió de "forzar la mano de
Dios". Desde el inicio él había trabajado para el establecimiento de un estado
binacional árabe-judío y había atacado la chauvinismo Sionista desde su primera
aparición. Llegó a ser "Cancillerde la Universidad hebrea en Jerusalén en 1925"
(habiendo objetado fuertemente a la ceremonia pomposa de la primera piedra de
fundación del Dr. Weizmann en 1918), fue su presidente desde 1935, y en 1948
estaba en Jerusalén. Estaba espantado por la emergencia del "antiguo mal en una
nueva y horrible vestimenta" y dejó un lamento de despedida que condena a los
Sionistas y a los políticos Occidentales por igual:
"Los refugiados nunca deben ser usados como un triunfo en las manos de políticos.
Es deplorable, increíble incluso, después de todo por lo que han pasado los judíos
en Europa, que un problema árabe de personas desplazadas deba crearse en Tierra
Santa".
Murió inmediatamente después de decir esto y yo no he podido descubrir las
circunstancias de su muerte; las referencias a él en la literatura judía son a menudo
crípticas y se parecen a aquellas acerca del quiebre y la muerte súbita del Dr. Herzl.
Por ejemplo, una de tales alusiones (en el prólogo al libro del Rabino Elmer Berger
de 1951) dice que él "murió por un corazón roto".
El Dr. Magnes, otro pacificador judío se unió al grupo de hombres responsables
que durante cincuenta años habían buscado vanamente mantener a Occidente (y a
los judíos) fuera de las garras de una conspiración Talmúdica de Rusia. Él fundó y
dejó una organización, la Asociación Ihud, que habla con su voz e incluso desde
Jerusalén. Su órgano allí, NER, en diciembre de 1955 dijo "Finalmente nosotros
tendremos que salir abiertamente con la verdad: Nosotros no tenemos ningún
derecho, de ningún tipo, [458] en principios, de prevenir el retorno de los
refugiados árabes a su tierra. . . ¿Para qué deberá luchar Ihud? Para transformar el
perenne barril de dinamita (lo cual es el Estado de Israel, según el Ministro Pinhas
Lavon) en un lugar de habitación pacífica. ¿Y qué armas usará Ihud? Las armas de
la verdad. . . Nosotros no teníamos ningún derecho para ocupar una casa árabe sin
pagar primero su precio; y lo mismo es verdad para los campos y bosquecillos, las
tiendas y fábricas. Nosotros no hemos tenido ningún derecho, de ningún tipo, para
colonizar y materializar el Sionismo con el gasto en otros. Esto es robo; este es el
bandidaje. . . Estamos una vez más entre las naciones muy ricas, pero no estamos
avergonzados de robar la propiedad del campesino árabe".
Ésta es aun una pequeña voz en la Judería en el momento presente (a propósito, el
Dr. Alberto Einstein habló con la misma voz: "Mi conocimiento de la naturaleza
esencial del Judaísmo se resiste la idea de un estado judío con fronteras, un ejército
y una medida de poder temporal, no importa cuan modesta; Tengo temor del daño
interno que el Judaísmo sostendrá", (1950), pero es el único que da esperanza deúltima salvación a la Judería del Sionismo de los Khazars. Hoy la probabilidad, si
no la certeza, es que esta salvación sólo puede venir detrás del último
padecimiento, en el cual la lasciva aventura en Palestina, deberá involucrar a las
multitudes de Occidente, los judíos entre ellos.
Un punto resta para ser establecido sobre la creación, "de facto", del estado
Sionista; a saber, que era el hijo de la revolución. La revolución les permitió a los
judíos que se volvieran “una mayoría en Palestina", tal como los autores británicos
de la Declaración de Balfour de 1917 habían deseado, y esta transformación en
Palestina no podría efectuarse de ninguna otra forma, ya que ningún cuerpo grande
de judíos, en cualquier otra parte en el mundo, podría reunirse para ir allí. El
movimiento de masas sólo era posible en el caso de estos judíos Orientales, que
durante siglos habían vivido en la estricta reglamentación Talmúdica, y la forma de
su transporte a Palestina se ha demostrado. En 1951, las estadísticas
Gubernamentales israelitas mostraban que la "mayoría" que se había logrado
(aproximadamente 1.400.000 judíos), 1.061.000 eran nacidos en el exterior y
577.000 de éstos, venían de los países comunizados detrás de la Cortina de Hierro
dónde no se permitía a los no-judíos, ni siquiera moverse de un pueblo a otro sin
permiso policial o de otro tipo. (La mayoría de los que restaban, 484.000 era nordafricanos
o judíos asiáticos que llegaron después del establecimiento del estado y
no tomaron ninguna parte en su adquisición violenta).
Por consiguiente, los invasores eran judíos Orientales de la raza tártaro-mongol,
pero la fuerza de los números solamente no habría asegurado su éxito. Ellos
necesitaban las armas para eso. Durante la guerra el General Wavell había
informado al Sr. Churchill que los judíos, si se les permitía, podrían "golpear a losÁrabes", y él evidentemente basaba este juicio en las armas que, como él sabía, los
Sionistas había juntado entonces. Hasta ese momento, éstas podrían ser sólo armas
británicas o norteamericanas, obtenidas clandestinamente de los depósitos de los
ejércitos Aliados que operan en el Norte de África y el Medio Oriente (un proceso
en complicidad por lo menos, si no oficialmente aceptado, por los líderes políticos
en Londres y Washington, como se ha demostrado). El General Wavell, [459] a
pesar que demostró que su opinión era correcta, puede en su momento haber
sobrestimado la fuerza Sionista o infravalorado la resistencia árabe, ya que los
Sionistas, después del evento, no lo atribuyeron a las armas Aliadas obtenidas por
ellos. Al contrario, ellos creyeron que debían su victoria en los seis meses de lucha
(entre el voto de la "partición" y Deir Yasin) a las armas recibidas de la revolución.
La Cortina de Hierro que se había abierto para permitir salir a los invasores de
Palestina se abrió nuevamente para permitir que las armas le llegaran en
cantidades decisivas.
Ésta fue la primera gran consecuencia de la orden del General Eisenhower, emitida
bajo la dirección del Presidente Roosevelt, de detener los ejércitos aliados en el
lado occidental de la línea Berlín-Viena y permitir que Checoslovaquia cayera en
manos de los soviéticos; las armas vinieron desde ese país cautivo, desde el gran
arsenal de Skoda, como resultado de su orden, había pasado meramente de las
manos nazis a las manos de los Comunistas. Unas pocas semanas después del
reconocimiento del Presidente Truman del estado Sionista, el Herald Tribune de Nueva York publicó este informe desde Israel:
"El prestigio ruso ha crecido enormemente entre todas las facciones políticas. . . A
través de su consistente adhesión de la causa de Israel en las Naciones Unidas, la
Unión Soviética ha establecido un depósito de buena voluntad con elementos de
izquierda, moderados y derechistas. Quizás de mayor importancia para una nueva
nación que lucha por su existencia, ha sido el hecho generalmente menos conocido:
que Rusia proporcionó ayuda práctica cuando la ayuda práctica fue necesitada. . .
Rusia abrió sus depósitos militares a Israel. De la nación satélite soviética,
Checoslovaquia, los judíos hicieron alguna de sus compras más importantes y
posiblemente más masivas en volumen. Ciertos embarques de armas Checas que
llegaron a Israel durante los momentos críticos de la guerra jugaron un rol vital. . .
Cuando las tropas judías marcharon en formación por la calle Alleby en Tel Aviv, la
semana pasada, los nuevos fusiles checoslovacos aparecieron en los hombros de los"soldados de la infantería" (5 de agosto de 1948).
En ese momento los Sionistas y la prensa controlada por los Sionistas a lo largo de
Occidente comenzaron explícitamente a identificar "antisemitismo", con "anticomunismo"
(la atribución del origen judío y dirección del Comunismo había sido
desde hace tiempo denunciado como la marca del "antisemita"). El Jewish Sentinel de Chicago, por ejemplo, en junio de 1946 ya había declarado, "Nosotros
reconocemos el anti-Sovietismo por lo que realmente es. . . ¿Escuchó hablar alguna
vez en cualquier parte de cualquier antisemita en el mundo que no fuese antisoviético?
. . . Nosotros reconocemos a nuestros enemigos. Déjenos también
reconocer a nuestros amigos, el pueblo soviético". En las escuelas del propio nuevo
estado la bandera de la revolución flameaba y su himno se cantaba el 1º de mayo,
un ostentoso reconocimiento de afinidad si no de paternidad. En enero de 1950, el
corresponsal en Tel Aviv del London Times informó que Checoslovaquia todavía
era la fuente de suministro de las armas para el estado sionista.
Tanto para el nacimiento de "Israel" y los dolores causados a otros. Ninguna
descendencia de ilegitimidad política fue introducida alguna vez en el mundo por
tantos patrocinadores; los "reconocimientos" se vertieron y los pacificadores
estaban por todas partes desconcertados. El Sr. Bevin continuó en la oficina
durante unos años y luego renunció, cercano a su muerte; [460] El General
Marshall y el Sr. Forrestal fueron dejados caer a la primera oportunidad,
obviamente para el desaliento de otros que podrían tomar su deber responsable en
serio.
Dentro de unas semanas, el nuevo estado dio otro paso hacia "el abismo" del"antiguo mal". Las "Naciones Unidas", habiendo aceptado la bisección de hecho
Europa y recomendando la bisección de Palestina, mostró una tardía preocupación
por la "paz" y apeló al Conde Folke Bernadotte de Suecia para ir a Palestina y
mediar entre las partes. El Conde Bernadotte se había entregado siempre a la
mitigación del sufrimiento humano, particularmente a la ayuda y rescate de
víctimas judías durante la Segunda Guerra. Él trabajaba en la señal de la Cruz (la
roja) y fue asesinado en el mismo lugar dónde la Cruz se transformó en un símbolo
de fe y esperanza por primera vez. Ningún hecho puede ser más atroz que el
asesinato de un aceptado pacificador y mediador por una de las partes en lucha, y
dentro de los cuatro meses de su creación, el estado Sionista agregó este segundo
acto simbólico a su calendario.
El Conde Bernadotte (tal como el Sr. Forrestal) mantuvo un diario, publicado
después de su muerte. Este registra que, después de aceptar la misión de paz, él
pasó por Londres y fue visitado por el Dr. Nahum Goldman, entonces vice
presidente de la Agencia judía y el representante del estado Sionista que le dijo: "el
estado de Israel estaba ahora en posición tomar la responsabilidad
plena y completa por los actos cometidos por la Banda Stern y los
miembros de Irgun."
Éstos eran los grupos de asesinos cuyas acciones en Deir Yasin efectuaron la
limpieza del territorio para los Sionistas y fue "reconocido" implícitamente por
Occidente. Ellos eran los "activistas" contra quienes el Dr. Weizmann había
proferido la advertencia en el Congreso Sionista de 1946. Deir Yasin había
mostrado que ellos tenían el poder, por calculados actos de terrorismo, para
cambiar el curso entero de los asuntos internacionales, independiente de cualquier
dicho de los líderes Sionistas, de los políticos en Occidente o de las "Naciones
Unidas."
Ellos tienen este poder en 1956, y continuarán teniéndolo. Ellos pueden en
cualquier momento que lo deseen precipitar al mundo en una nueva guerra, porque
se han ubicado en el lugar más inflamable del mundo, debidamente descrito como"el barril de dinamita" por el Ministro de Relaciones Exteriores norteamericano, un
Ministro del exterior británico y el Primer Ministro Sionista.
Al tiempo cuando el Dr. Nahum Goldman hizo la declaración arriba citada al Conde
Bernadotte se había mantenido la pretensión que ellos estaban más allá del control
de los líderes Sionistas "responsables" que deploraban sus actos. La convicción del
Dr. Goldman presumiblemente intentaba convencer al Conde Bernadotte que su
trabajo de mediación no sería destruido perversamente por algún acto como ese de
Deir Yasin. Los terroristas entonces asesinaron al Conde Bernadotte mismo, y en la
secuela (como se mostrará) el gobierno israelita tomó la responsabilidad por ellos y
sus hechos.
El Conde Bernadotte, después de oír estas palabras tranquilizadoras, partió a
pacificar. En Egipto él vio al Primero Ministro, Nokrashi Pasha quien dijo que el"reconocía" [461] la magnitud del poder económico judío, ya que controlaba el
sistema económico de muchos países, incluyendo el de Estados
Unidos, Inglaterra, Francia, el propio Egipto y quizás Suecia" (el Conde
Bernadotte no objetó a la última declaración). Nokrashi Pasha dijo que los Árabes
no esperaban escapar de esa dominación. Sin embargo, que los judíos
lograran la dominación económica de toda Palestina era una cosa, que los Árabes
no aceptarían, y podrían resistir, si el intento fuese por la fuerza y el
terrorismo, y con la ayuda del Sionismo internacional, de preparar un estado
Sionista basado en la coerción. Después de que este Rey Farouk le dijo al Conde
Bernadotte que si la guerra continuara (no ha acabado todavía) se desarrollaría en
una tercera guerra mundial; El Conde Bernadotte estaba de acuerdo y dijo él había
por esa razón aceptado la tarea de Mediador.
Él también mencionó que en la guerra había tenido "el privilegio de rescatar a
aproximadamente 20,000 personas, muchos de ellos judíos; Yo mismo he estado a
cargo de este trabajo". Él pensó esto evidentemente lo calificaría para el respeto
sionista, y estaba equivocado. Dentro de unos días él había persuadido a los Árabes
(el 9 de junio de 1948) para aceptar un cese de hostilidades incondicionalmente,
pero entonces leyó un fanático ataque Sionista contra él por "haber forzado la
tregua en los judíos". "Comencé a comprender en que posición expuesta me
encontraba. . . la amigabilidad hacia mí se volvería indiscutiblemente en sospecha y
animosidad si, en mis actividades posteriores como mediador, fallase en
estudiar primero el interés de la parte judía, y en su lugar buscase
encontrar una solución justa e imparcial del problema."
Irgun (por el cual el gobierno Sionista a través del Dr. Goldman en Londres había
afirmado la "responsabilidad plena y completa") entonces rompió la tregua (el 18 al
30 de junio de 1948) haciendo aterrizar hombres y armas. El Conde Bernadotte y
sus observadores "fueron incapaces de juzgar el número de hombres de Irgun que
llegaban o la cantidad de material de guerra descargado" porque el gobierno
Sionista se negó a permitirles acercarse al lugar. En la primera semana de julio "la
prensa judía hizo un violento ataque en mi contra". El método de la difamación
(usado contra el Sr. Forrestal) fue ahora empleado y los esfuerzos del Conde
Bernadotte por rescatar a las víctimas judías durante la guerra se volvieron en su
contra; fue hecha la insinuación que sus negociaciones con el jefe de la Gestapo
Nazi, Heinrich Himmler, hacia el fin de la guerra sobre la liberación de judíos,
había sido de carácter dudosa. "Eran aspersiones injustas lanzadas en mi contra",
(la indirecta era que el Conde Bernadotte era "un Nazi") "Siendo mi trabajo el
medio que permitió salvar las vidas de aproximadamente 10.000 judíos."
Eso significó tan poco para los Sionistas como los esfuerzos de Alexander II y del
Conde Stolypin por "mejorar la suerte de los judíos" cuarenta años antes; La mortal
ofensa del Conde Bernadotte fue su imparcialidad. Entre el 19 de julio y el 12 de
agosto él tuvo que decirle al Dr. Joseph, gobernador militar Sionista de Jerusalén,
que según los informes de sus observadores "los judíos eran la parte más agresiva
en Jerusalén". El 16 de septiembre, en el camino del pacificador histórico "a
Jerusalén" (el título de su libro) el Conde Bernadotte en el efecto escribió su propia
sentencia de muerte; envió ese día su "Informe de Progresos" como el Mediador
desde Rhodes a las Naciones Unidas, y dentro de veinticuatro horas él fue
asesinado [462].
La razón estaba en sus propuestas. Él aceptaba el establecimiento "de facto" del
estado Sionista pero, construyendo sobre esa base, buscado reconciliar y pacificar
mediante as propuestas imparciales, simplemente como cada parte permitiera el
hecho cumplido. Su preocupación principal era para la población árabe civil,
expulsada por el pogromo en Deir Yasin de sus pueblos nativos y que se
encontraban agrupados más allá de las fronteras. Nada como esto se había hecho
alguna vez bajo el ala de Occidente, y el Conde Bernadotte estaba fresco de los
esfuerzos por rescatar a los judíos de Hitler. Así él propuso:
(1) que los límites del
estado Sionista deberían ser aquellos vislumbrados en la "recomendación" de las
Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947, el Negev debía seguir siendo
territorio árabe y las Naciones Unidas debía asegurar que estos límites fueran
respetados y se mantuvieran"; (2) que (como también "recomendado") Jerusalén
se internacionalice bajo el mando de las Naciones Unidas; (3) que las Naciones
Unidas debía "afirmar y dar efecto a" el derecho de los fugitivos árabes para
volver a sus hogares.
Habiendo despachados estas propuestas el 16 de septiembre de 1948, el Conde
Bernadotte, y antes de que ellas pudieran llegar a Nueva York, voló a Jerusalén (el
17 de septiembre). Él y su equipo, desarmados e indefensos, viajaba hacia la Casa
de Gobierno, cuando su automóvil fue detenido por un jeep Sionista atravesado en
el camino. Sus movimientos claramente eran conocidos por los contendientes del
Conde Bernadotte; tres hombres saltaron del jeep, corrieron hacia su automóvil, y
con armas sten [una sub ametralladora inglesa], le asesinaron junto a su
Observador Jefe en Jerusalén, el Coronel francés Serot.
Los sobrevivientes, en un apéndice a su diario, describen la matanza en detalles.
Sus relatos muestran su eficiente preparación y ejecución y claramente apuntaban
a la identidad del organizador principal. Los reales asesinos escaparon sin
problemas, dos en el jeep y uno a través del terreno. Ninguno fue arrestado o
acusado (el informe, probablemente creíble, dice que un aeroplano que esperaba
sacó a los asesinos hacia la comunizada Checoslovaquia). La investigación israelita
subsiguiente declaró que:
"El asesinato como realmente se llevó a cabo y todas las preparaciones que se
hicieron allí se basan en los siguientes puntos: (a) una clara decisión para asesinar
al Conde Bernadotte y la elaboración de un plan detallado para llevarlo a cabo; (b)
una compleja red de espías capaces de seguir los movimientos del Conde durante el
tiempo de su estancia en Jerusalén para habilitar a los responsable de la operación
para determinar el lugar y el momento; (c) hombres experimentados en este tipo de
actividades o quienes habían recibido un buen entrenamiento de largo tiempo paraél; (d) armas apropiadas y métodos de comunicación, así como refugio seguro
después del asesinato; (e) un comandante muy experimentado y responsable para
la real consumación".
Por tales hombres el nuevo estado se había declarado "totalmente responsable".
Tres días después, una agencia informativa francesa recibió una carta que
expresaba el pesar que el Coronel Serot, había sido asesinado por error al
confundirle con el Jefe-de-personal del Mediador, el General sueco Lundstrom,
quien es un "antisemita" (el General Lundstrom estaba en otro asiento del
automóvil). Esta carta fue firmada "Hazit Moledeth"; [463] el informe policial
israelita declaró que éste era el nombre de un grupo terrorista secreto dentro de la
Stern Gang.
El General Lundstrom anunció (el 18 de septiembre) que "Estos asesinatos
deliberados de dos altos oficiales internacionales constituyen un rompimiento de la
tregua de suma gravedad y una página negra en la historia de Palestina por la
cual las Naciones Unidas exigirán una plena responsabilidad". Ninguna de tal demanda sería esperada de las Naciones Unidas que (como este
relato lo ha mostrado) sólo responde a la presión más fuerte ejercida entre
bastidores. No tiene (o entonces tenía; nadie puede decir qué transformación
milagrosa el futuro podría traer) ninguna moralidad en sí misma; era un oráculo,
trabajado por un mecanismo oculto, y no se preocupaba sobre el asesinato de su
Mediador en algo más que los gobiernos de Washington y Londres se habían
preocupado de la persecución del Sr. Forrestal y del asesinato del Lord Moyne.
Ignoraron las propuestas del Mediador; los Sionistas entonces tomaron y
conservaron todo el territorio que ellos desearon (incluyendo el Negev), se
negaron a permitir a los Árabes volver, y proclamaron que ellos no permitirían a
Jerusalén ser internacionalizada (ellos son implacables en estos puntos hoy, ocho
años después).
Los periódicos mundiales sacaron editoriales que ellos parecían tener como
modelos para tales ocasiones ("Se ha hecho un daño incalculable a la causa
Sionista. . . ") y entonces reasumían sus denuncias diarias de cualquiera que
suplicara por el caso árabe como "anti-semitas". El Times de Londres incluso
culpó al Conde Bernadotte de su propio asesinato; dijo que la propuesta para
internacionalizar Jerusalén "indudablemente incitó a ciertos judíos a asesinar al
Conde Bernadotte", y el entendido común de la palabra "incitar" imputa un reproche.
En Israel, cuatro meses después, dos líderes del Stern Gang llamados Yellin y
Shmuelevitz fueron sentenciados a ocho y cinco años de encarcelamiento en esta
conexión por una corte especial, el presidente de la cual, leyendo la sentencia, dijo
que no había "ninguna prueba que la orden para matar al Conde Bernadotte
hubiese sido dada por la dirección."
Los dos hombres (según la Agencia Telegráfica judía) "escasamente prestaron
atención a los procedimientos en vista del hecho que se esperaba que el Concejo
Estatal aprobara una amnistía general", y dentro de unas horas de su sentencia
ellos fueron liberados, siendo entonces escoltados triunfalmente a una recepción
popular. El "Comandante-en-Jefe" de Irgun, un tal Sr. Menachem Begin, algunos
años después, hizo "una gira triunfal" por ciudades Occidentales, siendo recibido
en Montreal, por ejemplo, por una guardia de honor de la policía de Montreal
encabezada por Rabinos que portaban Pergaminos de la Ley" (el Jewish Herald de Sudáfrica). Hablando en Tel Aviv durante una campaña de la elección en 1950,
el Sr. Begin reclama el crédito para la fundación del estado Sionista, a través del
hecho en Deir Yasin. Él dijo que Irgun había "ocupado Jaffa" que el Partido en el
gobierno había "estado listo para entregarla a los Árabes", y agregó:
"La otra parte de la contribución del Irgun era Deir Yasin que hizo que los Árabes
dejaran el país y hacer espacio para los recién llegados. Sin Deir Yasin y la derrotaárabe subsiguiente, el presente gobierno no podría haber absorbido [464] la
décima parte de los inmigrantes."
A lo largo de los años resultantes, hasta hoy, el Sr. Begin ha continuado haciendo
amenazas sanguinarias contra los vecinos estados árabes (*) para quienes la
presencia de los Árabes Palestinos dentro de sus fronteras eran un constante
recuerdo de Deir Yasin y del horrible significado de sus amenazas. Durante cinco
años se mantuvo al público la pretensión que "los terroristas" habían actuado sin
autorización en Deir Yasin y entonces, en abril de 1953, cuatro hombres de Irgun
heridos en Deir Yasin exigieron compensación. El gobierno israelita, a través de su
Ministerio de Seguridad, negó la demanda sobre la base que el ataque fue "sin
autorización", por lo cual el comandante de Irgun produjo una carta oficial del
Cuartel Central del ejército Sionista en Jerusalén que autoriza la acción. Por ese
tiempo, el signatario era Ministro israelita en Brasil.
En la ciudad, donde las "Naciones Unidas" tenían su oficina principal, una
poderosa razón se ofreció por la qué ninguna "responsabilidad" podría reclamarse
por el asesinato del Conde Bernadotte. Cuando sucedió, la elección presidencial
norteamericana era cercana a ocurrir. La campaña estaba en pleno fragor y ambos
candidatos (el Sr. Truman y Sr. Thomas Dewey) sostenían el voto Sionista como
indispensable para el éxito. Ellos estaban rivalizando por él y Palestina estaba
demasiado lejos de Nueva York. El Sr. Truman era el aspirante mejor-calificado,
porque había reconocido al nuevo estado y había proclamado el acto "de más
orgullo" de su vida. En otra ocasión, dijo que era guiado por "el propósito
humanitario más alto". Unas pocas semanas después del asesinato en el camino
a Jerusalén, él se eligió presidente; al final del año él les dio un marcador de libros
a los empleados de la Casa Blanca con las palabras, "yo querría tener más paz que
ser Presidente."
En 1948, la estrategia electoral de 1910 del Coronel House, se había transformado
en un instrumento de alta-precisión controlado por el Sionismo internacional; el
interruptor general que está en el Estado de Nueva York. La máquina y la
compañía-flotante agregaron un nuevo verbo al idioma inglés: "to rig", significando
arreglar o manipular. Los expertos pueden "manipular o arreglar" las máquinas.
Un ejemplo es la máquina traga monedas en Norteamérica. John Doe inserta su
moneda en la vaga creencia que la máquina opera por las leyes de probabilidades y
que si él tiene la oportunidad de obtener esta probabilidad la máquina verterá todo
su contenido a raudales en sus manos; de hecho la máquina es ajustada
expertamente para que una proporción precisamente calculada de sus ingresos
(probablemente entre el ochenta y noventa por ciento) vaya al sindicato del juego
por dinero y el resto va en pequeñas cantidades a las manos de John Doe.
El "arreglo" del sistema electoral norteamericano es el factor determinante en los
eventos del Siglo 20. Un mecanismo originalmente diseñado para habilitar a John
Doe
(*) Begin llama a la guerra: Jerusalén. Ataque a los Árabes, rompa un lado débil después de otro, aplaste un frente después de otro, hasta que la victoria esté segura. . . esta era la esencia del discurso que el Sr. Menahem Begin, líder del Partido Herut hizo la semana pasada en Jerusalén. Estaba hablando desde el balcón de un hotel sobre la plaza Zion llena de unos cuantos miles de personas. 'Nuestras pérdidas en tal acción no serán despreciables pero de todos modos ellas serán mucho menos que cuando enfrentemos los ejércitos árabes combinados en el campo', dijo, '. . hoy las Fuerzas de la Defensa son más fuertes que todos los ejércitos árabes juntos. . Moisés necesitó diez soplos para sacar a los Israelitas de Egipto; con un soplo nosotros podemos sacar a los egipcios fuera de Israel', dijo, mientras se refería a la "Franja de Gaza. (Zionist Record de Johannesburgo, 20 de agosto de 1954).
[465]
a expresar su opinión sobre las políticas y los Partidos, ha sido ajustado
hasta tal punto de finura, casi evitando el error, que él será dejado sin voz en sus
asuntos nacionales; no importa qué tipo de moneda inserte en la hendidura, el
sindicato gubernamental gana siempre.
El propio sistema electoral puede desde un principio haber sido diseñado para
hacer fácil la tarea de "un grupo extranjero" dedicado a dictar el curso de la política
de estado norteamericana. Una elección siempre amenaza: a un Congresista cada
segundo, a un presidencial cada cuatro años. Tan pronto como un Congresista o
Presidente es elegido los "grupos-de-presión" comienzan a trabajar en los
aspirantes para la próxima elección; los managers de Partidos empiezan a
preocuparse por la próxima primaria de designación; y los que quieren ser
Senadores, Diputados y Presidentes empiezan a sentir, y responder a "la presión".
No hay ningún momento-de-respiro en que la prudencia pudiese prevalecer y el
dominio completo romperse (en 1953, como se verá, incluso la lucha por la Alcaldía
de la Ciudad de Nueva York produjo una abrupta e importante inversión mayor de
la política de estado norteamericana, siendo el asunto "el apoyo a Israel". La
intensificación de la "presión" en estos momentos recurrentes, y las consiguientes
advertencias de los Gerentes de los Partidos a los titulares en el Congreso o en la
Casa Blanca, provocaron estos saltos mortales hacia atrás, los cuales perturbaron el
edificio entero de la política laboriosamente erigida por responsables Ministros y
permanentemente competentes funcionarios).
En estas circunstancias el nuevo "estado" instalado en Palestina en 1948 nunca fue,
y nunca podrá ser, un "estado" en cualquier significado de la palabra anteriormente
usada en la historia registrada. Era el fortín de una organización mundial con
acceso especial a cada gobierno, parlamento y oficina del exterior en el mundo
Occidental (y más especialmente sobre todo gobierno, parlamento y oficina del
exterior de los Estados Unidos, que en los 1950 eran el país más poderoso en el
mundo), y su función principal era ejercer el control sobre la República
norteamericana, no el lograr "un hogar" para los judíos del mundo. La perspectiva
abierta por este estado de los asuntos era aquella de un creciente envolvimiento
norteamericano en una situación explosiva en el Levante, artificialmente creada y
preñada con el peligro de una guerra mundial.
Cuando el año 1948 acababa, treinta y un años después del primer triunfo de la
conspiración dual (la Declaración de Balfour y la revolución bolchevique) el estado
Sionista había sido establecido. El Sr. Truman, el pacificador en el"reconocimiento", había sido aconsejado por sus funcionarios responsables que la
partición forzosamente efectuada en Deir Yasin llevaría a una tercera guerra
mundial; los políticos Occidentales principales habían recibido el mismo consejo de
sus consejeros responsables. Ninguno de los "políticos de más alto nivel"
involucrados puede haber tenido dudas sobre la forma que su apoyo al Sionismo
daría al futuro, y sus pronunciamientos públicos sobre él no pueden haber
expresado su conocimiento privado o sus creencias.
Los políticos norteamericanos de los años 1940 y 1950, como el Sr. Leopold Amery
y Sr. Winston Churchill durante las décadas más tempranas, estaban
evidentemente cautivos de la creencia que, por alguna razón nunca descubierta, la"política" en esta materia podría nunca podría cambiar.
La cautividad de los
gobiernos de Londres y Washington, y la identidad de [466] los captores, incluso
hoy en día, (1956) no es comprendida por las masas norteamericanas y británicas
(aunque ahora el peligro claro de una nueva guerra mundial comenzando y
extendiéndose al exterior desde la Sionizada Palestina está por primera vez
inquietándoles). En el resto del mundo ya ha sido entendido hace mucho tiempo.
Tanto tiempo como en los años 1920 por ejemplo, el Maharajah de Cachemira le
preguntó a Sir Arthur Lothian (tal como relata el diplomático británico), "¿Por qué
el gobierno británico estaba estableciendo un 'Yehudi ka Raj' (Control de los judíos)
en India?. Yo objeté esta descripción, pero él insistió que era verdad, diciendo que
el Virrey, el Señor Reading, era un judío, el Ministro de Relaciones Exteriores, el Sr.
Edwin Montague, era un judío, el Alto Comisionado, el Señor William Meyer, era
un judío, y que más evidencia yo quería Así un Maharajah indio remoto, hace
treinta años, vio la verdadera forma de los eventos que estaban viniendo
claramente en el mundo Occidental.
Yo cité antes la declaración del Primer Ministro egipcio al Conde Bernadotte, que"el poder económico judío controlaba el sistema económico de. . . los Estados
Unidos, Inglaterra, Francia, el propio Egipto. . . " En los siete años que han pasado
los líderes de todos los estados árabes abierta y repetidamente han acusado que el
gobierno norteamericano se ha vuelto meramente en el instrumento de las
ambiciones Sionistas y han apuntado a su propia experiencia como la prueba.
Lejos, al otro lado del mundo, el efecto de la máquina electoral "arreglada" en
Nueva York se sentía en su otra manifestación: el apoyo a la revolución. Chiang
Kai-shek, el líder chino, fue manejado por cambios similares en la política de
estado norteamericana desde el continente chino (donde el Comunismo, con el
apoyo norteamericano fue establecido) a la isla Formosa dónde de momento,
recibió alguna medida de apoyo norteamericano nuevamente. Un conocido emisor
norteamericano, el Sr. Tex McCrary, lo visitó allí e informó a los millones que
estaban escuchando en el Estado de Nueva York: "Yo me retorcí en la turbación
cuando me dijeron, 'Nunca hemos aprendido a confiar en Norteamérica por más de
dieciocho meses cada vez, entre las elecciones".
Este control de la política de estado norteamericana, a través del control de la
máquina electoral, llevó en 1952 a un acto culminante de venganza Talmúdica,
descargado esta vez sobre la mitad de Alemania que había quedado "libre" por la
bisección. ¡Esta mitad de Alemania fue obligada a pagar tributo al estado Sionista,
fue preparado tres años después de la derrota de Alemania en la Segunda Guerra!
Después de la Primera Guerra los poderes vencedores Occidentales intentaron
exigir tributo (las "indemnizaciones") pero fallaron; lo que se recibió estaba
meramente en el libro-entrada, ya que fue cancelado por los préstamos británicos
y norteamericanos. Después de la Segunda Guerra la revolución exigió tributo de la
cautiva Alemania del Este simplemente ayudándose. Los poderes vencedores
Occidentales no hicieron ninguna demanda por "indemnizaciones" en su propia
cuenta, pero lo arrancaron para Sión.
Cuando los años pasaron, la alarma de hombres responsables en el Medio Oriente
nuevamente se hicieron sentir en el Departamento Estatal. Constantemente se
recordaba por sus consejeros en el lugar que los siete Estados árabes nunca habían
aceptado el hecho de 1948 [467], que ellos todavía sostenían estar en un estado de
guerra con el estado intruso, y sostenían que los Estados Unidos estaban pagando
por las armas que eran usadas en contra de ellos.
Así la idea nació, varios años después del fin de la guerra, de hacer que la mitad"libre" de Alemania pagara "indemnizaciones" a un estado que ni siquiera había
existido durante la Segunda Guerra; el sostén continuo del nuevo estado sería así
asegurado y la verdadera fuente de su apoyo disimulada. La idea fue largamente
rumoreada detrás de los escenarios (como el juicio de Nuremberg) luego se le dio
de pronto una realización simbólica en la víspera de los días más Santos de los
judíos en 1952 (o, como la revista Time de Nueva York lo pone, "En la última
semana del año judío 5711"). Formó el tema dominante de las celebraciones
Judaicas resultantes, un periódico judío remarcaba que era "El regalo de Año
Nuevo más maravilloso para la Judería que nosotros podríamos pensar".
El Canciller de la ocupada Alemania Occidental, el Dr. Adenauer ("cera pálida")
informó al Bundestag en Bonn de "la obligación de hacer las reparaciones morales
y materiales". Su Ministro de Justicia, el Dr. Dehler, habló en forma diferente a un
público en Coburg: "El acuerdo con Israel se concluyó ante el deseo de los
norteamericanos, porque los Estados Unidos, en vista del sentimiento
en los países árabes, no pueden continuar apoyando al estado de
Israel como hasta aquí de la misma forma".
La elección presidencial norteamericana de 1952 estaba entonces inmediatamente
a mano. El gobierno alemán Occidental fue obligado a pagar, por un período de
doce a catorce años, 822 millones de dólares a Israel, principalmente en bienes. El
cuadro que es el resultado de esta transacción algo increíble recuerda el resumen
de los pasajes de la Cábala de Stehelin, que describe la consumación Mesiánica:"Pero permítanos ver un poco después de qué manera los judíos van a
vivir en su antiguo país bajo la Administración del Mesías. En primer
lugar, las naciones extrañas, las cuales sufrirán para vivir, les
construirán las casas y ciudades, hasta la tierra y las plantas, las viñas;
y todos esto, sin buscar algún premio por su trabajo". Este cuadro no es
tan diferente de aquel ofrecido por los contribuyentes británicos, norteamericanos
y alemanes bajo diferentes fórmulas de constreñimiento (oculto en los primeros
dos casos, abierto en el tercer caso) a los que ellos han sido sujetos en materia de
tributo para el Sionismo.
Las masas Occidentales no estaban informadas sobre la forma que este pago de
tributo fue arrancado; se presentó a ellos como un acto independiente del gobierno
alemán Occidental, incitado por un sentimiento de alta moral. Los lectores judíos,
por otro lado, también estaban informados como el público del Dr. Dehler en
Coburg.
Para citar dos ejemplos: "la Agencia Telegráfica judía reveló que el Gobierno de
Estados Unidos ha jugado un rol muy importante presionando a Alemania
Occidental para hacer ofertas de pago de indemnizaciones decentes para los judíos;
el gobierno británico también ha hecho su parte, aunque en una magnitud más
pequeña"; y el Zionist Herald de Johannesburgo dijo, "El acuerdo con Alemania
no podría ser posible sin el apoyo activo y muy eficiente del gobierno de Estados
Unidos en [468] Washington y de la Oficina del Alto Comisionado de los Estados
Unidos en Alemania". La prensa árabe entera informó en forma semejante, y un
periodista norteamericano que buscaba llegar a los campamentos de refugiadoárabes fue desairado con las palabras, "¿Qué sentido tiene hablar con usted?
Nosotros los Árabes sabemos muy bien que en Norteamérica ningún periódico se
atreve a decir la verdad completa sobre el asunto de Palestina".
En Inglaterra la versión oficial fue dada en el parlamento por Lord Reading, sub
secretario del exterior e hijo del Virrey mencionado antes por la pregunta del
Maharajah de Kashmir a Sir Arthur Lothian treinta años antes. La declaración de
Señor Reading fue incitada por el usual expediente de un "asunto", en esta ocasión
de un par Socialista, el Sr. Henderson, que comenzó diciendo que "más de seis
millones de judíos fueron llevados a la muerte". La respuesta de Lord Reading es de
interés permanente; él dijo que los pagos alemanes de Alemania Occidental al
nuevo estado serían: "en la naturaleza de cierta medida de reparación
moral, más que en el valor material, y que ellos estarían "basados en el costo
calculado de asentar en Israel a los judíos expulsados de Europa por los
Nazis."
Esta declaración reafirma el principio implícitamente que el único crimen Nazi
moralmente reparable era el tratamiento de los judíos; nadie alguna vez sugirió que
la Alemania Occidental debía pagar los costos de reasentar a los polacos, Checos y a
todas las otras víctimas. Este interés particular yace en la alusión a la "reparación
de valor moral"; cuando el hecho que casi un millón de Árabes fuesen"expulsados" de Palestina por los Sionistas y su demanda de volver a sus hogares
había sido repetidamente, incluso con desdén rechazado.
Probablemente el pasaje más característico en esta típica declaración es que se
refiere a "reasentar a los judíos expulsados de Europa por los Nazis". Israel es elúnico lugar en el mundo dónde el número de la población judía pueden saberse con
exactitud. Según las estadísticas del gobierno israelita, eran aproximadamente
1.400.000 en 1953, y entre éstos, sólo 63.000 judíos eran (menos del cinco por
ciento) de Alemania y Austria. Estos 63,000 eran los únicos habitantes de
Israel que por cualquier estiramiento de la imaginación podría haberse dicho que
habían sido expulsados de Europa y reasentados en Israel. La gran masa vino de
Polonia, Rumania, Hungría y Bulgaria, poco tiempo después del fin de la guerra (y
ciertamente no fueron "expulsados" ya que eran protegidos en esos países por leyes
especiales y preferencia en el empleo estatal) o del Norte de África.
No existía ninguna base moral para la extorsión de tributo de los alemanes
Occidentales para el estado Sionista, y si alguna hubiese existido alguna vez, con
respecto a los 63.000, habría sido largamente cancelado por la "expulsión" por
parte de los Sionistas de casi un millón de Árabes. El asunto es único en la historia
Occidental y demuestra sólo la magnitud de la sumisión del gobierno
norteamericano y británico al Sionismo.
Alemania oriental fue obligada a asumir una parte grande del costo de los
armamentos y del desarrollo del nuevo estado; con ello la probabilidad de otra gran
guerra fue llevada más cerca y la situación para los Árabes fue hecha mucho peor.
El Estado sionista [469] fue totalmente sostenido y las consecuencias comenzaron
a fluir en seguida. El ejercicio de la "presión" sobre el gobierno alemán Occidental
en esta materia, fue casi el último acto mayor de política del estado norteamericano
bajo el Presidente Truman cuyo término estaba a punto de expirar. (*)
(*) Como una nota al asunto de Alemania Occidental, los Poderes Occidentales en Viena,
(en esta ocasión actuando en acuerdo perfecto con el estado soviético) ante la misma
solicitud humillaron a la pequeña Austria (la primera víctima de Hitler) vetando una ley de
amnistía y restitución que podrían tener como beneficiados a algunos no-judíos. El gobierno
austriaco (en ese momento se suponía que era nuevamente "soberano") protestó por escrito
al Alto Comisionado norteamericano, acusándolo específicamente de someterse a lasórdenes de "emigrantes de Austria" que estaban en su equipo como "consejeros judíos".
Ningún relato inteligible de este episodio alcanzó a los lectores de los periódicos británicos o
norteamericanos.
Siguiente
Anterior
Contenido
Inicio
Indice |